La capilla ardiente de Isabel de Polanco se instalará esta tarde en el domicilio de la Fundación Santillana en Madrid, y mañana se procederá a la incineración de sus restos mortales en el cementerio de La Almudena.
La consejera delegada del Grupo Santillana, cuyo padre falleció el pasado mes de julio a los 77 años, estaba casada con Alfonso López, con quien tuvo cuatro hijos.
Licenciada en Psicología y Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid, Isabel de Polanco inicia en 1980 su trayectoria profesional en el Grupo editorial Santillana como ayudante de edición en Estados Unidos.
En 1984 es nombrada coordinadora de Ediciones Educativas de Santillana en América, pasando a ocupar en 1989 la dirección de Desarrollo Editorial.
Posteriormente estuvo al frente de las direcciones de Recursos Humanos del Grupo Timón y el Grupo Prisa, y en enero de 1996 asumió la dirección General del Grupo Santillana en España y América, puesto que desempeñó hasta su nombramiento como consejera delegada y responsable ejecutiva del grupo editorial.
El 10 de octubre de 2001, con motivo de la reestructuración del área de negocios del Grupo Prisa, Isabel de Polanco asumió la dirección de la Unidad de Educación y Formación de este grupo de comunicación, compatibilizando este puesto con el de consejera delegada de Santillana.
'Una gran pérdida'
El director de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Antonio María de Avila, ha asegurado que el fallecimiento de Isabel de Polanco representa "una gran pérdida para el mundo editorial español, en el que desempeñó un papel muy destacado en los últimos años, sobre todo por su gran aportación a la expansión internacional del Grupo Santillana".
También señaló que Isabel de Polanco ha hecho de manera meritoria "esfuerzos sobrehumanos desde que se le detectó la enfermedad por estar en su trabajo hasta el último día".
La Federación de Editores cree que Isabel de Polanco tenía una carrera "muy prometedora" en una industria como la editorial, en la que ella era la única mujer que había llegado a un puesto de alta responsabilidad en una gran compañía española, subrayó De Avila.
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