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Jesús Caldera en la Conferencia Política

Intervención del coordinador del programa electoral del PSOE en la jornada de clausura
"Hoy culminan los trabajos del programa electoral del Partido Socialista Obrero Español. El programa con el que concurriremos a las próximas elecciones generales.

A lo largo de seis meses, más de mil quinientas personas –en su nombre o en nombre de múltiples organizaciones sociales- han trabajado en la elaboración de nuestro proyecto de gobierno para los próximos cuatro años.

Por primera vez, un grupo de expertos internacionales ha colaborado en la elaboración de nuestro programa. Vinieron porque sienten que los progresistas, los demócratas de todo el mundo, se juegan algo importante en las próximas elecciones en España. Sienten que nuestra suerte no les es ajena. Y he de deciros que, el grado de acierto de este método de trabajo es directamente proporcional a la incomodidad que ha ocasionado a nuestros adversarios del Partido Popular. Por eso creo que hemos acertado.

Porque, en la batalla ideológica que hoy enfrenta a la izquierda y a la derecha en el mundo globalizado, los españoles estamos a la vanguardia de las libertades y de las políticas de bienestar.

Por eso vinieron a ayudarnos, pero también a aprender (ayer lo dijo Poul Nyrup Rasmussen) de un país que supo pasar democráticamente de la Alianza de las Azores a la Alianza contra el Hambre, a la Alianza de Civilizaciones, y a la vanguardia contra los efectos negativos del Cambio Climático.

Como me dijeron esas personas que vinieron a colaborar con nosotros, estoy seguro de que todos los que habéis participado en el programa encontráis en su resultado la mejor recompensa a vuestro esfuerzo. Y en haber participado en el mismo, vuestro mayor motivo de orgullo.

Sin embargo, como responsable del programa, debo dar las gracias a todas las personas que están haciendo posible el éxito organizativo de esta Conferencia Política. A quienes han construido todo el decorado y la infraestructura de redes de comunicación, a los trabajadores y trabajadoras de éste hotel, a los compañeros y compañeras que colaboran en la organización, a los trabajadores de los medios de comunicación, muchas gracias a todos ellos.

Me vais a permitir que en este capítulo de agradecimientos me refiera muy especialmente a quienes han trabajado más directamente conmigo. Valeriano Gómez, David Jiménez Gluck, Carlos Mulas, todos los miembros de la Ejecutiva, los ponentes que ayer tuvieron a bien dedicar lo mejor de su esfuerzo, para que este proyecto sea el mejor proyecto para la sociedad española. Y quiero, además, dar las gracias a todas las personas que han aportado ideas y las palabras que componen el programa, por vuestro magnífico trabajo, por vuestras ideas, por el esfuerzo y la inteligencia que habéis dado a cada epígrafe, a cada párrafo. Por todo ello, gracias, muchísimas gracias. Gracias a todos.

Y también por la pasión y el empeño que habéis puesto en defender vuestras enmiendas. Algunas ganadas, otras pactadas o perdidas, pero vuestras enmiendas son la mejor expresión de lo que somos. Este es un partido democrático, que se incardina en esa larga tradición que no considera un desdoro la discusión, sino que ve en ella una condición fundamental para mejorar la calidad de nuestras decisiones.

Hace ya dos mil quinientos años, un líder democrático decía orgulloso de su pueblo que: "en lugar de considerar la discusión como una piedra que nos hace tropezar en nuestro camino a la acción, pensamos que es preliminar a cualquier decisión sabia."

Y fuera de nuestro partido, hay quien se escandaliza porque discutimos los temas entre nosotros, y porque lo hacemos sin temor y a las claras. Quizá por eso hemos aprendido a discrepar, con respeto, de nuestros adversarios.

Nosotros sabemos discutir las ideas sin herir la dignidad de las personas que las sostienen. A diferencia de nuestros adversarios, que como no están acostumbrados a debatir, nos combaten –incluso con saña- o combaten entre ellos usando el insulto personal, el desprecio a la dignidad del que los contradice, o sencillamente del que no les es suficientemente afín. Y os aseguro que para algunos de ellos nunca se es suficientemente afín.

Y si no que se lo pregunten a Pimentel, o a Piqué, o a Gallardón. Gallardón es del PP de primera hora y cuando la gente de mi generación se afiliaba al PSOE o a otros partidos de izquierda, él se afilió al PP. No viene de la UCD. No es un centrista. Es un hombre de derechas. Pero no es lo suficientemente de derechas para acompañar a Rajoy.

¡Cómo estarán las cosas, para que qienes en la Transición nos parecían la derecha más extrema, ahora son los moderados!

Compañeras y compañeros, frente a otros partidos, en los que sus militantes aceptan los candidatos y programas que les imponen desde arriba; nosotros lo discutimos y lo enmendamos.

Muchas perspectivas se han contrapuesto en los diferentes temas, y cada una de ellas ha pasado por la criba racional de lo que es bueno y de lo que es justo para todos.

Por eso podemos acudir tranquilos a los distintos foros a debatir y defender nuestro programa, porque se ha forjado con el sólido material que producen las muchas voces. Voces sabias y críticas, voces libres.

Es nuestra democracia la que nos hace fuertes en nuestras ideas y en nuestro liderazgo.

Y estoy convencido de que los ciudadanos han tomado ya buena nota de que sólo quien es capaz de liderar democráticamente su partido, es capaz de liderar democráticamente su país.

En democracia, el trabajo político no consiste en imponer un programa, sino en recabar apoyos para el mismo. Por eso, en numerosas ocasiones, junto a la propuesta que hacemos, va el requisito de lograr un amplio consenso social.

Y os aseguro que cuando los socialistas decimos consenso social, sabemos de lo que hablamos. Más de veinte acuerdos con las organizaciones sociales y empresariales nos avalan en la presente legislatura.

De igual modo que somos capaces de llegar a acuerdos, nos sentimos obligados por los compromisos que adquirimos. Hacemos honor a la palabra dada.

Para nosotros, por ejemplo, no ha sido una excusa los límites de nuestra mayoría parlamentaria -no tener mayoría absoluta- a la hora de cumplir nuestro programa.

Hemos sido capaces de llegar a acuerdos con todos los partidos representados en el Parlamento para llevar a cabo el compromiso que adquirimos con los ciudadanos que nos apoyaron.

Al igual que la deliberación libre y la firme determinación de cumplir la palabra dada, la capacidad de llegar a acuerdos es también un rasgo esencial de nuestro carácter político. Y no como les ocurre a otros, al Partido Popular, que es una virtud circunstancial, nacida de la necesidad, y olvidada tan pronto como la necesidad desaparece. Os pongo un solo ejemplo: apoyaron la Ley de la Dependencia, la votaron en el Parlamento. Una ley que se desplegará en ocho años y que sólo al mes siguiente de haberla apoyado ya la estaban criticando sus pretendidas insuficiencias. Ese es su talante, el nuestro es distinto. El nuestro, sin duda, tiene que ver con el cumplimiento de nuestros compromisos y con la capacidad de diálogo.

Por eso podéis estar seguros de que hoy salimos con un programa bueno para España y eficaz en la contienda electoral. También, como hicimos la vez anterior, os pido que autoricéis a la dirección del partido, y especialmente a nuestro candidato, para que pueda establecer compromisos adicionales, derivados y en consonancia con el programa que hoy apoyamos.

En ese sentido debe entenderse la aprobación que haremos, posteriormente, de anexos específicos para territorios con singularidades: para Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla, el Oeste peninsular, el Plan Soria, Teruel, Jaén y los planes de empleo de Galicia, Extremadura y Castilla la Mancha.

Lo haremos, de nuevo, comprometiéndonos con las políticas de impacto territorial que mejoran la vida de los ciudadanos.

Presentamos un programa ambicioso, pero realizable. Por eso, presentaremos en los próximos días la memoria económica, una vez ajustados todos los compromisos que se han incorporado durante este fin de semana. Porque, si algo nos importa, eso es nuestro capital de credibilidad. El valor de nuestra palabra.

Porque… ¿a quién pueden creer los ciudadanos? ¿A quién los pensionistas, a los que no les subieron la pensión por encima de la inflación y los trabajadores, a los que congelaron el Salario Mínimo? A ellos, o a quienes hemos multiplicado por tres la subida de las pensiones mínimas en esta legislatura, sobre lo que hicieron elllos en el pasado pensiones.

¿A quién van a creer, a quienes hicieron poco por las familias, o a los que hemos hecho la ley de la dependencia, o hemos tomado medidas a favor de la conciliación de la vida familiar y laboral?

¿A los que afirmaban que en Irak había armas de destrucción masiva o a quienes hemos incrementado el porcentaje de la ayuda a la cooperación internacional, que continuará hasta el 0’7% en el año 2012, como quieren los españoles?

¿A quién podrán creer, a quienes llevan décadas halagando de forma retórica a los emprendedores, a los pequeños empresarios o a los que hemos elaborado, previo diálogo social, el Estatuto del Trabajo Autónomo por respeto y por justicia para esos pequeños empresarios?

¿O a los que sólo inauguraban traviesas o a nosotros que hemos puesto en servicio más kilómetros de alta velocidad que nunca?

Nos comprometimos a dar una respuesta ejemplar, por su realismo y por su decencia, al fenómeno de la inmigración. Y la hemos dado. Hoy otros países europeos están tomando el camino que nosotros iniciamos.

Nos comprometimos a ocuparnos de los españoles que viven en el exterior de nuestro país. Y nos hemos ocupado.

Hace cuatro años, en un acto como el de hoy, nosotros y otros como nosotros, decidimos que haríamos medidas a favor de la familia, del acceso a la vivienda, leyes para proteger a los más desfavorecidos, que daríamos becas, haríamos inversiones que mejoraran nuestras infraestructuras y ampliaran nuestros conocimientos, leyes que abrieran puertas a la esperanza como la investigación con células madre, leyes que amplían derechos y libertades…y lo hemos hecho. Y, así, hemos ido contribuyendo a que España sea más decente –como dijo José Luis (Rodríguez Zapatero) el día de la aprobación de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo-. Una sociedad en la que no cabe ni la humillación, ni la hipocresía.

Lo que los socialistas hemos hecho en las instituciones tiene su eco en la  vida. Todas esas políticas, leyes, y acciones de gobierno llegan a personas concretas que, a veces, tenemos la fortuna de conocer.

Como aquella inmigrante ucraniana, que en mitad del proceso de normalización me abrazó porque llevaba cinco años sin poder ver a su hija de doce años, debido a que estaba trabajando en España de forma irregular y no podría salir porque entonces no podría volver.

O el niño sordomudo, que el día que aprobamos la Ley de Signos en el Senado, me expresaba con aquellos ojos inmensos su alegría por lo que acabábamos de hacer.

O María. María es una niña con parálisis cerebral. Ella y su madre son dos mujeres admirables. María me dijo con pictogramas, porque no podía hablar, el día que aprobamos la Ley de Dependencia que le trasladará al Presidente Zapatero que con la ley de la dependencia habíamos hecho historia.

O aquella madre de Sevilla, que llevaba 35 años cuidando a su hijo y me dijo: por fin alguien se acuerda de nosotros, de las personas que hemos pasado nuestra vida entera al cuidado de alguien.

Y os digo algo, unos con pictogramas, otros con sus ojos, con su palabra o con su abrazo, ¿qué nos estaban diciendo José Luis?... que continuemos y no tenemos derecho a defraudarlos. Que continuemos ocupándonos de sus derechos, de su vida, de sus necesidades. Que no tenemos derecho ni siquiera a un minuto de pesimismo o de debilidad, porque sólo por ellos tenemos que continuar. Y para eso hemos aprobado este programa que continúa el cambio iniciado hace 4 años.

Para acompañar a la sociedad española en este avance, para facilitarlo y para impulsarlo. Un programa que garantiza la continuidad del cambio, que persevera en los avances de la legislatura que acaba, del mismo modo que los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país perseveran en sus proyectos personales y colectivos.

Lo hecho hasta ahora nos acerca horizontes que antes nos parecían inalcanzables. Hoy, más allá de la coyuntura, la sociedad española puede plantearse un horizonte razonable de pleno empleo, claro que sí. Nunca en nuestra historia moderna estuvimos tan cerca de alcanzarlo como estamos ahora.

Es cierto que nuestro país no está al margen de la coyuntura internacional. Es verdad que nuestros datos de inflación o de paro no son tan buenos como los que hemos tenido durante la legislatura. Que la situación internacional nos afecta, como a todos, pero no en igual medida que a todos. Pero, no es menos cierto que hemos trabajado y que hoy tenemos datos mejores que muchos de aquellos países a los que mirábamos con envidia, sólo hace unos años.

Todavía antesdeayer conocíamos el dato de la disminución, en un solo trimestre, de un punto de la precariedad. Casi 4 puntos menos que cuando llegamos al Gobierno, un dato muy importante para las personas que tienen dificultades.

Hemos hecho los deberes y, de igual modo, los vamos a seguir haciendo. Daremos respuestas  proporcionales a los problemas, y lo haremos con justicia. Protegiendo de las inclemencias de la economía mundial a nuestros ciudadanos más desprotegidos. Y no vamos a tolerar que algunos aprovechen las circunstancias para lanzar una OPA hostil contra nuestro modelo de protección social.

Mientras los socialistas podamos, ni los Pizarros y ni los Cañetes harán decretazos brutales, ya tuvimos bastante con el decretazo de la anterior legislatura. No consentiremos que dejen caer que son mejores los sistemas privados de pensiones, que no los son, y que los grandes servicios universales –la Sanidad y la Educación- están mejor gestionados en manos privadas, porque no es verdad. Nada de eso es un estímulo para la economía de nuestro país, pero si es un estímulo para su codicia.
Afrontaremos los retos de nuestra economía desde la conciencia de que la moderna protección social es un elemento de dinamización económica. Que se genera empleo haciendo política social, como estamos demostrando con la Ley de la Dependencia. Que apostar por la vivienda protegida dinamiza el sector a la par que ayuda a los ciudadanos que necesitan un hogar.

Y que la innovación y la protección del medio ambiente forman parte de nuestra apuesta por una España más avanzada, una España ganadora en el mundo globalizado.

Las sociedades son cada vez más plurales. Y no hay vuelta atrás. La diversidad humana se expresa en la pluralidad de identidades: sociales, culturales, políticas, religiosas o étnicas. Dar la espalda a la realidad nunca ha sido una buena solución, negar los hechos es tan peligroso como exagerarlos.

Por eso los socialistas hemos demostrado que somos un factor de convivencia en nuestro país. No es una tarea fácil, pero es una tarea imprescindible. Lamentablemente nos encontramos más fuerzas dispuestas a negar la pluralidad que a encauzarla a favor de la convivencia.

Y seguiremos ampliando las fronteras de nuestra democracia. Por eso os ofrezco que incorporemos un nuevo compromiso a nuestro programa electoral, que ofrezcamos un gran consenso nacional a todas la fuerzas políticas para que los españoles  en el exterior puedan  tener una circunscripción propia en el Parlamento, para elegir a sus representantes y participar mejor con nosotros en la construcción de un país más justo y mejor. Les hemos dado el estatus de ciudadanía y ahora tenemos que garantizar que también puedan tener participación directa en el Parlamento más de un millón y medio de españoles que viven fuera de España.

Nuestro programa es una apuesta por esa convivencia, porque el espacio social sea un lugar para todos. Por eso reivindicamos la laicidad del Estado. Porque es el Estado el que se ocupa de lo público.

La Iglesia no toleraría, y con razón, la injerencia de las leyes del Estado en el catecismo. Y nosotros no podemos aceptar la sustitución de las leyes del Estado por el catecismo.

Defendemos la autonomía de la política, porque la política es insustituible como instrumento de convivencia, y el PSOE, todos los que nos apoyan y sienten con nosotros, son insustituibles en la política española. Por eso debemos conseguir una gran victoria en las próximas elecciones del 9 de marzo, una victoria para la que contamos con los tres elementos que se precisan: un gran partido, un gran programa y el mejor candidato: José Luis Rodríguez Zapatero".
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