La utilidad del voto frente al ‘voto útil’

Por primera vez en la historia de Izquierda Unida cerca de 22.000 de sus militantes han elegido por medio del voto directo a su candidato a la Presidencia de Gobierno para las elecciones que, en principio, se celebrarán el 9 de marzo próximo. Este, para empezar, es uno de los mejores avales para que desde nuestra organización nos podamos dirigir al conjunto de la izquierda de este país para anunciarles el compromiso por incrementar el giro social y ambiental de cualquier gobierno que surja de esos comicios.

La militancia de IU nos ha dado una lección democrática y de participación, primero a nosotros, los propios dirigentes de la organización, pero también al resto de máximos responsables de otras fuerzas de uno u otro signo. Los partidos políticos, sistemas de representación de las sociedades democráticas desde el siglo XIX, en muchos casos siguen anclados aún en prácticas de esa época. Sus estructuras se han acostumbrado, lamentablemente, a los ‘cuadernos azules’ de designación por parte de algún ya ex presidente del Gobierno o a elecciones ‘digitales’ por parte de su sucesor de algunos cabezas de lista de su partido en lugares tan importantes como la capital madrileña, pasando por encima de la opinión de sus bases, y con los desastrosos resultados por todos conocidos.

En nuestro caso, la importante votación interna vivida hace apenas una semana la interpretamos como la apertura definitiva de las puertas de IU a una dinámica de renovación interna que va a contribuir y facilitar la refundación de la izquierda. Nosotros queremos sumar a nuestro proyecto a sectores progresistas, tanto de la izquierda política como social, con los que compartimos objetivos e ideas en cada Comunidad Autónoma. Estamos abiertos a implicarnos con la realidad social que funciona, con las propuestas de todas aquellas organizaciones con las que compartimos trabajo y que viven activamente las demandas sociales y medioambientales desde su compromiso particular.

Nuestra decisión está ya tomada. Queremos comprometer a la militancia más activa de Izquierda Unida para que ayuden a su dirección para comprometer el voto de esa franja de la sociedad -que inicialmente supone ese potencial del millón y medio a dos millones de votantes- que se siente realmente de izquierdas en sus distintas intensidades.

Con ellos es con quien queremos comprometernos activamente y construir un programa electoral y unas candidaturas alternativas, concretas y creíbles, para llenar de utilidad nuestro voto frente a ese otro tipo de ‘voto útil’. Queremos ser útiles para ganar a la derecha y necesarios para comprometer a un Gobierno de la izquierda plural en la próxima legislatura.

El nuestro va a ser un esfuerzo por movilizar al potencial electorado y llenar de contenido el voto de los ciudadanos. En un momento de polarización PSOE-PP, con una diferencia mínima de escaños según la última encuesta del CIS, nuestra lucha no es sólo para explicar el contenido de nuestro programa, sino también para explicar la falta de contenido de ese llamamiento al ‘voto útil’ basado en el simplismo de que para evitar que el PP gane sólo se puede votar al PSOE.

En las pasadas elecciones generales de marzo de 2004, el criminal atentado terrorista del 11-M ya en la recta final de la campaña y la gestión que del mismo hizo el Gobierno Aznar llevó a miles de votantes de IU a cambiar su voto priorizando echar a la derecha del gobierno. Esta decisión fue tomada por ellos de forma responsable y, por tanto, es totalmente respetable.

En estos últimos cuatro años muchos analistas políticos lo han tomado como ejemplo claro de lo que es el ‘voto útil’. El tiempo dirá si tienen o no razón. Mientras tanto, nosotros valoramos ahora que debemos lanzar a la sociedad un nuevo compromiso. Debemos articular una propuesta política que sea útil para aquel votante que quiera ganar a la derecha, pero que tenga así mismo utilidad para llenar de contenido las políticas sociales y medioambientales, no sólo desde el Gobierno, sino desde la  rotunda exigencia que se le pueda hacer al mismo.

Se acabó una etapa. Comienza un nuevo ciclo. A nivel interno, las bases de Izquierda Unida han hablado. Ya no hacen falta más intérpretes interesados de la supuesta voluntad general de nuestra organización. Ahora, con la fuerza y la tranquilidad que da saber el respaldo que me ha dado una organización plural, que discute cara al público y no oculta sus diferencias, aunque algunos desde fuera de IU traten de magnificarlas en beneficio propio apoyados, además, en múltiples altavoces mediáticos, ha llegado la hora de trabajar por otros objetivos.

*Gaspar Llamazares es Coordinador general de IU