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Unanimidad y una nimiedad sobre el cambio climático

La llegada a España de Al Gore, vicepresidente de EEUU en la etapa de Bill Clinton como amo del mundo, para recibir el premio Príncipe de Asturias, además de publicitar su visión/video sobre las consecuencias del cambio climático y, de paso, intentar provocar conciencias y alertarnos sobre las fatales consecuencias —si todo sigue como hasta la fecha centrado en el derroche y en la falta de respeto a la
naturaleza—  de la excesiva y perniciosa intervención de la mano humano en el desarrollo del planeta, que, para nuestra desgracia,  respira con problemas porque nuestras mierdas ahogan sus pulmones.

Esta visita no podía pasar desapercibida para todos los que buscan conducir a la sociedad por alguno de los dos únicos carriles que ellos mismos han diseñado para los demás; sí, aquellos que sólo ven bajo el prisma del PP o del PSOE y que proclaman sin torcer el gesto su pensamiento único y favorito, en forma de pregunta: “¿Estás conmigo o contra mí?

Como la derecha cree que esto de la defensa del medio ambiente está ligado exclusivamente a la izquierda política, algunos han decidido reaccionar según el catecismo establecido y, por lo tanto, como Gore —derrotado por los pelos por su amigo Bush— es de los enemigos de los que invadieron Irak y amigo de los que echaron a Aznar del poder que creía suyo, hay que darle caña y, si es posible,  ridiculizarlo con cuestiones que tienen poco que ver con el cambio climático.

Hablan del precio de sus conferencias y mal de su documental de denuncia sobre lo que estamos haciendo mal y  advertencia de lo que nos espera si seguimos envenenando los aires, las tierras y los mares,  y estrujando la teta de la vaca que nos alimenta a todos de manera ridícula y casi criminal.

Parece que hay unanimidad sobre estas cuestiones que  nos preocupan tanto y, como ya sucedió en Francia antes de las últimas elecciones presidenciales que auparon  a Nicolás Sarkozy al poder, lo natural es que en España suceda lo mismo y empiece a ser este del cambio climático uno de los elementos prioritarios de actuación gubernamental y, también, de concienciación de la sociedad.

También parece que existen aquellos que,  sin querer o queriendo ser más gracioso que los demás, trivializan con cuestiones importantes como el agua, el oxígeno o el monóxido de carbono y recurren a un primo culto e inteligente para banalizar sobre la predicción del tiempo y demás.

Ante la unanimidad, a Rajoy sólo se la ha ocurrido una nimiedad —insignificancia— para aportar al debate. Seguro que el líder del PP está arrepentido de haber dicho una memez para ser noticia por la gracia expresada, por lo que lo más lógico sería pedir perdón por jugar con las ‘cosas de comer’, y hacerlo con otra frase graciosa como: Tenía razón mi primo,  he de ver lo que Gore enseña.
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