En la invitación ponía que lo iba a presentar Ángela Vallvey y Bertín Osborne, y, dado que el público de Ussía suele ser bastante fachilla y los fachillas, ya se sabe, suelen tener muy buena pinta, pues era obligado pasarse por ahí a ver si al menos a una se le alegraba el ojillo.
El ojo no sé, pero lo que es el oído…Yo no sé cuál es la gracia que la gente le encuentra a contratar a personas aburridas que presentan actos. La Vallvey, una escritora con mérito (ha ganado el Premio Nadal) es pelín coñazo, amén de repetitiva porque dijo muchas cosas que luego repitió en el Diario de la Noche (del que, por lo visto, es analista, manda güevos, que diría Trillo). Entre otras lindezas dijo que España estaba muy rara en los últimos años, para ser exactos en los últimos 400. Bueno, vale, de acuerdo. Vamos a dejarlo así.
Después habló Bertín Osborne que antes solía ser gracioso y digo antes porque ya, como la Vallvey, se repite pelín. Un ejemplo. Siempre que presenta un libro, y yo es la segunda vez que lo veo haciéndolo, dice: Fulanito me llamó hace un mes y me dijo, el día tal tienes que estar en nosédónde para presentar noséqué y le dije: “tío, qué dices, si yo no sé hacer eso, y nunca lo he hecho”. Mentira Bertín. Al menos ayer era la segunda vez. ¿O te has olvidado de cuándo presentaste el de Porfirio Ruborosa magníficamente escrito por Jaime Royo-Villanova?. Pues eso, que no te repitas que ya no tienes la gracia de antes y, desde que te has casado, ya ni cuentas con legión de admiradoras.
Pero quedaba lo mejor. Ussía. Ése sí que no defrauda. Lo bueno de Alfonso es su inmensa capacidad para reírse de sí mismo y de todo el mundo sin que a nadie le parezca mal y esto es porque nadie se da por aludido con sus reproches. Una muestra: dio la bienvenida a los invitados de la editorial, a los del autor y, of course, a los del club de la croquete. Todos nos reímos, yo la primera, jaja, mirando a las más ilustres canaperas sin caer en la cuenta que yo soy la primera gran canapera, de hecho cuento lo que veo en esta página. Pero, lo sentimos por las ilustres canaperas y gorronas porque ayer lo que había era más bien, escaso. ¿Qué pasó con los grandes eventos editoriales de antaño?, ¿no hay pasta ya en las editoriales? Es para morirse de hambre.
…y de aburrimiento. Poca gente para nombrar había. Mingote, gran amigo de Ussía, Pepe Oneto, José Antonio Vera, director de publicaciones de la Razón…y poco más. Un aburrimiento, sí señor. Pero les recomendaré el libro, eso sí. Es, hasta divertido.
Si (
No(
