El Banco Santander está decidido a ampliar su participación en América Latina, una región donde tiene una cuota media de mercado del 10 por ciento y en la que invertirá 2.000 millones de dólares en tres años, dijo este viernes el director general para la región, Francisco Luzón.
"Nos definimos como la columna vertebral del sistema financiero latinoamericano porque estamos en los países más importantes. Tenemos 21 millones de clientes, 4.000 sucursales y casi 60.000 empleados", dijo Luzón en entrevista con Efe en la ciudad colombiana de Cartagena.
La ampliación de la cuota de mercado está prevista en el "Proyecto Banca Comercial 2010", que el Santander lanzó a comienzos de este mes y que incluye la apertura de 945 oficinas y puntos de venta entre este año y el 2009, con una inversión de 2.000 millones de dólares.
Luzón, que esta semana participa en Cartagena en el Primer Encuentro Internacional de Becas Líder, organizado por la Fundación Carolina con el apoyo del Santander, explicó que el primer grupo bancario español no tiene "planes de comprar nada muy significativo" y que la expansión se hará mediante el crecimiento orgánico.
"Evidentemente la gran inversión fueron los cerca de 18.000 millones de dólares (destinados a Latinoamérica) entre el año 1996 y el 2000, lo que nos permitió extender nuestra presencia, y ahora estamos haciendo inversiones de crecimiento orgánico", agregó.
El Santander tiene una presencia importante en Brasil y México, que juntos representan el 75 por ciento del sistema financiero latinoamericano, y sus objetivos son distintos para cada país.
"En Brasil tenemos una cuota del cinco por ciento del mercado y nuestro objetivo es llegar al diez por ciento a medio plazo", anotó.
Para México, donde tiene una cuota media de mercado del 16 por ciento, la intención es llegar al 20 por ciento "abriendo sucursales, siendo agresivos comercialmente".
Según Luzón, en Chile, otro país donde el Santander es fuerte, el objetivo es "que la tarta del sistema financiero se multiplique por dos, no tanto crecer en cuota de mercado".
"Queremos que Chile sea un país más bancarizado, que en vez de tener 1,5 millones de cuentas tenga cinco millones", indicó.
Para alcanzar sus objetivos, el Santander trabaja con cuatro o cinco "productos ancla", según las condiciones de cada país: la domiciliación de nóminas, masificación de las tarjetas de crédito, créditos de consumo, seguros e hipotecas.
"Nuestra intención es bancarizar a América Latina siendo intensivos en el lanzamiento de esos productos", anotó.
Luzón definió como "fundamental" la domiciliación de nóminas, mediante la cual las empresas depositan los salarios de los trabajadores en cuentas abiertas en el banco, y se mostró optimista con el futuro del mercado de las tarjetas de crédito.
En su opinión, con las tarjetas de crédito la banca latinoamericana tiene una "revolución pendiente", y confía en que ese producto se vuelva tan popular en el mercado financiero como lo han sido los teléfonos móviles para el sector de telecomunicaciones.
En cuanto a los créditos hipotecarios explicó que es un producto que por ahora no se puede ofrecer en todos los países "porque para eso se necesita estabilidad macroeconómica e intereses bajos".
"Esas condiciones se dan en México, Chile, Puerto Rico y empiezan a presentarse también en Brasil pero en otros países las hipotecas son casi imposibles porque tienen intereses muy altos y son muy volátiles", agregó el directivo.
Con esos productos el Santander quiere fundamentalmente "bancarizar la clase media" latinoamericana, que es una de sus tres líneas de actuación.
La segunda es el apoyo a los programas nacionales de desarrollo en las áreas de energía, infraestructura, comunicaciones, vivienda, construcción y otros sectores estratégicos.
"Tenemos un compromiso de acompañar el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) en Brasil, el Plan Nacional de Desarrollo en México y, en general, el desarrollo de los países latinoamericanos", anotó.
El tercer vector es la inversión en educación, un área de interés social para el Santander, que el año pasado destinó a programas educativos 100 millones de dólares de los cuales unos 46 millones fueron para universidades latinoamericanas.
"Esa inversión en América Latina va a crecer a un ritmo del 20 por ciento anual porque tenemos conciencia en el Santander de que el área que más apoyo a la educación necesita en el mundo es América Latina", apuntó.
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