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Juicio 11-M: conclusiones de las Defensas

Quieren salvar a Trashorras por no determinar el tipo de explosivo que explotó en los trenes

Quieren salvar a Trashorras por no determinar el tipo de explosivo que explotó en los trenes

El defensor del ex minero asturiano cree que si cliente debe ser exculpado si no se demuestra que su dinamita es la que sirvió a los islamistas para la matanza.

  El abogado defensor de José Emilio Suárez Trashorras, Gerardo Turiel, indicó en la exposición de sus conclusiones ante el tribunal del 11-M que ni al él ni a su cliente les da igual el tipo de dinamita que se utilizó en los trenes de cercanías ya que "mientras no se diga cual es no se puede a acusar a este señor de nada menos que de 192 asesinatos".

  Turiel hizo referencia con esta alusión a la afirmación del fiscal jefe de la Audiencia Nacional que durante su informe aseguró que "daba igual" que se empleara Goma 2 ECO u otro explosivo en las mochilas-bomba que hicieron explosión el 11 de marzo de 2004.

  El letrado explicó que, en el caso del asturiano, saber la dinamita empleado es "clave" para calificar el delito e invocó la indefensión a efectos de la vulneración de los derechos fundamentales de su cliente: "A mi cliente y a mi sí nos interesa saber lo que explotó porque nos interesa saber qué relación tenemos con esto".

   El defensor advirtió, continuando con sus críticas a la actuación del Ministerio Público, que corremos el riesgo de que esta violación de derechos nos acerque a la situación que viven los presos islamistas detenidos por las autoridades norteamericanas y encarcelados en la cárcel cubana de Guantánamo. "Esto no es Guantánamo pero por ese camino vamos", dijo. Turiel destacó que se alegró enormemente de que Suárez Trashorras "no rece ni sepa hablar árabe".


Proceso inquisitorial

  El abogado indicó que la actitud del Ministerio Público durante el proceso le ha recordado en diversas ocasiones "la vieja norma inquisitorial". Así indicó que "nunca" se ha sentido "tan vapuleado" como en determinados momentos de la causa y recordó que, al igual que sucedía con la Inquisición, su cliente no supo durante un largo periodo de tiempo los motivos por los que se le acusaba y de qué se le acusaba.

  "En esa manera de instruir que sigue este proceso inquisitivo se llevan a cano situaciones que en un proceso moderno no tendrían lugar", dijo. Por ejemplo, explicó que durante el juicio oral se ha pretendido que distintos informes y atestados adquirieran la entidad de periciales. "No me cuelen de rondón la opinión de un policía no que es experto de nada y me diga que es una pericial", dijo en referencia a la Fiscalía.

  Turiel, que contó durante su informe con una especial atención de sus compañeros del resto de defensas, mencionó además el tratamiento dado por los medios de comunicación al juicio y habló de la existencia de "juicios paralelos en la prensa" y recordó que "en realidad el que tiene que juzgar es el tribunal".

  El letrado, decano de todos los que representan a las distintas partes en la vista indicó que todas las sociedades "necesitan un enemigo" y es característico que entre el enemigo y la sociedad "siempre haya un nexo: el traidor", que en este caso sería su cliente. "Por descontado la sociedad moderna no mata al enemigo, se conforma con que vaya cuarenta mil años a la cárcel".


Pruebas contra Suárez Trashorras

  El abogado hizo referencia a la Operación Pipol y recordó que la intervención de su cliente en ella se produjo a instancias de la Policía -en concreto del Inspector Jefe de Estupefacientes de Avilés, Manolo García, conocido como "Manolón"--y de la Fiscalía Asturiana. Ambos, agregó, piden a Suárez Trashorras que colabore con ellos y se introduzca en esa trama de tráfico de droga que quieren desmontar para informarles.

  "El pacto para que pudieran en libertad a su cuñado, Antonio Toro, fue en noviembre de 2001", concretó Turiel que precisó que esa Navidad Suárez Trashorras "incluso regaló unas cestas a los policías de Avilés.

  El abogado puso de manifiesto, además, que la cinta con esta denuncia de Lavandera, grabada también en 2001 no apareció hasta 2004 "tirada en el patio de un cuartel de la Guardia Civil" y dijo que "se manipuló, se creó, se hizo artificialmente" en ese año.

  Turiel mencionó también la colaboración de su cliente con "Manolón" y se refirió a que el policía dijo en la vista que Suárez Trashorras le llamaba para controlarle, "como si mi cliente, que llamaba al móvil, pudiera localizarle con las BTS esas", agregó.

  Destacó también que existen cientos de llamadas que demuestran que el asturiano informaba a su controlador de todos sus pasos y contactos con Jamal Ahmidan alias "El Chino" e indicó que incluso llegó a conducir a la policías a la finca de Morata de Tajuña, donde se almacenaron y prepararon los explosivos utilizados en los atentados.

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