¿Defraudó Zapatero?

   Tuve oportunidad de escuchar el mensaje del presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, acompañando a un relevante empresario, que naturalmente, escuchó con extraordinaria atención e hizo sus particulares observaciones. Primera anotación: Zapatero habla como lo hacía el Suárez de los primeros tiempos. Con mucha precisión y notable énfasis. La anotación y valoración final del mismo empresario fue también tajante: "Muy mal". Y explicaba: El presidente vuelve a insistir en la paz, cuando a todos nos gustaría haberle escuchado en términos de mucha mayor severidad, firmeza y dureza...

   Sin duda, es un juicio que pudieron compartir no pocos españoles atentos al mensaje del jefe del gobierno, incluidos quienes desde el primer momento mostramos algún grado de esperanza de que "el proceso" pudiera llegar a algún buen puerto. El proceso ya descarriló muy severamente cuando el atentado del penúltimo día de 2005. La voladura de la muy costosa terminal 4 de Barajas, con dos ciudadanos ecuatorianos en su interior, terminó de "convencer" a los muy convencidos de que el proceso era un disparate que no podía conducir a ninguna parte. Ahora, el anuncio de la banda ETA no viene a otra cosa que a confirmar en esa misma creencia a quienes nunca dieron la menor esperanza, y mucho menos el menor apoyo a la "enloquecida iniciativa de Zapatero".  Con toda certeza, a estos también les defraudó un Zapatero que expresa su confianza en contar con el apoyo unánime de todas las fuerzas políticas, y  en confiar en que, antes o después, terminará por imponerse la paz,  después de esta nueva equivocación de la banda. Zapatero ha garantizado  que,  frente al anuncio etarra, la respuesta será la de siempre, fundada en la defensa común de los valores  e instituciones democráticas, la estricta aplicación del Estado de Derecho, la eficacia de las fuerzas y cuerpos de la seguridad del Estado y la cooperación internacional.

   Más de uno hubiera deseado que Zapatero fuera mucho más tajante: Algo así como "se acabó el paréntesis de contemplaciones, consideraciones y amabilidades con los terroristas y sus socios. En adelante, la aplicación estricta de la ley sin excepciones". Pasando, por ejemplo, por la aplicación restrictiva de la ley de partido y la ilegalización de siglas como el PCTE en el parlamento vasco y ANV en los ayuntamientos  vascos y navarros. Y la implacable persecución de etarras y colaboradores allá donde pudieran refugiarse o esconderse en adelante...

   En cambio, Zapatero regresó a su consabida esperanza en la paz y el recordatorio de que el destino de Euskadi está, naturalmente, en manos de los vascos...