Los proyectos presidenciales de los candidatos cuestan cada vez más caros

La deuda pública francesa equivale al 66 por ciento del PIB de Francia. Sólo este dato justifica que en el país se haya desarrollado una corriente de pensamiento dedicada a constatar la decadencia del país a nivel económico, y por ende, cultural, social y moral.

Sin embargo, se pueden señalar otros indicios que justifican el "decandentismo" económico que evocan quienes se dedican a subrayar los males de la economía francesa. En Francia "los salarios están estancados y en los últimos 25 años el país ha caído en materia de PIB por persona hasta ocupar la decimoséptima plaza a nivel mundial cuando a principios de los años ochenta se encontraba en la séptima", según señala en su edición de esta semana la revista económica británica 'The Economist'.

El último mandato del presidente Jacques Chirac no ha resuelto en absoluto estas cuestiones. Es más, según explicó  Jean Damian Po, director de estudios económicos del 'think tank' francés Instituto de la Empresa, Chirac no fue elegido presidente en 2002 por razones de tipo económico.

A su modo de ver, "la opinión francesa prioriza ahora las cuestiones económicas porque estuvo privada de ellas hace cinco años". Según Po, la primera vuelta de 2002 estuvo centrada en cuestiones de sociedad, como la seguridad, y en la segunda, no hubo debate económico pues toda la movilización de los votantes se hizo contra el candidato de la extrema derecha, Jean-Marie Le Pen, quien por sorpresa, se clasificó para la segunda votación de los comicios presidenciales.

"Como no se habló de la economía, de la reforma del Estado y de otros temas en 2002, es normal que estos temas aparezcan ahora en las agendas de los aspirantes a la presidencia de la República", explico Po.

La deuda pública

La deuda pública, por ejemplo, es un asunto que inquieta a los franceses desde que Michel Pébereau, el presidente del Instituto de la Empresa y también presidente del consejo de administración del banco BNP-Parisbas, diera cuenta en un informe al ministro francés de Economía y Finanzas, Thierry Breton, de que la deuda pública del Estado galo limita en gran medida la capacidad de "acción Republicana" de la administración francesa.

Por esa razón, el Instituto de la Empresa ha continuado interesándose en las cuestiones relacionadas con la deuda del Estado galo. En el primer trimestre de este año electoral de 2007, la institución que dirige Michel Pérebau ha protagonizado una polémica tras haber calculado el coste de los proyectos presidenciales de los tres candidatos favoritos en la carrera hacia el Elíseo.

En un primer momento, el Instituto de la Empresa calculó el desarrollo íntegro del programa presidencial del candidato del partido gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP), Nicolas Sarkozy. La estimación de su precio fue de 74.000 millones de euros.

Su programa es, sin duda, el más difícil de financiar, pero el de Ségolène Royal, inmediata perseguidora de Sarkozy en materia de intención de voto según los estudios de opinión y aspirante del Partido Socialista (PS) francés a la Presidencia de la República francesa, cuesta 63.000 millones de euros.

El tercer candidato en materia de intención de voto, François Bayrou, aspirante de la Unión por la Democracia Francesa (UDF), es el más austero pues según el Instituto de la Empresa la aplicación de su programa electoral cuesta 28.000 millones de euros.

Sin embargo, estas cifras han sido contestadas por los aspirantes a la jefatura del Estado galo. Sarkozy, ha asegurado que el coste de su programa es de 32.000 millones de euros. Royal ha hecho lo propio cifrando en 35.000 millones de euros su proyecto presidencial.

Esas previsiones, que son aproximadamente la mitad de lo previsto por el 'think tank' de Michel Pérebau, apenas se diferencian en unos 7.000 millones de euros cuando se habla del proyecto François Bayrou, quien calcula su gestión en el Elíseo en unos 21 mil millones de euros.

Según Po, "Bayrou ha hecho de su moderación en materia de gasto público un valor de su campaña presidencial". Algo paradójico, pues "hasta que se ha desarrollado esta campaña presidencial en Francia ha habido que prometer mucho para llegar al Elíseo", dije Po.

A su modo de ver, la decisión política de Bayrou se explica gracias a la concienciación del electorado francés con el hecho de que el Estado galo no puede seguir gastando como lo ha hecho hasta ahora.

Se encarecen los proyectos

Sin embargo, según publica hoy el diario económico galo 'Les Echos', "la confusión" reina en materia de coste de las promesas electorales de los aspirantes a la jefatura del Estado galo. El rotativo señala que la carrera de anuncios de medidas emprendida por Sarkozy y Royal está encareciendo aún más sus proyectos.

En total, 'Les Echos' señala que entre las medidas anunciadas recientemente por Sarkozy o miembros de su equipo y la revalorización de otras propuestas del proyecto del candidato de la UMP, el programa presidencial del ex ministro francés del Interior costaría cerca de 12.600 millones de euros más.

Del mismo modo, las nuevas proposiciones de la candidata socialista sumadas a la revalorización de otras medidas expuestas con anterioridad plantean un incremento del coste del proyecto de Royal de cerca de 9.500 millones de euros.

En cuanto a Bayrou, el coste de su proyecto no plantea problemas pues "el candidato se niega a salir de sus propuestas iniciales", según se lee en el rotativo galo.

Estos últimos incrementos del coste de los proyectos presidenciales registrados a falta de cinco días para que se celebre la primera vuelta de las elecciones presidenciales pone de manifiesto que, gane la elección presidencial Sarkozy o Royal, los candidatos que los sondeos prevén protagonistas de la segunda votación de los comicios presidenciales, la deuda pública francesa podría seguir siendo uno de los aspectos más inquietantes de la economía francesa.