¿Alguién quiere ganar la Liga?

La Liga parece no tener dueño. Estar huérfana de aspirantes a ganarla. Porque, por diversas causas, cuando tropieza uno de ellos, los demás, muy educadamente no se aprovechan y también lo hacen. De hecho, en esta 26ª jornada ninguno de los cuatro primeros, y únicos candidatos -con diversas posibilidades- a llevársela a sus vitrinas, fue capaz de vencer y apuntarse los tres puntos.

Así, tras el inesperado pero merecido traspiés el sábado del cada vez menos 'Superbarça ante el cada vez igual de mediocre Madrid, -aunque hay que reconocerle que esta vez los blancos dieron la cara-, todo se ponía a huevo al Sevilla, que visitaba a uno de los colistas, el Nastic, para vencer y seguir aumentando las distancias con los de Rijkaard. Pero los de Juande Ramos, posiblemente por el miedo a ganar que atenaza a los equipos no acostumbrados a sumar títulos, pegaron uno de los mayores petardos de esta temporada y salieron derrotados. Con lo que el semifracaso barcelonista se convertía de esta manera en un éxito al servirle el empate para igualar a puntos con el propio Sevilla y arrebatarle el liderato.

Por su parte, el Madrid fue incapaz de un golpe de timón y casi de estado: con todo a favor en el Nou Camp -un jugador más por la expulsión de Olleguer, un gol de ventaja y un pésimo juego de los azulgrana- se dejó empatar en el último minuto -con el tercer golazo de Messi- y perdió una gran ocasión de acortar distancia e incluso meterse con fuerza en la pomada que busca el título. Y ya el último fiasco lo protagonizó el Valencia en Pamplona en el partido que cerraba la jornada. En él, los de Sánchez Flores, ante un Osasuna en crisis, tenían la opción de sacar limpios los tres puntos y colocarse a uno sólo de Barça y Sevilla. Pues tampoco, empate y gracias, porque también llegó en el último suspiro del encuentro merced al oportunismo de Morientes..

De modo que esta jornada loca, sólo la aprovecharon, paradójicamente, los dos colistas, que sí ganaron. El ya citado Nastic, que sumando esta victoria a la de hace una semana en San Mamés evita hundirse definitivamente, y la Real Sociedad, que chafó a un Mallorca que llegó a Anoeta con la intención de pescar tres puntos, como casi todos los equipos que por allí habían desfilado. En fin, lo dicho/escrito, una jornada extraña en una Liga extraña que parece nadie quiere llevarse, aunque no les quedará más remedio a alguno de los cuatro aspirantes que hacerlo, aunque sea sin querer.