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Hola, hola ¿qué tal?, gracias

Hay que seducir. En la vida privada, por supuesto, pero también es el mensaje que reciben los políticos y los empresarios. Y para seducir es necesario estudiar detenidamente al otro, practicar maniobras disimuladas de acercamiento, demostrar un cierto desinterés hasta que es imprescindible que se note que se busca lo que se busca y, finalmente, atacar la posición. El juego es complejo y algunos lo practican con descaro y otros con timidez. El humor suele ser siempre un excelente instrumento porque todos preferimos a alguien que nos haga reír que a alguien que nos hace sufrir. Aunque hay gustos para todo... En el cine o en la vida todos conocemos muchos seductores. En la política, Adolfo Suárez, Felipe González y Alfonso Guerra han dado muestras más que sobradas de serlo. El poder es un afrodisíaco que funciona casi siempre, aunque también casi siempre acaba mal, porque los que lo tienen no quieren compartirlo, sino aumentarlo.

En la vida económica y empresarial sucede lo mismo. Ahora mismo estamos asistiendo a una maniobra de seducción realmente espectacular y original. Hace unos días aparecía en la prensa un anuncio a toda página sobre fondo rojo en el que ella, una extranjera, saluda con un gran “Hola”, reconoce que se han dicho demasiadas cosas sobre ella, y no todas buenas, pero que va siendo “hora de conocernos”. Se presenta orgullosa de su trayectoria, con una excelente reputación mundial y unos buenos ingresos. Un gran partido.

Lo malo es que, a las pocas horas, le ha contestado una española que busca lo mismo. Lo ha hecho enseñando sus poderes, en una doble página sobre fondo verde. Contesta a la seductora con un “Hola, ¿qué tal?”, se muestra hospitalaria con las “extranjeras”, dice que ella en mucho menos tiempo ha llegado casi tan lejos y que aspira a ser la mejor y que tiene vocación de ser pareja para toda la vida. Además resalta que juega en casa y se muestra preocupada por el futuro de los hijos, lo que en estos casos es casi irrebatible.

Dos mujeres y un amor. La extranjera es EON, la que juega en casa es Acciona y el que tiene que ser seducido es el accionista de Endesa. Las peleas en los tribunales y en los medios han dejado su sitio, al menos por unos días, al marketing y a la publicidad en periódicos, afortunadamente con excelente humor. Pase lo que pase, falta un tercer anuncio, en el que Manuel Pizarro, diga: “Gracias. Nunca nadie ayudó tanto como el Gobierno a los accionistas de Endesa. Si no hubiera sido por ellos, tal vez Gas Natural se hubiera quedado con este empresa por menos de la tercera parte de lo que hoy vale. Si os gusta el juego, tengo más ideas”.  Aquí, de momento, el que va ganando es el que se deja seducir. Luego, ya veremos...

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