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Los ciudadanos europeos y la Constitución

Los ciudadanos europeos y la Constitución

Al comenzar este año 2007 la Unión Europea ha aumentado la extensión territorial, ya tenemos 4,2 millones de kilómetros cuadrados y la población alcanza 492 millones de habitantes, tras la integración de Rumania y de Bulgaria. Acontecimiento del que nos congratulamos y muestra palpable del éxito del Proceso de integración europea iniciado por la visión política de Jean Monet y de Robert Schuman, dos franceses “visionarios-realistas”, que hace 50 años promovieron la Unión Europea con el Tratado de Roma.

    Con estos aumentos se consolidan las características que les son propias a los Estados-Continentes para ser sujetos de Política Internacional, con unas capacidades muy superiores, en todos los aspectos, a las tradicionales Estados-Nación, aparecidos en Europa en la Edad Moderna, año 1500, como consecuencia de la fusión de los anteriores Reinos Feudales. La tendencia al aumento y centralización de los Estados ha sido continua con la formación de los Imperios Europeos, y en el siglo XIX con la aparición de las dos nuevas Naciones de Alemania e Italia.

    El gran éxito de las 25 Democracias europeas en los últimos años ha sido la adecuada relación de la Unión Europea con sus Estados Miembros para respetar las funciones esenciales de estos y cuyo objetivo es:  garantizar su integridad territorial, mantener el orden público y salvaguardar la seguridad  nacional. Se ha cumplido el principio de cooperación legal al que hace referencia el Tratado de la Constitución en el art. 5 de la primera parte. También existen tres principios que regulan las competencias de la Unión Europea(UE) con los Estados Miembros: son los de atribución, subsidiaridad y proporcionalidad.

    Por el principio de atribución hay reparto de competencias: La UE actúa dentro de los límites de competencias que le atribuyen los Estados Miembros.
    El de subsidiaridad,  señala que la UE en los ámbitos que no sean de su competencia intervendrá solo cuando los objetivos de la acción emprendida no puedan ser alcanzadas por los Estados Miembros, ni a nivel central, regional o local. Este criterio unido al que los gobernantes deben estar lo más cerca posible de los gobernados, es decir,  “lo que pueda hacer el Ayuntamiento, no lo haga la Comunidad Autónoma y que lo que esta pueda conseguir no lo realice el Estado”, ha dado un impulso extraordinario al desarrollo y a la competitividad entre Municipios y Regiones. En los gobiernos autoritarios, que los alcaldes son nombrados por el Ministro del Interior o por el Gobernador, no existía el estímulo que proporcionan las elecciones democráticas cada cuatro años. Los ciudadanos observan y conocen la labor del alcalde y en función de ella le conceden o no su voto. El cambio experimentado durante la Transición Política en ciudades y pueblos españoles está a la vista. En gran parte se debe al interés y control de los Ciudadanos, que los alcaldes rinden cuentas con las obras realizadas y el buen gobierno del Municipio. Este es uno de los motores de la Democracia. Igualmente ocurre con los escalones superiores del reparto del Poder.

Según el principio de proporcionalidad, el contenido y la forma de la acción no excederán lo necesario para alcanzar cada objetivo propuesto.

    Las instituciones de la UE aplican los tres principios de forma armónica y coordinada, según el art. I – 113.

    Pero la cúpula del Poder de la UE, el Parlamento Europeo y la Comisión Europa no han sabido gobernar  acertadamente en relación a los Ciudadanos. Lo han hecho bien con los Gobiernos de los Estados Miembros, como señala el artículo I – 5. En el caso de España, el 60% de la legislación viene de Bruselas, y  análogamanete ocurre con los demás países miembros. Esta buena relación UE – Estados Miembros se ha mostrado suficiente y eficaz.

    Pero este buen enlace no ha sucedido con los Ciudadanos, a pesar de las múltiples veces que la Comisión ha invocado la necesidad de gobernar más  cerca de los ciudadanos, proporcionando mayor información, claridad y trasparencia. Estos buenos deseos se han limitado normalmente solo a eso, a buenos deseos, con pocos resultados prácticos. Y siempre se han expresado con motivo de detenciones o contradicciones en el proceso de integración de la Unión Europea, como el susto ante la no ratificación del Tratado de Maastricht por Dinamarca.

    El Tratado de la Constitución, en su primer artículo señala taxativamente que “La presente Constitución nace de la voluntad de los Ciudadanos y de los Estados de Europa de construir un futuro Común, crea la Unión Europea,... Y en el artículo I–9 se refiere a los Derechos Fundamentales que la Constitución les señala a los Ciudadanos, así como los Deberes. También fija y les permite formular peticiones al Parlamento y recurrir al Defensor del Pueblo.

 Sin embargo, los Ciudadanos, a pesar de su papel preponderante en la Constitución, en la practica, se han sentido postergados por los legisladores y como consecuencia están mayoritariamente poco interesados en la Unión Europea y lo han demostrado en las elecciones al Parlamento Europeo. Una inmensa mayoría no han leído ni conocen bien la Constitución Europea. No saben el nombre, datos del curriculum, ni han visto la cara de ninguno de los 25 Comisarios de la Comisión que nos gobiernan. Todavía están lejos de sentirse Ciudadanos Europeos, orgullosos de pertenecer a un Continente que ha sabido reponerse de los trágicos efectos  de la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945) y de la Guerra Fría (1946 – 1991)  (con la muy eficaz ayuda de los Estados Unidos de América)  y que han constituido uno de los mayores espacios del mundo con libre circulación de personas, servicios, mercancías y capitales; con libertad de establecimiento, con bienestar, desarrollo, respeto a los Derechos Humanos, el mayor Mercado Común del Mundo, impulso de la ciencia y tecnología, de I + D + I; de educación (con los nuevos criterios universitarios de Bolonia para las titulaciones superiores), de cultura, de cooperación internacional – Europa es la que presta más ayuda a los países del  Mundo – , con gran preocupación por el cambio climático, etc. 

    Para que la Unión Europea adquiera su pleno desarrollo como potencia mundial, es imprescindible lograr dos objetivos: Uno político y otro social.

    El político, se centra en disponer de una Constitución, que como  todas las existentes, defina el modelo o sistema de gobierno que tiene cada Estado, y se constituya en la Ley  Fundamental del mismo. Que la Constitución sirva de referencia como elemento político cercano al Ciudadano y permita una mayor unión directa entre la cúpula política del marco institucional  de la UE y los Ciudadanos.
 
    El objetivo social, es que exista una Carta en la que se establezcan los Derechos Fundamentales de la Unión, en los que sitúe  a la persona en el centro de su actuación. Esa Carta constituye la Segunda Parte de Tratado por el que se establece una Constitución para Europa (Bruselas 13–10-2004). En ella, se habla de la dignidad humana, del derecho a la vida (nadie podrá ser condenado a la pena de muerte ni ejecutado), a la integridad de la persona, prohibición de la esclavitud y del trabajo forzado.

    Se trata de unos derechos más amplios y detallados que los contenidos en las Constituciones de los países Miembros. Pero si bien esta es una condición necesaria, no creo sea suficiente. Para que los Ciudadanos europeos se sientan verdaderamente europeos , parece es necesario que se consideren  cerca de los que mandan y gobiernan en Europa, no solo de los que gobiernan en el Estado – Nación al que pertenecen.

    La Constitución señala que la Ciudadanía Europea es perfectamente compatible con la Ciudadanía de la Nación a la que pertenece cada uno y al amor al terruño que le vió nacer. Con ese criterio yo me siento Zaragozano, Aragonés, Español y Europeo, tengo emoción cuando veo ondear  la bandera de los cuatro territorios mencionados. Si los políticos pertenecientes a los partidos nacionales, dijeran a sus votantes, con más frecuencia, lo que significa Europa en relación a la ayuda a todos los Estados Miembros, y a los demás Continentes para evitar el hambre y enfermedades; y a todos los Ciudadanos lo que les ayuda directamente con mas de dos millones de becas ERASMUS a los estudiantes, y a las Personas Mayores con becas ULISES, etc. Si lo aprendieran los niños en las Escuelas, la Europa democrática del presente y la de nuestros nietos y biznietos, tendría una mayor base pública de apoyo ciudadano, que en Democracia es indispensable.

    Es todavía una asignatura pendiente y más difícil de realizar la difusión e imagen de las Señas de Identidad de la Unión Europea, que la de los Estados Miembros, que cuentan con su larga historia, políticos y funcionarios más cercanos a los ciudadanos, una lengua oficial común etc.

    Pero es imprescindible el conseguirlo. Lo requiere el futuro. Si los Gobiernos y los Medios de Comunicación, especialmente la Televisión, difundieran continua y hábilmente (mensajes reiterativos, debates, etc.) que hagan interesarse a los ciudadanos por  los valores, las características de la UE, lo mucho que se ha realizado, los pasos dados en la integración con una larga cadena de éxitos de la labor gestora y aglutinadora de la Unión Europea, los Ciudadanos dejarían de sentirse lejanos e indiferentes.

    La presidencia alemana de la UE, va a impulsar el proceso para “desbloquear el Tratado Constitucional y que se haya llegado a buen puerto antes de las elecciones al Parlamento Europeo en la primavera del 2009”. Ayudemos a la señora Ángela Merkel a conseguirlo, los que somos europeístas optimistas, para que los pesimistas y euro-escépticos, cuyas opiniones son también respetables, pero solo quieren ver el vaso  medio vacío, cambien de opinión, aprecien los beneficios logrados, y deduzcan de la situación geopolítica internacional, de la conflictividad y del terrorismo existentes, la necesidad de una Unión Europea convertida en Potencia Mundial, que con los Estados – Continente  Miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: Estados Unidos, Rusia, y China, y los demás Estados Miembros de la ONU, puedan alcanzar los objetivos del Tercer Milenio.

    La solución propuesta por la Canciller Ángela Merkel parece factible: Encontrar una formulación condensada y simplificada de los principios básicos que gozaran del consenso general de los Estados para aprobar la Constitución. Ya ha anunciado que, el 25 de marzo de 2007, con motivo del 50, aniversario del Tratado de Roma, presentará la Declaración de Berlín, que contendrá su actual concepción de Europa y las aportaciones del Parlamento y de la Comisión.

Es de esperar que, en cuanto a la forma el documento sea de fácil lectura y trasparencia para los ciudadanos, por estar numerado con la Norma ISO 2145/1978, titulada “Divisiones y subdivisiones de documentos escritos” para evitar  errores y correcciones posteriores, como sucedió en el Tratado de Mastricht (1992) que por usar letras mayúsculas y minúsculas, y números árabes y romanos, hubo que hacer las equivalencias de numeración de los 314 artículos en el posterior Tratado de Ámsterdam (1997) (art. 12), cinco años después. También ocurrió con el primer texto de la Convención en el Proyecto de Tratado por el que se instituye una Constitución para Europa”  (2004) en el que venía numeradas cada una de las cuatro partes independientemente y hubo que corregirlo y numerar los artículos correlativamente.

En cuanto al fondo, parece haber consenso en mantener la Primera Parte (De la definición y los objetivos de la Unión) y la Cuarta (Disposiciones Generales y Finales). La Segunda Parte (Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión) podría quedar fuera de la Constitución, pero manteniendo su estatus jurídico anterior. La Tercera (De las Políticas y el Funcionamiento de la Unión) es la parte mas polémica y seguramente no será incluida. Pero en relación a los Ciudadanos Dependientes, según el concepto “Situación de una persona que no puede valerse por si misma”, como existen millones y cada día aumentan su número por prolongarse la vida de las Personas Mayores, sería muy interesante se incluyera la palabra Dependiente en el artículo I-3 puntos 3 y 4, que hablan de la protección de las mujeres, de las Personas Mayores, discapacitados y  dependientes.

La Declaración de Berlín será la primera palanca para conseguir un acuerdo sobre la Constitución. Los 66 días que comprenden las fechas del 17 de enero al 25 de marzo de 2007, serán de importancia histórica para los 492 millones de Ciudadanos europeos, que convertidos en observadores, podrán comprobar si los políticos que defienden los intereses de los ciudadanos en el marco institucional (Parlamento, Consejo Europeo, Consejo de Ministros, Comisión Europea y Tribunal de Justicia) logran consensuar la Constitución que la Unión Europea necesita, con urgencia, en estos momentos.
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