La técnica del miedo

Bajar a los pasajeros de un autobús, ordenar a su conductor que lo cruce en mitad de una calle céntrica, a plena luz del día, y prenderle fuego, sólo se hace para intimidar a la ciudadanía. Los vascos se estaban acostumbrando a la tranquilidad y eso va contra los intereses y la estrategia de los terroristas. Por eso aplican la técnica del miedo que consiste en recordar a los vecinos de San Sebastián lo que significa vivir bajo el terror, por si acaso se les había olvidado y enseñarles un botón de muestra de lo que puede significar el fin del alto el fuego si no se aceptan las exigencias de ETA.

   Arrojar un cohete pirotécnico contra la vivienda de un ertzaina que impacto contra la casa de un vecino y un cóctel Molotov contra el domicilio de otro se hace para amedrentar, para avisar de que 'sabemos donde vives' y si nos detienes iremos a por ti. No es violencia callejera es terrorismo sin muertes.

   El Gobierno dijo que sólo se negociaría en "ausencia de violencia" y ésta no es la situación actual. Está muy bien que los enviados del Partido Socialista de Euskadi constataran en su entrevista con José Ternera que ETA mantiene el alto el fuego pero mientras la organización terrorista no ordene a Batasuna que pare la violencia en la calle el proceso estará estancado.

   Porque el Ejecutivo no puede negociar bajo la amenaza, la coacción y el chantaje y lo más grave es que parece evidente que Batasuna no puede parar nada porque la orden de utilizar el miedo como presión viene de la dirección de la banda.

   Así, Arnaldo Otegui aseguraba el viernes que no observa ningún avance en el proceso de paz y se salió por la tangente cuando se le preguntó por la escalada de violencia, repitiendo machaconamente que el que debe tener "ambición histórica" es Zapatero para "superar el conflicto". Si no fuera por lo conocido del lenguaje sonaría a sarcasmo, frente a la imagen del autobús calcinado donde, por cierto, se podía leer un anuncio que decía: 'Aprenda Euskara' y que se borró bajo las llamas.

   Dos cajeros de entidades bancarias sufrieron ayer el ataque de los violentos en este suma y sigue para que no haya ni un día de calma.

   Frente a esta técnica a los demócratas sólo nos queda aplicar la ley y no ceder al miedo.