Por
Pascual Hernández del Moral.
sábado 23 de mayo de 2015, 09:41h
Bueno, amigo Venancio, ya se ha acabado la
antepenúltima campaña electoral, contando con que la de Cataluña se dé en los
tiempos que ha marcado Arturo Mas, que sería la penúltima, y las generales
cuando don Mariano quiera, dentro de un orden. Demos un suspiro y relajémonos
unos meses, que falta nos hace. Tus paisanos, allá en Cuba, no tenéis este
hartazgo, porque votar no es necesario: manda quien manda, y los demás a
callar.
Que Dios reparta suerte, colega Venancio, pero
a partir de la publicación de los resultados, veremos que han ganado todos.
Unos, porque a pesar de las guarradas de la campaña electoral y de los grano en
las posaderas, han aguantado el tipo; otros porque no se han hundido tanto como
esperaban tras las guerras cainitas; estos, porque no habían participado nunca
y todo lo que hayan metido en el saco, bienvenido sea... sólo veo a un partido
"derrotado y vencido", como decía el célebre parte de guerra, porque se lo han
comido los de la Venecia chica.
Y solo queda aguantar con lo que venga, y
sobrellevarlo con la mayor dignidad y conformismo que sea posible, o sea, como
vosotros, compañero Venancio. Lo que salga
de las elecciones será legal y, contradiciendo a Popper, legítimo,
mientras los que han ganado no modifiquen las leyes y nos impidan remover al
electo, aunque sea en otras elecciones. En eso nos diferenciamos las
democracias occidentales de las Venecias chicas o de las Perlas caribeñas,
donde, una vez los dirigentes se han subido al machito, ya no hay quien los baje
si no es a tiros.
Y los elegidos aquí querido Venancio, tocarán pelo, nos mandarán durante
los años establecidos; gobernarán, y legislarán, y manejarán el presupuesto, y
otorgarán subvenciones, y pagaran cursos de formación, y les saldrán
sinvergüenzas en sus filas, y siempre habrá alguno que meterá la mano en el
cajón, aunque su madre le haya dicho eso de "¡Niño, las manos, que luego van al
pan!"; o sea, como siempre hasta ahora. Así que, como decíamos de chicos, "agua
y ajo" con lo que salga de las urnas.
En estas estamos, cuando han salido unas
declaraciones de los que se llaman a sí mismo "gentes de la cultura", o sea,
los de la ceja, vividores de subvenciones, y se arrancan con que, si gana el PP
de nuevo se van de España, o así. No me creo nada, querido Venancio, porque
esos "hombres de la cultura", intelectuales de pacotilla, autosatisfechos y muy
contentos de haberse conocido ¿dónde iban a estar mejor que aquí? Son más lo
menos como los que hacen "cultura oficial" en tu tierra, que sólo viven de lo
que los Castro les dan; por libre no hacen nada. Alguno de los de aquí se fue
para allá, y ha tardado poco en volverse para nuestro castigo; ¿será por lo bien que lo han tratado y por el
dinero que ha pillado?; a otros ni se les ocurre pensar en irse: ¿de dónde iban
a sacar algunos, por ejemplo, para comprarse un
imperio inmobiliario?
Don Luis Sergio Peris-Mencheta lo ha dicho
claramente: "Si el PP gana las elecciones me plantearía exiliarme", Yo, pobre
de mí, inculto en los TIC, ayuno de TV y cine,
no le he visto a semejante señor ningún trabajo, pero deben ser muy
meritorios, dada la gran repercusión de sus declaraciones. Por eso, por mi
parte, puede ejercer su derecho a exiliarse cuando quiera. E incluso, si le
parece poco el exilio, ahí está la ley 36/2002. No sería el primero en marcharse
voluntariamente. En Francia, y por razones fiscales y no políticas (¡Ay la
pasta...!) por ejemplo, Gerard Depardieu se hizo ruso, y Alain Delon, se apuntó a
Bélgica. Y no leí en ningún sitio que los franceses se mesaran las barbas por
tan notables pérdidas; y los "intelectuales" norteamericanos, que también
habían prometido irse si volvía a ganar Bush, ese demonio capitalista según tus
compatriotas, se quedaron en EEUU, y, como lo que querían era "pasta", se reconvirtieron
en un grupo de presión, "lobby" los llaman ellos, hasta que consiguieron que
los "intelectuales" y sus producciones pagaran menos impuestos. ¡Viva la
ideología!
Para estos herederos de la ceja, la democracia
sólo es legítima si mandan los de izquierdas. Si no, los gobernantes no están
"legitimados" aunque hayan conseguido millones y millones de votos. La
descalificación y la demonización del adversario, el no reconocimiento del
triunfo en las urnas de "los otros" me hace a mi recelar que tienen de
demócratas lo que nosotros, querido
Venancio, de seráficos arcángeles.
¡Ea, pues, váyanse, si ese es su deseo!
Pascual Hernández del Moral.