El jurado del Carnaval del Cádiz, querido y odiado

Queridos por unos, odiados por otros, los miembros del jurado del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) de Cádiz deciden los ganadores de los primeros puestos del certamen aplicando un reglamento bastante estricto que, a pesar de ser redactado por ellos mismos, muchos autores critican.

Diez personas, antiguos participantes, autores de agrupaciones y aficionados a la fiesta, elegidos por el presidente, el oftalmólogo y corista Antonio Fernández-Repeto, son los responsables este año un veredicto del que depende, en gran medida, los ingresos de las agrupaciones.

Además de los premios, el porcentaje por derechos de televisión y publicidad oscila considerablemente para aquellos que logran hacerse con una plaza en la final. El precio por sacar una agrupación ronda los 20.000 euros de media, cantidad que difícilmente pueden asumir los componentes si quedan eliminados en las primeras fases.

"Siempre hemos dicho que el concurso del Carnaval es un concurso de coplas. El repertorio de letras es muy importante pero ahora, tal y como se está desarrollando el COAC, la presentación, el popurrí, la puesta en escena, el tipo, la música... ya hay muchos condicionantes para poder dirimir", ha asegurado Fernández-Repeto en una entrevista con Efe.

El reglamento también rige el número de componentes, los instrumentos que pueden tocar, el tiempo que dedican a su actuación, treinta en total, así como el empleado para el montaje y desmontaje de los decorados, que no puede exceder de los diez minutos.

También incluye sanciones, algunas muy severas, que restan puntuación en caso de infracciones y que pueden llegar incluso a la expulsión del grupo, por ejemplo, en el caso de no presentar coplas inéditas ya que una de las señas del certamen es la exclusividad.

"Hay muchos factores que habría que cambiar", admite Fernández-Repeto, para quien "quizás sería bueno borrar el reglamento antiguo y hacer uno nuevo".
Según José Antonio Vera Luque, ganador el pasado año en la modalidad de chirigotas, el concurso tiene una reglamentación que "constantemente se parchea, lo que indica que algo no se está haciendo bien".

Vera Luque también considera que "hay ciertas lagunas en cuanto a actualizarse en las nuevas tecnologías. Cuando te inscribes en el COAC hay un candado que implica que cedes tus derechos al Ayuntamiento, entre ellos tu imagen a la empresa municipal. El año pasado nosotros en YouTube tuvimos dos millones de visitas y de eso la agrupación no ve nada", insiste el chirigotero.

Para muchos el reglamento no se ha adaptado a los cambios que se han producido en las distintas modalidades. Según Fernández-Repeto, el cuarteto "ha cambiado tanto en los últimos años que no tiene nada que ver con lo anterior. Antes era algo rimado, representaciones grotescas. Hoy en día se parece mucho más a un monólogo, a una representación cómica".

Asimismo, el presidente del jurado considera que para puntuar no se puede tener tan en cuenta, como antes, la reacción del público: "Antiguamente cuando el patio de butacas se ponía en pie era porque les llegaba. Hoy en día esto no es valorable porque hay muchos intereses partidistas y eso hace que muchas veces se de un aplauso profuso a una agrupación sólo porque es conocida".