red.diariocritico.com
Políticos de cartón

Políticos de cartón

Por Gabriel Elorriaga F
lunes 10 de noviembre de 2014, 13:11h
El mismo domingo que se celebraba la reunificación de Alemania, con el derrumbe del muro de Berlín, y que el Papa Francisco predicaba la cultura del encuentro en la Plaza de San Pedro de Roma, un politiquillo de vía estrecha provocaba un espectáculo que pretendía favorecer  la edificación de un muro que pueda separar Cataluña del resto de España y del conjunto de Europa. Mañana Cataluña seguirá donde estaba, pero no vale decir que no ha pasado nada. Aquí hemos presenciado un duelo entre dos cobardías: la de quien usó como testaferros a unos colectivos separatistas y llamó proceso de participación a una actividad sediciosa y la de quien recurrió al Tribunal Constitucional para que tomase las consecutivas resoluciones suspensivas y no hizo nada por imponer en la práctica la suspensión solicitada con la autoridad que correspondería para replicar frente a un desafío al Estado. Artur Mas le tomó la medida aRajoy y Rajoy se la dejó tomar.

 Hace mucho tiempo que alguien debía haberle dicho a un presidente regional que no estaba habilitado para tramar amputaciones en la estructura del Estado, como no lo está para declarar la guerra al Estado Islámico o para autorizar sobrevuelos sobre la Península y que el desempeño de su función constitucional era incompatible con estimular la agitación separatista. Ha habido otros presidentes de la Generalitat en nuestra historia reciente que no sabemos cómo pensaban ni si eran más o menos honrados pero lo que sí sabemos es que ninguno tuvo las brillantes iniciativas del Sr. Mas.

¿Porqué el Sr. Mas se atrevió a hacer ahora lo que nunca hicieron sus antecesores?. Se habla de un proceso de dejación en la cultura, de una precaria presencia del Estado y de las fuerzas políticas en el poder y en la oposición en Cataluña. Eso puede ser cierto pero, con todo eso, nunca nadie perdió el respeto y se subió a las barbas de un gobernante como lo hemos visto ahora.

 Dicho esto, el problema sigue ahí, como estaba y con un grado más de temperatura. La cuestión no la han  inventado solo los señores Mas y Junqueras. Ya decía Ortega y Gasset en tiempos de la República que no se podía resolver, "que solo se podía conllevar". Y, efectivamente, siempre se ha "conllevado" por sucesivos políticos sin que ninguno se atreviese a poner cajas de cartón en los colegios. El hecho de que existan unos partidos nacionalistas en Cataluña con más peso que en el resto de España es una realidad que hay que tener en cuenta pero esto no significa que no se cumplan las leyes, se altere el equilibrio de las instituciones y se desapodere de sus facultades a un Estado.

Es necesario un constante reequilibrio del poder público cuando se practican provocaciones disgregadoras. En esto debe consistir una política que combata seriamente en el campo de las ideas y en la limitación de las autonomías cuando sea preciso. Desde mañana la política debería plantearse que no solo no pueden tolerarse impunemente amenazas soberanistas sino que tampoco se pueden establecer diálogos en base a dichas amenazas. Todo razonamiento es discutible pero nunca fundado en presiones ilegales. Hay que saber que los políticos de cartón solo piensan en plazos electorales de meses, que sus fantochadas pueden no coincidir con los auténticos intereses de la población y que sus momentos estelares y estelados son efímeros.

Con quienes han sacado a la calle las cajas de cartón no hay nada que dialogar. Pero con quienes fueron embaucados para votar esterilmente hay pendiente mucha pedagogía, mucha información y mucha verdad. La ruta que desembocó en el 9 de noviembre fue la de la ilegalidad y la desinformación. Es la hora en que alguien debe ser capaz de abrir otra ruta realista, constructiva, legal y transparente para la Cataluña de mañana dentro de la España de mañana.  

  Ahora es tiempo de que se le pidan responsabilidades a alguien por lo pasado. 

 Con la colaboración de menores de edad, emigrantes sin derecho de sufragio en asuntos nacionales y con el patrocinio del poco ejemplar matrimonio Pujol-Ferrusola, unos voluntarios sin control democrático alguno, pretenden haber contabilizado la presencia de un tercio del censo electoral de Cataluña ante unas cajas de cartón. Las otras dos terceras partes silenciosas no han encontrado ninguna voz que las movilice ni que las ampare. El neoministro de Justicia Sr. Catalá, como portavoz exclusivo de un gobierno poco glorioso, ha comparecido en la pantalla anunciando que se recabarán datos para posibles acciones en base a la existencia de denuncias ajenas a su propio oficio.

Algo que, a estas horas, no hará temblar al organizador del espectáculo ni tampoco hará que recupere la autoridad perdida quien anunciaba con insistencia que no iba a celebrarse el cartonaje. Lo único que ha quedado manifiesto es que nadie ha cumplido ni ha hecho cumplir la ley. El Tribunal Constitucional se ha quedado unánime y enérgicamente solo. El futuro de Cataluña dentro de España y de España dentro de Europa no puede confiarse indefinidamente al juego de unas urnas de cartón ni al liderazgo de unos políticos de cartón, ni en Barcelona ni en Madrid.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios
ventana.flyLoaderQueue = ventana.flyLoaderQueue || [] ventana.flyLoaderQueue.push(()=>{ flyLoader.ejecutar([ { // Zona flotante aguas afuera ID de zona: 4536, contenedor: document.getElementById('fly_106846_4536') } ]) })