Insumisión y desobediencia
Por
Pascual Hernández del Moral.
martes 16 de septiembre de 2014, 11:01h
Pues ya ven, queridos amigos, ha comenzado en
toda España, o sea en las 17 comunidades integradas en lo que se denomina "Estado
Español", el curso 2014/2015. Ya están en las escuelas (o deberían estar) todos
los alumnos, aunque hayan comenzado en fechas distintas. Quizás sería bueno
recordar que la flexibilidad en el inicio del curso se debe, le pese a quien le
pese, a que la educación es una competencia transferida a las Comunidades
autónomas. Por eso, si faltan profesores, sobran barracones y exceden los
alumnos a los previstos -cosa rara dada la baja procreación de nuestras parejas
en edad fecunda- es responsabilidad de los gobiernos autonómicos, que echan la
culpa de todo al gobierno central, y se quitan las pulgas de encima. Y algo hay
de cierto en los recortes: 75 millones de euros menos para becas, que podían
haberse quitado de otros capítulos... Pero esa es otra historia.
A mí, personalmente, me da igual que los
ministrillos de educación de las autonomías le echen la culpa a Rajoy y a sus
recortes de todos los males (muchos de los cuales son fruto de la mala
administración de los susodichos ministrillos) porque lo que me fastidia,
después de cuarenta años de docente en todos los niveles, de preescolar a la
universidad, que los niños se queden en la calle, y que los planes de estudio
sean diferentes de comunidad a comunidad; la igualdad entre los españolitos
debe comenzar por la homogeneidad del sistema educativo.
Y la esencia de la democracia, que es (o eso
creemos algunos) el sistema político de "este país", o sea, del "estado
español", debe ser el cumplimiento de las leyes. Y la LOMCE es una ley aprobada
por el Parlamento de "este país".
"Hemos encontrado la fórmula para ir
esquivándola", dice Carmen Rigau, consejera de Enseñanza de la Generalidad de
Cataluña en PUNT AVUI, donde se avisa de que hay "indignación e indiferencia en
las escuelas afectadas por el 25 % de castellano" ante las novedades que
deberían introducirse con la entrada en vigor de la LONCE. Por lo que se deduce
de estas declaraciones, la aplicación de la LOMCE no se hará en Cataluña. La
propia ministrilla de Educación catalana ha enviado unas indicaciones a los
directores de centro en las cuales ofrece la fórmula para evitar la aplicación
de la reforma, y pasarse por debajo de la falda lo previsto en ella, aunque
ello suponga evaluar a los alumnos de materias que no se hayan impartido. Sí,
es una locura, pero así lo aconseja. Y además, siempre en su línea, las
sentencias de todos los tribunales de justicia en las que se le obliga al
cumplimiento del uso del castellano o español en las aulas, el famoso 25 %, (no
confundir con el 3 ó 5 % del gobierno de la Generalidad), también se las pasan
por el arco triunfal. Siguen erre que erre, y el gobierno, que debe obligar al
cumplimiento de las sentencias, tocando el violón. Y así nos/les va.
Claro, la región catalana, ante la inacción de
quien tiene la autoridad para hacer cumplir la ley, ha servido de modelo para
otras regiones, por ejemplo, Andalucía. Aquí la oferta de la religión, que NO
es asignatura obligatoria, se impartirá en horas de 45 minutos a la semana. Me
sorprende que Andalucía haga elástica la duración de la hora. Precisamente, el
pasado fin de semana estuve en Sevilla, y volví a admirarme de que en la ciudad
exista el mayor número de iglesias por metro cuadrado del mundo, y de la
religiosidad (o beatería, que no sé muy bien qué será) de sus gentes. Por eso,
siendo materia de libre elección, no entiendo el "recorte" (este sí) del tiempo
dedicado a la religión. En la modélica Cataluña, a la religión la sustituyen
por una cosa que se llama Educación en Valores. Yo, ingenuo de mí, creía que
los valores no había que enseñarlos con un libro, sino con el ejemplo que deben
trasmitir todos los docentes, pero bueno...
A cambio, se mantiene en Andalucía la Educación
para la Ciudadanía, materia eliminada por la LOMCE. Y, en las materias de libre
configuración, se ofrecen desde materias útiles (como Cultura Digital) a otras
más peregrinas, como Postres Tradicionales o Educación Emocional. O sea, en
cada sitio una cosa, para mantener la igualdad de los españolitos.
Y yo me pregunto: a la vista de los niveles que
muestran los alumnos en las pruebas internacionales a las que se someten, por
ejemplo PISA, ¿no sería mejor que los docentes se dedicaran a enseñar usando
unos planes que respondan a las necesidades de hoy, que los ministrillos de las
comunidades aceptaran las leyes que ya han sido contestadas a todos los
niveles, pero discutidas y APROBADAS en las cortes, y dejarlas un tiempo para
ver los resultados, en vez de hacer cada uno lo que le pase por los cataplines,
cosa que conduce al hundimiento de la educación en España, o sea, en "este
país"?
Pero no, las insumisiones y las desobediencias
a las leyes son la tónica dominante, ante el
tancredismo del gobierno de Rajoy.
¡Qué le vamos a hacer! ¡En el pecado tendremos
la penitencia!