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De aquellos barros estos lodos

De aquellos barros estos lodos

Por Ismael Álvarez de Toledo
viernes 27 de junio de 2014, 01:15h
Estamos asistiendo desde la celebración de las elecciones al parlamento europeo y el consiguiente vapuleo a los partidos políticos tradicionales, a un goteo incesante de casos de corrupción que no dejan títere con cabeza. Pero pese a lo alarmante de la situación, que pone en entredicho la honorabilidad de los que, hasta ahora, eran responsables políticos y, en algunos casos con abrumadores argumentos, salen defensores a ultranza que mejor harían con tener la boquita cerrada y, en algún caso, poner las posaderas a salvo por lo que les pueda tocar.
La justificación de las conductas irregulares de los políticos, que acaban en corrupción, son un paso atrás para la democracia. Eso al menos debería saberlo Manolo Chaves y Magdalena Álvarez, Willy Meller y Cándido Méndez, por dar sólo algunos nombres, de los responsables de una gestión pública que los ciudadanos no podemos tolerar ni consentir. Finalmente, la exministra socialista de Fomento Magdalena Álvarez ha decidido renunciar a su puesto de vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, pero lejos de admitir que es por consecuencia de su imputación por la juez Mercedes Alaya en el caso sobre los expedientes de regulación de empleo (ERE) irregulares en Andalucía, arremete sin escrúpulos contra el PP, y trata de hacer de un caso explícito de corrupción un litigio político. Pero no sólo lo hace ella, sino que se apunta al mismo carro de vanidades y despropósitos el que otrora fuera su jefe de filas en la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, quien mejor haría con mantenerse al margen y dejar que cada uno apechugue con lo que le toca, no vaya a ser....
Un caso bien distinto, con elegancia torera, aunque no por ello deje de tener su enjundia, es la dimisión del eurodiputado de IU, Willy Meyer, por el escándalo del fondo de pensiones de los eurodiputados gestionado por una Sicav de Luxemburgo. En este caso no se ha tratado de corrupción, pero si de un atentado a la ética y a la coherencia impuesta por la propia formación política, en lo que tiene que ser un modelo de transparencia.
En el momento de escribir estas letras, aún siguen desfilando por las dependencias del sindicato UGT, y realizando detenciones, tanto en Andalucía como en Alicante, los miembros de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, entre ellos la del exvicesecretario general de Administración y Recursos Humanos de UGT-A Federico Fresneda, que fuera responsable de las finanzas del sindicato, por el caso de las supuestas facturas falsas para los cursos de formación financiados por la Junta de Andalucía.
A este suma y sigue de corrupción en España, que parece no acabar nunca, hay que sumar -como digo- a los que protegen, defienden o amparan, a los responsables de estos hechos delictivos y que van desde la hermana de nuestro Rey, hasta cualquier mindundi que se ha lucrado sin apenas haber tenido conocimiento de la responsabilidad que ello contraía, pero que lo hacía, -como algunos han declarado- "porque era lo que hacían todos".
La ignorancia de la Ley no excusa de su cumplimiento, dice nuestro código penal, y lo cierto y verdad, es que en nuestro país se han descuidado mucho el control de los caudales, sean estos públicos o privados, y en demasiados casos se ha puesto a la zorra al cuidado del gallinero, con lo que las previsiones eran sencillas de imaginar. Hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades, es cierto, y sin control de quien tenía la responsabilidad de gobierno, por ser de la misma cuerda, todo era fácil y pasable, sin pensar en ningún caso, como dice nuestro refranero, "Ya vendrá Paco con las rebajas", y vaya si están llegando.
Por honradez política y, lo que es más plausible por parte de los ciudadanos, por ética y transparencia, deberían dimitir los máximos responsables de los organismos y entidades en entredicho, sean esta de carácter político o no, siempre que tengan que ver con la administración de los recursos económicos de los ciudadanos. No vale el amparo ni la connivencia, porque lo que estaremos consiguiendo es que de aquellos barros vengan estos lodos.
 
Ismael Álvarez de Toledo
Escritor y periodista
http://www.ismaelalvarezdetoledo.com
 
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