Por
Pascual Hernández del Moral.
miércoles 16 de abril de 2014, 17:07h
Amigo Venancio,
seguro que tú no te has planteado nunca quién manda en tu Cuba, ni qué límites
tienen los Castro a la hora de tomar decisiones, ni quiénes son, ni qué pintan
los, diputados (o lo que sean) representantes del pueblo. Pero las cosas son
así, y ya sabemos a qué se juega allí. Manda quien manda y los demás, a joderse
y tan contentos. Y más vale ser obediente, porque si no, te pueden obligar a
oír enteros los discursos y reflexiones del comandante Fidel, que es castigo
cruel donde los haya.
Frente al gobierno de
tu Cuba de nacencia, Venancio querido, diz que aquí, en Europa, tenemos
democracias: cada equis nos llevan a un colegio para dejar unos papelitos en
unas urnas de las que salen elegidos unos señores, que diz que componen el
poder legislativo, del que saldrá el jefe del ejecutivo, que nombrará a sus
ministros. O sea, que de alguna manera, nosotros controlamos a los que dictan
las leyes, a los que deben cumplirlas y hacerlas cumplir. Y diz que deben
rendir cuentas ante nosotros. Y este es el sistema, mal que les pese a los
anti, que diz que es una democracia.
Pero, a la buena
verdad, compadre Venancio, los que votamos no conocemos, si acaso, más que a
los primeros espadas de cada uno de los partidos; y eso porque los sacan hasta
en la sopa y se discuten entre ellos, a lo mejor para hacer ruido y
entretenernos, de vez en cuando; pero, ojo, sólo a dos lo tres, y
probablemente, a ninguno de los que diz que elegimos. O sea, que la mayoría de
la gente normal se conoce mejor a los jugadores, pongamos del Madrid, del Barsa
o del Atlético, con nombres y apellidos, que a los diputados de su
circunscripción. Pero, también a la buena verdad, si los jugadores se metieran
a políticos, seguro que los olvidábamos en un par de semanas. De donde se
desprende lo poco o nada que a la mayoría le interesa lo que hacen, aparte de
cobrar un sueldazo, y lo seria y trascendente que piensen que sea su tarea.
Y viene esto a
cuento, camarada Venancio, porque ya ha dejado el pepé comenzar la campaña de
las europeas, tras tenernos expectantes esperando el parto de los montes, que
al final salió un Arias Cañete. Mientras,
las mesnadas socialistas, de los nervios, porque aquí las campañas políticas se
hacen siempre a la contra, y sin contrario ya me dirás, colega Venancio, con
quién se mete uno y a quién se critica hasta la destrucción. Bueno, con la campaña nos vamos a entretener unos días,
con los primeros espadas, del pepé, del pesoe, de la X, de la upeide y de
algunos más. Del resto de los postulantes seguiremos sin saber ni papa: si
logramos saber sus nombres no pasaremos de ahí. Y después de las votaciones,
estarán tan contentos ellos, porque pensarán que nos representan en Europa, porque
los hemos elegido; y a los dos días, olvidados por todos. Y así nos van las
cosas.
Lo de allí es aún
peor que lo de aquí. Aquí, mal que bien, lo que tenemos se parece a una
democracia; lo de allí, ni se parece. Porque, vamos a ver, Venancio amigo: ¿qué
régimen hay en Europa? Hay tropocientos diputados elegidos por los europeos con
ninguna misión, si no es cobrar a fin de mes, y unos buenos jornales, que ya
quisiera yo para mí; se sientan en una gran sala de vez en cuando para no
decidir nada, con muy buenas palabricas; no tienen responsabilidad ninguna; no
eligen a ningún presidente de Europa, ni a ningún miembro de la que llaman
"Comisión", formada por unas personas que están allí parece que por designación
divina. Y no tienen ninguna posibilidad -ni creo que les interese- de controlar
lo que hacen los que mandan, uséase, los de la Comisión.
¿Y eso es una
"democracia"? Si diz que lo es, rara se me figura, y si no, ¿qué es eso de
Europa? ¿una monarquía?, ¿una república coronada? ¿un régimen absolutista en el
que manda el de los dineros, o sea Alemania? ¿una "talasocracia" como la
ateniense? ¿un circo en Bruselas con tropocientos payasos que cobran millones
de nómina? ¿Para qué nos llevan a votar? ¿A qué engañarnos? Nos sería más
claro, más cómodo y más barato que ni nos animaran a participar en ese paripé.
Porque, según me sé de la época de Abel Matutes, que anduve un tiempo por allí,
los que deciden son los "técnicos", no los políticos que no mandan nada.
Perdona, amigo
Venancio, mi escepticismo, pero es que no lo veo claro. Y a lo mejor, voy a
votar cuando manden, por aquello del qué dirán... Y así me sentiré corresponsable
del circo.
Compañero Venancio,
bueno está si la dicha es buena.