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Más poder para la Europa que no nos gusta

Más poder para la Europa que no nos gusta

viernes 10 de enero de 2014, 13:25h
En 130 días los quinientos millones de personas que formamos la Unión Europea vamos a elegir a los 751 miembros del Parlamento comunitario, quince más de los que tiene en la actualidad. Un Parlamento que a lo largo de sus cinco años de mandato tendrá más poder de decisión sobre nuestras vidas y haciendas, y que tendrá que afrontar y legislar sobre todos y cada uno de los grandes temas que han sumergido a Europa en la crisis que seguimos padeciendo, desde los financieros y fiscales a los laborales y educativos. Con algún añadido de países como Gran Bretaña y España, que de muy distinta manera abordan los problemas soberanistas e independentistas de regiones como Escocia y Cataluña.

La Europa de 2014 nos gusta menos a los europeos que la del 2009 y ya en aquel momento, en España por ejemplo, sólo acudieron a las urnas el 45 por ciento de los ciudadanos que tenían derecho al voto. Es más que posible que ese rechazo aumente a finales de mayo y los habitantes de los 28 países que integran la UE les digan a sus políticos

con su abstención que no están de acuerdo con lo que está pasando y con las medidas que se están tomando, la mayoría de las cuales han ido en contra de lo que muchos creían que eran derechos sociales históricos e irrenunciables dentro del "estado del bienestar" que se desarrolló tras la llamada Segunda Guerra Mundial.

En 2009, casi dieciséis millones de españoles eligieron a nuestros 50 parlamentarios, con 46 escaños para los dos grandes partidos ( 23 para el PP y 21 para el PSOE ) que se integraron a su vez en las formaciones europeas que dominan la Cámara comunitaria: el EPP y el PSE. Hoy las cosas parecen haber cambiado y mucho. Nuestros dos grandes están aquejados de " arterioesclerosis" política y los " pequeños" amenazan con romper ese duopolio, sobre todo Izquierda Unida y UPyD. De ser así a nivel europeo, y tal cosa parece cada día más posible si vemos la alianza que han firmado las ultraderechas de Francia y Holanda, la composición de la Eurocamara hará que los propios pactos de gobierno dentro de cada país cambien y tengan que amoldarse a los acuerdos que se establezcan en Estrasburgo ya que será de allí de donde salgan las principales leyes que tengan que "aplicarse" en cada uno de los estados. Una circunstancia que en España puede tener una importancia añadida si pensamos que son mayoría las voces que piden una reforma urgente de nuestra propia Constitución.

La Europa de los 28 ya cuenta con 18 de esos países dentro de la órbita del euro y quiera más o menos Alemania la " unidad" bancaria se va a materializar durante la siguiente Legislatura del Parlamento común, con un gobierno en Bruselas que va a cambiar de arriba a abajo y puede que hasta de signo político en lo que se refiere a su presidente, el que será el sustituto del portugués Durao Barroso. Y para que no falté ningún ingrediente en esos culebrones a los que son tan aficionados en los cenáculos europeos, con la intervenida Grecia al frente. Desde el lado español estará por ver si mantenemos un Comisario y en que materias tras la salida de Joaquin Almunia. El puesto conseguido en el Banco Central es importante pero exiguo para la presencia que hemos tenido en los organismos europeos hasta hace unos años.

En el plano doméstico español y dentro y de las primeras luchas que se producen en los partidos cada vez que hay elecciones, tener que elegir a los primeros espadas conduce a los enfrentamientos y a las aspiraciones de los que están y de los que quieren estar. En el PP, Jaime Mayor Oreja ha bajado y mucho su nivel de crítica hacia la cúpula del partido para poder mantenerse en Estrasburgo, bien como cabeza de lista o en un segundo plano pero manteniendo la representación en Europa, en lucha con el presidente murciano, que abandona su región tras bajar puntos en el escalafón y algún que otro ministro o ministra que puede encontrar más allá de nuestras fronteras un estupendo retiro por cinco años, con pensión incluida.

En el PSOE ocurre otro tanto con Juan Fernando López Aguilar, que incluso ha hecho un pequeño gesto de querer intervenir en la pelea por la Secretaria General, no se sabe muy bien si frente a Rubalcaba y el resto de " aspirantes" conocidos o como acompañante de lujo de Carmen Chacón. A lo mejor todo se reduce a presionar para mantenerse y hacer que su aparente regreso le permita seguir en Estrasburgo. La lista que tendrá que hacerse desde la sede central de la madrileña calle Ferraz es el segundo movimiento que tiene el ex vicepresidente del gobierno de Zapatero en la partida de ajedrez que lleva tiempo jugando con sus adversarios internos. El primero es la fecha y las características de las elecciones primarias dentro del socialismo.

Es muy difícil que PP y PSOE mantengan esos 44 escaños que tienen en la actualidad. Y es muy probable que la Izquierda que ha tenido en Willy Meyer a su representante consiga subir de los escasos dos parlamentarios de los que goza en Estrasburgo; lo mismo que puede pasarle a UPyD con Francisco Sosa Wagner, y a la Europa de los Pueblos con el sustituto o los sustitutos de Oriol Junqueras. Y queda una de las incógnitas más atractivas y hasta decisivas en el debate nacionalista que se mantiene en Cataluña y Euskadi: la Coalición por Europa que lideró Ramón Tremosa en representación de Convergencia y en la que estaban el PNV Y Coalición acabaría, entre otros, comprobará y ayudará a comprobar hasta que punto las batallas soberanistas de Artur Más encuentran eco en el electorado.
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