Por
Pascual Hernández del Moral.
miércoles 27 de noviembre de 2013, 20:49h
Hace ya casi un año
que no voy a Brasil, y tres que acabé mi tiempo de servicio, con un último
destino en Río de Janeiro. Conservo grandes amigos en las principales ciudades
de la República, y, a pesar de la "caducidad" de los destinados allí, mantengo
aún algún que otro amigo en nuestra representación diplomática. Soy miembro
activo de la Cámara de Comercio Brasil España, que está realizando una
magnífica labor orientada a la intensificación de las relaciones económicas
entre ambos países. El pasado día 21, por ejemplo, celebramos un almuerzo-tertulia
en Madrid con la Consejera Delegada del ICEX, doña María del Corifeo (¡precioso
nombre!) González-Izquierdo, orientado hacia las acciones del Instituto para
potenciar esas relaciones comerciales.
Culturalmente, quiero
que destacar las actividades organizadas por la Acción Cultural Brasil-España
(conciertos, exposiciones...); precisamente el día 28 de noviembre es la
presentación del libro BRASIL: DE "LULA"
A DILMA (2003-2013), del Ministro Aloizio Mercadante, en la Casa de América, en
Madrid. Es una breve muestra de la intensidad de las relaciones culturales
entre los dos países. Una prueba del interés de Brasil por España y viceversa
es la inauguración recientísima de la edición brasileña de EL PAÍS, que iba a
ser inaugurada por el príncipe, aventura periodística a la que le auguro éxito,
dada la gran cantidad de expatriados españoles que están trabajando allí, y al
interés de los intelectuales brasileños por España.
Nuestro país, en la
necesidad de potenciar la "MARCA ESPAÑA", había organizado en Brasil unas
jornadas con empresarios españoles para atraer inversiones hacia España, hacia
donde parece que se dirigen ya algunas de ellas. ¡España está barata! se oye
bastante entre los grupos inversores brasileños Iba a inaugurarlas el príncipe,
en una estancia relámpago de dos días, durante la que mantendría conversaciones
con Fernando Henrique Cardoso, "Lula" da Silva (ambos expresidentes) y el Gobernador
del Estado de Sao Paulo. Buenas perspectivas comerciales, pues, para nosotros, que
incrementarían la IED en España, que ya ha crecido bastante últimamente.
Muchas y buenas
perspectivas. España goza de buena fama en Brasil. Nuestras empresas, nuestros
directivos son muy apreciados en esas latitudes, y nuestros productos están
bien considerados. Una reciente muestra más: la Dra. Brígida Jiménez, impartirá
en Río un CURSO SUPERIOR DE ANÁLISIS SENSORIAL DE ACEITES DE OLIVA, nuestro oro
líquido (que poco a poco se va abriendo paso en el mercado brasileño) en los
primeros días de diciembre, organizado por el SENAC, la organización empresarial
del Estado de Rio de Janeiro. O sea, todo, viento en popa, aunque con las
naturales dificultades.
Pero ¡ah amigo! La
preparación y mantenimiento del avión que debía llevar al príncipe a Brasil se
la encargaron a Pepe Gotera y Otilio, porque el avión no estaba para volar.
Hablan de un sensor en los alerones de no sé dónde, que le obligó a bajarse de
él, un Airbus 310, y a suspender el viaje. Y a cambiar su actuación personal en
el foro por una intervención a distancia. No fueron capaces de hacer que
funcionara un avión, usando las piezas de otro gemelo, ni tuvieron recursos
para organizar el vuelo en una línea comercial. Es verdad que el presupuesto
del Ejército del Aire, que es quien mantiene los aviones, hay que revisarlo y
ampliarlo, pero aunque se cuente con poco, debería haberse dedicado más
atención a la preparación de avión, antes de hacer que se montara en él el
príncipe; tuvo que volverse a su casa, compuesto y sin novia. Lo único bueno es
que el viajecito, barato sí nos ha salido.
Mire usted, amigo
lector: el fiasco del viaje ha provocado bastante "cachondeito" en Brasil, del
que aquí pocos nos hemos enterado. Mis amigos se reían diciendo que, desde que
vendieron Iberia, la firma de bandera del país, ya no funciona ni el avión del rey,
que si la casa real podía haber pedido prestado un avión a Embraer, aunque
fuera un Tucano de los años 60, que volaría seguro, que si podía habérselo
tomado con más tiempo e ir nadando, que si... En definitiva, que la imagen de
España ha sufrido un fuerte varapalo por este desdichado incidente.
Que se tenga en
cuenta, que se redoblen las acciones para que, cuanto antes, se olvide el acontecimiento
y se recupere la imagen de nuestro país. Y que el mantenimiento de los aviones,
de representación y traslado de tropas del Ejército del Aire, no se le encargue
más a Pepe Gotera y Otilio.
Hay situaciones que
recuerdan a Gila.