La Legión celebra el 50 aniversario de la talla del Cristo de la Buena Muerte

El Tercio Gran Capitán I de la Legión, con base en Melilla, ha celebrado un "sábado legionario", con motivo del 50 aniversario de la talla del Cristo de la Buena Muerte, entregada por la malagueña Congregación de Mena, y que desde entonces preside todos los actos de esta unidad.

El acuartelamiento Millán Astray ha sido el escenario de la ceremonia castrense, donde, una vez más, la talla del Cristo de la Buena Muerte, considerado como el "protector" de la Legión, un título que oficialmente se le reconoció en el año 2000, tras décadas de relación, ha estado presente.

En su alocución, el coronel jefe del Tercio, Enrique Tovar, ha resaltado que la relación entre la Legión y el Cristo de la Buena Muerte surge casi con la fundación de esta unidad, en la primera mitad del siglo XX, cuando los legionarios heridos en las campañas de África son trasladados hasta Málaga.

A partir de ese momento, se inicia una vinculación muy estrecha entre los legionarios y el Cristo de la Buena Muerte, como se demuestra cada Jueves Santo en lo que se considera uno de los momentos más importantes de la Semana Santa de Málaga,

El coronel Tovar ha resaltado que los lazos entre los soldados de la Legión y el Cristo vivió un momento crucial el año pasado, cuando el legionario Iván Castro, herido en Afganistán, se arrodilló a los pies del protector de la Legión para recibir la Medalla de la Congregación, lo que obligó a las autoridades a cambiar el protocolo.

Para el jefe del Tercio de Melilla, fue un gesto de agradecimiento de este militar por la protección a la que se encomendó ante una herida que, según Tovar, el equipo médico que le atendió calificó como "caso único".

Durante el acto castrense, también se le ha entregado el título de "legionario de honor" a Fabián Silva, asesor del Gabinete de Presidencia de la Ciudad Autónoma, actualmente de baja por enfermedad.

Visiblemente emocionado, ante la presencia de familiares y amigos, Fabián Silva se ha colocado el tradicional gorro de la Legión, el "chapiri", que ha besado y alzado al cielo en recuerdo a su padre, que fue legionario.

La ceremonia ha continuado con el homenaje a todos los que dieron su vida por España, uno de los momentos más emotivos.

Finalmente, el desfile ha pie de las compañías presentes en la formación ha servido de colofón del acto, presidido por el comandante general de Melilla, Álvaro de la Peña, y al que han acudido también el presidente melillense, Juan José Imbroda, y el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, entre otras autoridades.