La palabra es 'cambio', pero ¿qué cambio?
jueves 13 de octubre de 2011, 16:41h
Todos hablan de 'cambio'. Es la palabra no ya
solamente de moda, sino la que se impone por la vía de la realidad. Porque
estamos en una nueva era. Así que nada de extraño tiene que la llamada al
'cambio', que siempre es electoralmente rentable, sea la que predomine, en
Gobierno y oposiciones, en esta precampaña. Y de 'cambio' hablarán las pancartas
que salgan a las calles de trescientas ciudades en más de sesenta países
portadas por integrantes del movimiento que ha dado en llamarse 'indignado'.
'For a global change', 'por un cambio global', es el lema central de esta
cosmo-movida que este sábado copará titulares, noticiarios radiofónicos y
televisivos, aceras y avenidas. Quizá sea el movimiento internacional coordinado
más importante de los últimos años. Pero...
...pero el caso es que me da
la impresión de que la palabra 'cambio' no tiene el mismo significado cuando la
emplean los candidatos a las elecciones del 20-n que cuando figura escrita en
las pancartas de los indignados. Unos hablan de cosmética, otros de revolución
en los procedimientos, y quizá no solo de eso. Me recuerda a los comienzos de la
primera transición democrática española, cuando a 'revolución' otros
contraponían 'evolución'. Ganó, naturalmente, la segunda, que, por cierto, llevó
a cabo modificaciones que, a la larga, resultaron ser revolucionarias, porque
modificaron casi todas las estructuras existentes.
Ahora, ante esta
especie de segunda transición a la que nos asomamos, ignoro si los cambios que
aparecerán en los programas electorales serán lo bastante profundos,
inteligentes y valientes como para detener la marea que se nos echa encima, y no
me refiero tan solo, claro está, al movimiento de los indignados. Hay
situaciones cuya evolución, sin poner el contador a cero, es ya imposible. Y, en
este sentido, soy moderadamente pesimista: aquí y ahora se vuela demasiado
bajo.
Conste que no estoy minusvalorando las ofertas electorales -que
aún no conozco ni en su totalidad ni en profundidad-ni tampoco sobrevalorando
ese 'global change' que piden los nietos del sesentayocho, de Berkeley, de la
Sorbonne: tampoco sé qué es exactamente lo que piden los mayoritariamente
jóvenes que van a tomar las calles dentro de unas horas. Pero sí pienso que el
futuro está en manos de estos manifestantes, muchos de los cuales constituirán,
supongo, lo más granado de la 'generación 2020'.
Claro que no estoy
para dar consejos ni a los del cambio con minúscula, ni a los que lo pronuncian
con mayúscula, o en inglés, o a los que meramente quieren el recambio, o el
cambiazo, o el librecambio, o quedarse con el cambio en plan propina. No nos
corresponde a los meros columnistas 'vender consejos que para mí no tengo'.
Pero, a quienes, ilusionados, desesperados o indignados, saldrán a manifestarse
este sábado, a los de la 'generación 2020', me gustaría recordarles aquella
frase de Goethe: "Tened cuidado con lo que deseáis en vuestra juventud,
porque lo alcanzaréis en la madurez".
A los otros, a los de los
programas electorales, otra frase del autor de 'Fausto': 'per aspera, ad
astra'. Solamente por el camino más duro se llega a las estrellas. ¿Y no es
acaso soñar con alcanzar el cielo el verdadero cambio? Pero, para eso, ya digo,
hay que volar alto, remontarse por encima de las montañas, hasta donde no
alcanzan los catalejos de los miopes de corazón.