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Marías, la 'R' de la RAE

El escritor Javier Marías (Madrid, 1951) pronunció su discurso de ingreso en la Real Academia Española, que dedicó a explicar la dificultad de "contar" sin limitaciones, destacando el papel de la ficción como único medio para no "deformar" la realidad.
   A la ceremonia de ingreso asistieron los ministros de Cultura, César Antonio de Molina, y de Educación, Mercedes Cabrera, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, así como Francisco Ayala y su mujer Carolyne Richmond, Luis Antonio de Villena, Fernando Savater, entre otros escritores, periodistas y compañeros.

   Marías, que ocupa el sillón 'R', vacante tras la muerte de Fernando Lázaro Carreter, director de la RAE entre 1991 y 1998, presentó un discurso ingenioso que provocó en varias ocasiones la sonrisa de los presentes.

   En su discurso, titulado 'Sobre la dificultad de contar', subrayó la necesidad de utilizar la ficción como único instrumento para conocer las cosas "de cabo a rabo, irreversiblemente, sin limitaciones y correcciones". "Y tal vez sea por eso por lo que están ustedes dispuestos a admitir en el seno de su digna institución a algunos novelistas, y a hacer la generosa y disparatada merced de acogerme hoy a mí", afirmó. 

   "En el momento en que se aspira a que la palabra reproduzca lo acontecido, lo que se está haciendo es suplantar y falsear esto último", destacó Marías, ya que cuando los hechos reales pasan al papel "se deforma al convertir en sucesivo lo simultáneo".

   Según Marías, resulta imposible ser fieles a la realidad porque "asistimos a los sucesos desde nuestra subjetividad irremediable que nos da un conocimiento incompleto". A esto se suma la "imposibilidad de ponerse al día y de averiguar la totalidad porque a nuestra falta de memoria se suma que actuamos ignorando esto o aquello", explicó.

   Marías se refirió a la dificultad que encuentra la narración para "ir al grano". Para ilustrar esta idea se refirió al clásico del siglo XVIII 'La vida y las opiniones del Caballero Tristram Shandy', de Laurence Sterne. "Cuando lleva ya escritos unas doscientas cincuenta páginas, o tres volúmenes y medio, se da cuenta que todavía no ha pasado de su primer día de vida".

   Además, aseguró que en este proceso intervienen otros, por lo que "cualquiera que se dedique a contar algo cierto será susceptible de ser corregido, enmendado, aumentado o desmentido".

   Durante su discurso, Marías también tuvo unas palabras de recuerdo para su padre, el filósofo y escritor Julián Marías, "que también fue miembro de esta ilustre casa durante más de 40 años". Marías contó cómo en su última novela había ficcionado a su padre bajo el nombre de Juan Deza y confesó que algunos de sus hermanos "prevé o teme que, de aquí a algunos años, para quienes no lo han conocido lo que más quede de él no sea él, sino su trasunto literario".

   "Sólo se puede contar lo que nunca ha ocurrido"

   A juicio de Marías, todos los obstáculos que se encuentra el historiador o el cronista no se cruzan en el camino del novelista, "que inventa" y nadie le puede decir "esto no fue así". "Sin posibles correcciones ni añadidos ni supresiones ni desmentidos ni enmiendas sólo podemos contar lo que nunca ha sucedido".

   En su discurso de contestación, el catedrático y miembro de la Real Academia Española Francisco Rico dio la razón a quien ocupará el sillón 'R', en lo abstracto de su análisis, pero le acusó de cierta "arrogancia" puesto que probó, recurriendo a novelas del propio Marías, que al final la novela refleja hechos reales. "Las ficciones de Javier Marías son más verdaderas que la realidad", apuntó. 

   "Joven Marías, una novela no es una pintura de Kandinsky que nace y se nutre de sí misma y se basta a sí misma. La novela nace de palabras compartidas y se nutre de hechos que inevitablemente remiten a una cierta especie de realidad", concluyó Rico.

Frente a la imposibilidad del cronista o historiador de narrar unos hechos acaecidos presenta a los novelistas, que cuentan lo que "no ha sucedido", como los únicos capacitados. "Nunca nadie nos dirá:'No, esto no fue así", apuntó.

   El ministro de Cultura, César Antonio de Molina, destacó que el escritor es "uno de los grandes novelistas de su generación", subrayando la postura siempre "crítica" mantenida por el autor de libros como 'Corazón tan banco' o 'Mañana en la batalla piensa en mí'.

   El titular de Cultura reconoció que había seguido al escritor desde sus primeros libros y confesó que lo admiraba. En esta línea, destacó que sus fuentes literarias siempre habían sido "muy bien situadas". "Yo mismo comparto esas fuentes", añadió Molina, quien explicó que esas "fuentes provienen de una literatura culta".

   Asimismo, destacó que el autor de 'Tu rostro mañana' no haya seguido sólo su instinto como inspiración, al tiempo que defendía que la escritura de Marías responde a su gran capacidad lectora.
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