En las 'quinielas' salen demasiados hombres

Los pasillos del Congreso eran este miércoles un hervidero de nuevos y viejos rumores sobre la formación del nuevo Gobierno. La reunión del Grupo Socialista con la asistencia ‘estelar’ de Rodríguez Zapatero, sirvió para que los periodistas siguiéramos ‘husmeando’  para averiguar lo que puede cocerse en las moquetas de La Moncloa. Pero sus señorías, después de aplaudir y dar la bienvenida al nuevo portavoz del grupo, José Antonio Alonso – que ya se ha comprometido a tomar un cafelito a los informadores-, ponían cara de póquer  cuando se les preguntaba sobre la composición del nuevo Gobierno.

Hombre, algunos datos sí podemos apuntar, a nivel de mero rumor –pero ¿de qué vivirían estas columnas, sino de las quinielas periodísticas sobre ministrables?--. Tomen nota:

Las dos vicepresidencias, como todos saben, siguen. Pero de la de Fernández de la Vega podría ‘colgar’ una especie de Secretaría de Estado –que le atribuyen al actual jefe de Gabinete en Moncloa José Enrique Serrano--, que englobe las funciones de lo que hoy es Administraciones Públicas, que podría desaparecer como ministerio. Y de la vicepresidencia de Solbes podrían ‘colgar’ tres secretarías de Estado, una de ellas la de Industria, que absorbería el correspondiente ministerio.

Se da como cierta la creación de un Ministerio de Ciencia y tecnología, o terminología similar, que irá a las manos de Miguel Sebastián (sí, a nosotros también nos cuesta creerlo). Elena Salgado iría a Defensa, Caldera a Fomento y siguen Bermejo (Justicia), Chacón (Vivienda, quién sabe si ‘reforzada’; pero no quiere Asuntos Sociales), Espinosa (Agricultura), Moratinos (Exteriores), Rubalcaba (Interior; ya parece que lo ha admitido), César Antonio Molina (Cultura). Se cita a López Aguilar como posible titular de Educación, pero, entonces, ¿dónde quedaría la paridad?. Y ¿dónde la ‘cuota catalana’, que en ninguna parte está escrita, pero que existe?

El único con destino conocido – al margen de los Vicepresidentes De la Vega y Solbes- era  Diego López Garrido, que iba comentando a todo aquel que le felicitaba por su nuevo cargo como secretario de Estado para la UE, que pensaba visitar la Cámara Baja con asiduidad para no perder el contacto con la vida parlamentaria.

Aun con todo, algunos diputados ‘enteradillos’ seguían enredando con rumores que corren por los mentideros políticos, a falta de confirmación por quien realmente tiene  la sartén por el mango, es decir, el presidente. Por ejemplo el último nombre que se baraja para hacerse cargo de la flamante cartera de Asuntos Sociales, si es que finalmente se desgaja de Trabajo, es el de Amparo Valcárcel, secretaria de Estado de Servicios Sociales, Familia y Discapacidad, leonesa como Rodríguez Zapatero y una mujer a la que el líder del PSOE tiene un gran aprecio. También se comentaba que este desdoblamiento del ministerio que hasta ahora ha ocupado Jesús Caldera no le gustaba nada al salmantino, que aspiraba a una vicepresidencia en 2004 y que ahora anda bastante enfadado, hasta el punto de que - cuentan las malas lenguas- que podría quedarse fuera del nuevo equipo de Zapatero si tampoco ve colmado su deseo de ocupar la cartera de Fomento. Claro que cuesta creer que el malestar de Caldera llegue a tanto.

Otro que dicen que no está lo que se dice ‘encantado’ es Alfredo Pérez Rubalcaba, que todo apunta a que continuará en Interior a pesar  que quienes le conocen dicen que está muy cansado de una vida llenas de tensiones, que ha tenido alguna desgracia familiar (dos hermanos de su mujer han fallecido recientemente) y que buscaba un destino más relajado. “Sus razones personales”  no parecen haber convencido a Zapatero, y el jefe es el jefe. Que se lo digan a Toño Alonso.

Por su parte, algunos diputados catalanes hablaban de Celestino Corbacho, el alcalde de L’Hospitalet y presidente de la Diputación de Barcelona, y de las posibilidades que tiene de hacerse  con una cartera, quizá la de Industria en la que otros sitúan a David Vegara, otro catalán, por cierto, pero de la confianza de Solbes que es quien va a tener la última palabra junto al placet de Zapatero, claro. Ya veremos si finalmente triunfa esta tesis para Industria –cartera clave, por las ‘movidas’ en el sector energético—o más bien se impone la idea de la Secretaría de estado.

Pero, como decimos, el presidente se encuentra con el ‘problema’ de la paridad y de las ministrables. Y es algo que tiene que solucionar por ley.