Sin incidentes de importancia en el primer encierro de Cuéllar (Segovia), que fue largo y complicado

El primero de los cinco encierros que la villa segoviana de Cuéllar celebra con motivo de la festividad de la Virgen del Rosario se desarrolló ayer sin incidentes relevantes, sólo con un herido que no reviste gravedad, si bien el recorrido fue largo y complicado.

En un encierro seguido, en el campo y en el tramo urbano, por más de 10.000 personas, según la Policía Local, las reses, de la ganadería gaditana de Manuel Blázquez, encaste Juan Pedro Domecq, salían de los corrales pasadas las ocho de la mañana, guiadas por cerca de 300 caballistas.

El recorrido por el campo, de unos cinco kilómetros, fue bastante rápido y eran poco más de las nueve y media cuando el grupo, precedido por los cabestros, entraba en el recorrido urbano, de forma rápida y agrupada.

Sin embargo a la altura de la calle Resina la manada comenzó a disgregarse, quedando rezagados dos de los seis toros. Fue en las calles San Francisco y Las Parras, con varias de las reses derrotando contra las talanqueras, donde se vivieron los momentos de mayor peligro, informa ep.

Pasados unos quince minutos de su entrada en el recorrido urbano, los toros entraron en la plaza guiados por los bueyes, que tuvieron que salir varias veces hasta que consiguieron introducir a toda la manada, ya que varios de los toros seguían separados del grupo.

El único herido de cierta importancia en el encierro fue un hombre que resultó alcanzado por una de las reses en la propia plaza de toros, con un puntazo en la zona escrotal. El herido recibió varios puntos de sutura y fue dado de alta poco después.

Las reses de este primer encierro fueron lidiadas en la primera corrida de la feria de Cuéllar, con la participación de Fernando Robleño (palmas y palmas), Javier Castaño (saludos y palmas) y el mexicano Rubén Marín, gran triunfador de la tarde con dos orejas. El coso taurino registró un tercio de entrada en una tarde soleada.