Cuatro días después de que el Tribunal Constitucional votara negativamente la ponencia de la magistrada Elisa Pérez Vera sobre el Estatuto catalán, el espectro político catalán se posiciona en el ámbito que ideológicamente se corresponde más con su verdadero talante. Así, el presidente de la Generalitat, José Montilla, quiere un posicionamiento simbólico del Parlamento catalán por lo que respecta a la petición de renovación del Alto Tribunal. El PP, por su parte, pretende resucitar el recurso previo de inconstitucionalidad para bloquear la aplicación del 'Estatut' hasta que el Constitucional no se pronuncie definitivamente. Asimismo, CiU se aferra a la idea expresada por su presidente, Artur Mas, ayer por la mañana, de proponer que el TC no pueda juzgar estatutos refrendados por la ciudadanía.
Las palabras de Montilla han venido reforzadas por las del conseller de política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, que se ha decantado por buscar "soluciones de mínimos, realistas y de consenso" porque hay cuestiones que están "fuera de tiempo". Aun así, no ha descartado que la situación conlleve la necesidad de hacer un frente común de partidos catalanes en el que se integraría también un PSC diferenciado del PSOE.
Con ello, la posición de los socialistas catalanes muestra una tibieza que contrasta con la petición del líder de CiU, Artur Mas, que ayer por la mañana declaró a Catalunya Ràdio que su grupo propondría cambiar la Ley del Tribunal Constitucional para que no pueda juzgar estatutos sometidos a referéndum, pues con la situación actual se produce un choque de legitimidades.
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