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El móvil, ¿una nueva droga entre los adolescentes?

Investigadores del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), están trabajando con el objetivo de tener un mayor conocimiento de las pautas de uso del teléfono móvil y el grado de dependencia del mismo entre los adolescentes de la Comunidad de Madrid.
La influencia que los medios de comunicación tienen en la sociedad actual es de tal magnitud, que han cambiado nuestra forma de vida y se han convertido en verdaderos competidores de la familia y la escuela en la formación y educación de los niños, y de forma especial en los adolescentes.

Podemos decir que las tecnologías de la información y la comunicación han llegado a ocupar un papel central en la vida diaria de niños y adolescentes. El impacto de los teléfonos móviles es tal vez más visible que el uso de Internet entre los adolescentes, los cuales se están convirtiendo en los principales usuarios de los distintos servicios que ofrece la telefonía móvil en la actualidad. España es uno de los países en los que más éxito tiene este tipo de dispositivos. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2006 el 98 por ciento de los jóvenes españoles entre 16 y 24 años lo usaba habitualmente.

Pero al mismo ritmo que aumenta el consumo de estos dispositivos aumentan los problemas de uso intensivo y adicción a los mismos; y en un porcentaje muy importante se trata de usuarios muy jóvenes. Sin embargo, en la actualidad hay pocos estudios sobre su uso en adolescentes y menos aún sobre la relación entre la utilización del móvil y los comportamientos peligrosos para la salud.

El trabajo realizado por Mercedes Sánchez-Martínez y Ángel Otero del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la (UAM) y publicado en CyberPsychology & Behavior (Cyberpsychol Behav. 2008 [Epub ahead of print Dec 10.]), se llevó a cabo sobre 1.328 adolescentes con edades comprendidas entre 13-20 años, escolarizados en 9 Centros de la Comunidad de Madrid durante los meses de enero-abril 2007. La edad media de la muestra de participantes fue de 15,7 años. El uso intensivo del teléfono móvil se asoció con el sexo femenino, ir a una escuela de ámbito rural, buena economía familiar, fumar tabaco, consumo excesivo de alcohol y presentar síntomas depresivos. La dependencia del teléfono se asoció, sin embargo, al fracaso escolar.

Las características de la población de adolescentes estudiadas es similar a la media española. El promedio de edad del primer teléfono móvil en el estudio fue de 12 años, una edad a la que puede que no hayan desarrollado suficientemente buen juicio para hacerlo de manera responsable. El gasto mensual se estimó en 15 euros y son las chicas las que hacen un mayor uso del mismo. Siguen siendo los mensajes cortos (SMS), la función más utilizada de este dispositivo entre los adolescentes.

Alrededor de la mitad de los jóvenes en nuestro estudio, manifestaron llevar el teléfono móvil a la escuela y casi la mitad de los mismos lo mantuvieron encendido en clase. El uso intensivo del mismo se ha detectado en el estudio en el 41,7 por ciento de los encuestados. Se ha comprobado que personas que están solas, ansiosas o deprimidas pueden obtener efectos positivos con su uso. Los resultados confirman que los adolescentes con síntomas depresivos tienen 1,74 veces más probabilidades de hacer un uso intensivo de su teléfono móvil que aquellos que no presentan sintomatología depresiva.

Es importante señalar que la intensidad de uso de este dispositivo entre los adolescentes está relacionada con la cultura familiar. Ya los padres pueden fomentar el manejo del mismo entre sus hijos debido a que éste les ofrece seguridad y una forma de supervisarles cuando están fuera de la casa. El 20 por ciento de los encuestados dependían de sus teléfonos móviles, estando esta dependencia estrechamente asociada al uso intensivo de los mismos. Es importante señalar la asociación entre la intensidad de uso del móvil y el consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias tóxicas, así como el fracaso escolar.

Un enfoque preventivo, basado en la familia y la medicina para evitar el uso intensivo del teléfono móvil, debería aplicarse a los adolescentes. Las recomendaciones para el uso responsable de estos aparatos incluyen proporcionar el móvil a los jóvenes a una edad en la que tengan criterio correcto para su uso, utilizar tarjeta de prepago mejor que contrato para ayudar a los jóvenes a limitar y controlar los gastos, enseñarles a desconectar sus teléfonos en lugares inapropiados como en las consultas médicas, y prohibir a los estudiantes que lo lleven a la escuela.
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