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El nuevo modelo económico tardará años en hacerse efectivo

La nueva economía productiva de ZP, todo un 'encaje de bolillos'

El presidente Zapatero tiene la intención de convocar, lo antes posible, a los agentes sociales para empezar a discutir, en el seno de la Mesa del Diálogo Social, un nuevo modelo productivo que sustituya al actual, basado en la construcción, y que se ha revelado todo un ídolo de pies de barro capaz de derrumbarse como un castillo de naipes a la primera de cambio. Para empezar, y partir con algo con qué discutir, la Vicepresidencia  Económica prepara un proyecto de Ley denominado Economía Sostenible que servirá de base para las discusiones.
Se desconoce el contenido del proyecto de Ley de Economía Sostenible. Pero sí se sabe, al menos por lo dicho por Zapatero durante el debate sobre el Estado de la Nación, que, en el mismo, se pretenderá potenciar las actividades que respeten el medio ambiente, que luchen contra el cambio climático, y que investigue sobre nuevos modelos energéticos limpios, es decir, energías renovables.

En este capítulo, España, aunque parezca mentira, lleva bastante adelanto sobre el resto de los paises mundiales. Gamesa, es una empresa líder mundial en energías renovables. Primera fabricante, por poner un ejemplo, de los molinos de viento que producen energía eólica, mientras que la regulación de la energía fotovoltaica, la que aprovecha la luz solar, lleva camino de convertirse en la avanzadilla del mundo industrializado.

Es lo que se denomina "ecoeconomía". Pero no sólo la actividad productiva que pretende el PSOE se va a basar en una economía verde. En lo que a la alternativa a los combustibles fósiles se refiere, se reabre el viejo debate sobre la energía nuclear. Francia, en este sentido, ya ha adelantado que va a construir centrales de una nueva generación mucho mas seguras, todavía, y hay quien en España apuesta por seguir el ejemplo del gobierno de Sarkozy. Incluso en el mismo Gobierno. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, eso sí en privado, se muestra partidario de la energía nuclear para lo cual ha propuesto a Zapatero cerrar la llamada "moratoria nuclear". En ese mismo sentido piensa el nuevo secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa.

El proceso de cambio no sólo lo va a protagonizar Economía. Trabajo y Educación tienen  mucho que decir. Este último ministerio, dirigido por Ángel Gabilondo, debe desarrollar, dentro del llamado "Plan Bolonia" nuevos planes de estudio que supongan "tecnificar" la formación en detrimento de las humanidades. "En materia de humanidades hay exceso de alumnos en España. En cambio, en materia de tecnología y formación profesional hay un déficit enorme", comentan en el Ministerio.



Otro Departamento que participará en la confección del nuevo modelo es el de Ciencia y Tecnología que dirige Cristina Garmendia. Se trata, en cierta medida de aprovechar los recursos económicos del Plan del Departamento que potencia la I+D+i, Investigación, Desarrollo e Innovación. Un plan que, antes de que estallara la crisis, iba a ser la joya de la corona del Gobierno, con una dotación económica  tres veces superior a la de 2007, antes de las elecciones generales, y que, incluso, fue objeto de una lucha entre Garmendia y el titular de Industria, Miguel Sebastián, que intentó que pasara a depender de su Ministerio.

Pero todo este proyecto requiere de una nueva mentalidad laboral. Y ahí es dónde intervendrá el Ministerio de Trabajo. Aunque suene a tabú, habrá reforma laboral. No en el sentido tradicional que se refiere a la liberalización de la entrada y salida del mercado laboral, es decir, las contrataciones y los despidos. La reforma laboral, en este sentido, será mucho más amplia. Abarcará desde la jornada laboral, periodo de descanso, hasta las nuevas relaciones entre empleados y directivos pasando por un largo etcétera  de tal manera que, si se lleva a cabo tal como pretenden en el PSOE, a las relaciones laborales "no las van a reconocer ni la madre que las parió" en referencia a una frase muy utilizada por un dirigente federal socialista.

Lógicamente, toda esta "revolución económica" no significa el fin del modelo tradicional que tanto ha servido para el crecimiento. En materia de construcción se buscará un crecimiento mucho más prudente de la vivienda residencial. Se habla del orden de 200.000 casas anuales. El resto del sector deberá reconvertirse, sobre todo para dedicarse a la rehabilitación en el sentido de dotar de nuevos equipamientos a las viviendas. Unos equipamientos más respetables con el medio ambiente. En otras palabras. Allí donde se pueda, se instalarán placas solares para dotar a las viviendas de energía fotovoltaica. Ese es un ejemplo del cambio que se pretende.

La obra pública se va a seguir manteniendo. El AVE, el tren de alta velocidad, unirá entre sí todas las capitales autonómicas, y se desarrollará un nuevo plan de carreteras que hará más seguras las autovías. En materia de infraestructuras se buscará culminar la modernización llevada a cabo a principios de esta década.

Y tampoco se olvidará que el turismo ha sido y prácticamente sigue siendo, la primera industria del País. El Plan Renove iniciado será potenciado a medida de que se vuelva a disponer de más recursos económicos. Se pretende un turismo de mayor calidad, ecológico y menos masificado.

Este es a grandes rasgos en nuevo proyecto de modelo económico pretendido por los socialistas. Se mantendrá el actual modelo financiero y, además, se espera contar con el sector para financiar este verdadero "encaje de bolillos" que se pretende que, todas las partes reconocen, tardará algunos años en hacerse efectivo ya que un cambio de este calibre no se puede llevar a cabo de la noche a la mañana. 
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