El primer gesto de normalidad entre los dos dirigentes tras la bronca campaña electoral a la Alcaldía de la capital que ambos protagonizaron en 2007 fue el saludo. Gallardón, que había llegado primero acompañado por muchos de los miembros de su Ejecutivo, se acercó al coche del ministro a su llegada a la zona.
Ambos se sonrieron afectuosamente y se dieron un apretón de manos que dejaba claro que cualquier rencilla es ya agua pasada. De hecho, Sebastián llegó incluso a afirmar que "no había ningún enfrentamiento". "Hubo una campaña que está ya olvidada, una campaña muy dura por las dos partes, y ahora lo que hay que hacer es trabajar juntos para salir de la crisis. Es lo que intentamos hacer todos, por lo menos algunos", añadió.
Durante sus intervenciones ambos se prodigaron en agradecimientos mutuos. Gallardón agradeció a Sebastián su apoyo
"en un momento en que la crisis y la contención de gastos habrían hecho prácticamente imposible haber encontrado recursos para hacer este proyecto si no se hubiese encontrado la colaboración del Ministerio".
Además, Sebastián protagonizó la anécdota de una jornada muy fría a la que todos se refirieron cuando afirmó:
"Hace frío y, pese a que esto sea una Catedral, creo que del catarro no nos va a librar ni Dios".