El voto emigrante hizo correr ríos de tinta en forma de acusaciones sin fin durante la campaña electoral gallega. No era para menos; su control era fundamental para los partidos en liza: 335.000 gallegos viven fuera de su región, lo que representa un 12,7 % del censo total. Algunos creyeron que el voto de la emigración podía ser fundamental en estos comicios. Se equivocaron: el popular Alberto Núñez Feijóo arrasó en las elecciones autonómicas del 1 de marzo sin necesidad de echar mano de ese voto. En realidad, el voto de la emigración tampoco fue decisivo en los comicios de 2005.
Con un censo del 12,7 % sobre el total gallego, el voto de la emigración se volvió especialmente codiciado en los comicios del 1 de marzo: los dos principales partidos, PPdeG y PSdeG-PSOE, se emplearon a fondo en países sudamericanos que tenían tantos votantes potenciales en estas elecciones como Uruguay -con 28.400 gallegos censados-, o Brasil -30.400-, o Venezuela -34.000-, o especialmente Argentina, el país electoralmente más importante en la cita gallega, ya que allí residen unos 120.400 de los 335.000 gallegos que viven fuera de España -un 12,7 por ciento del censo total gallego-.
Durante una larguísima precampaña, y a lo largo también de una campaña propiamente dicha muy dura, los tres partidos en liza en Galicia –PPdeG, PSdeG y BNG- se lanzaron tremendas acusaciones sobre intentos de manipulación del voto emigrante gallego, creyendo que, en la bipolarización existente, sería decisivo de cara a conformar las mayorías electorales. Pero lo cierto es que los resultados del 1 de marzo no dejan lugar a dudas: el voto de la emigración no influye en lo más mínimo en la victoria electoral del PP.
La candidatura encabezada por Alberto Núñez Feijóo ha obtenido 759.778 votos (el 47,11 %, frente al 45,03 % de 2005), 3.216 votos más (y el 2,08 %) que en 2005. Si la mayoría absoluta es de 38 diputados, el PP ha obtenido 39, dos más que hace cuatro años.
Por el contrario, el PSdeG-PSOE, encabezado por el hasta ahora presidente de la Xunta, Pérez Touriño, ha obtenido 482.579 votos (el 29,92 % frente al 33,07 % de 2005), es decir, que ha perdido 73.024 votos (el 3,15 %) y un diputado (ha obtenido 24 escaños frente a 25 de hace cuatro años).
Y el segundo partido del bipartito, el BNG de Anxo Quintana, ha sido votado por 267.248 gallegos residentes (el 16,57 %, frente al 18,57 % de 2005), con una pérdida de 44.706 votos (2 puntos menos que en 2005), lo que arroja un resultado de 12 escaños frente a los 13 que obtuvo hace cuatro años.
En definitiva, que el bipartito ha perdido –sólo del censo residente en Galicia- un total de 117.730 votos, o, lo que es lo mismo, el 5,15 % de los apoyos que obtuvo en 2005. Número cantan, y en este caso son tan claros que el voto de la emigración no influye en absoluto en los resultados.