Noviembre es el mes en el que se celebran las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Y es en el despacho oval donde se desarrolla esta obra hilarante, que presenta a un presidente al borde de perder el puesto, un hombre corrupto, inculto y egoísta en diálogo con sus asesores y benefactores, o donantes, todos ellos tan malvados como él. ¿Una parodia de
George Bush? ¿De
Richard Nixon? ¿Una sátira, aparentemente desenfadada, contra el poder omnímodo de un político? Algo de todo eso, probablemente. Una hora y media de risas a cuenta de las disparatadas situaciones que se crean en la vida del hombre teóricamente más poderoso de la tierra, enfrentado a la necesidad de recaudar fondos para apoyar la última semana antes de las elecciones que, según todos los indicios, le harán salir de la Casa Blanca. Una dirección sobria y correcta de
José Pascual y una soberbia interpretación de
Santiago Ramos potencian un libreto de
David Mamet que va creciendo en el tono chispeante a medida que el disparate surrealista que se instala en torno al presidente avanza.
He pasado un buen rato contemplando esta obra producida por
Antonio Resines y sus colaboradores. Al final, escuché algunas preguntas entre los espectadores del cariz de “
¿será posible una crítica como esta en España?”. Bueno, lo intentó
Boadella con su ‘Ubu Rey’ y no le salió del todo mal, aunque recuerdo que los funcionarios de la Generalitat, presidida entonces por
Jordi Pujol, no se atrevían a acudir al teatro para no ser vistos. En fin, quizá –ojalá-- un día veamos una sátira como ‘noviembre’ con el marco del despacho de La Moncloa, en Madrid, en lugar del de Washington.