En la esquina de la calle de La Priora con la Costanilla de los Ángeles se situó un altar improvisado sobre el que se colocaron dos grandes fotos de Catalin y Alejandro así como una veintena de pequeños retratos de ambos y una gran bandera de Rumanía. Depositaron además ramos de flores y velas rojas.
En señal de respeto y recuerdo a las dos víctimas, se guardó silencio durante todo el acto. Sin embargo, algunos de los presentes denunciaron en voz alta las informaciones difundidas por los medios de comunicación al respecto del suceso y reclamaron respeto por lo ocurrido.
El jefe de relaciones públicas de Heaven dirigió unas palabras a los presentes en las que ensalzó la labor profesional de Catalin y Alejandro, calificados de compañeros y amigos. Así, agradeció la presencia de todos y reclamó a los medios de comunicación una información no tergiversada sobre la realidad de la noche de Madrid.
Muchos de los concentrados llevaron camisetas de recuerdo a Catalin que en su parte frontal mostraban el eslogan "Tus amigos no te olvidarán" sobre una foto del fallecido, y que en su parte posterior reivindicaban su condición profesional con la frase "Yo también soy portero". Una parte de los presentes llevaron también pegatinas con la frase "Todos somos porteros".
Tan sólo la pregunta de una periodista que cuestionó la pertenencia de Catalin a algún tipo de mafia alteró los nervios de los concentrados, que arremetieron verbalmente contra los medios de comunicación hasta que una voz reclamó silencio.
La concentración estuvo vigilada con un dispositivo discreto de una dotación de Policía Nacional en un furgón y por varias patrullas de Policía Municipal.