El consejero sobre ruedas

El pistoletazo de salida al auténtico debate pilló desprevenidos a los invitados de la tribuna, que tardaron en ocupar sus asientos. Tomás Gómez (secretario general del PMS), David Lucas (grupo socialista del Ayuntamiento de Madrid), Salvador Santos Campano (Cámara de Comercio), José Ricardo Martínez (UGT) o Javier López (CC.OO.) repitieron en el palco de autoridades, donde también se situó el ex secretario general del PSM Rafael Simancas.

Mientras los padres de los niños del colegio San Roque se manifestaban fuera de la Asamblea, Arturo Canalda, Defensor del Menor, daba explicaciones desde dentro de por qué se les ha abierto un expediente informativo por no llevar a sus hijos al centro.

Las notas y la Bolsa
Y es que la Educación copó gran parte del debate del estado de la región. Tanto es así que Maru Menéndez e Inés Sabanés no dejaron pasar de curso a Esperanza Aguirre por tener, a su juicio, más de los cuatro suspensos permitidos en la gestión de la Comunidad: Educación, Sanidad, Transportes, "Prepotencia", "Ocurrencias"...

La presidenta justificó que la falta de ayuda de ZP no le había permitido hacer los deberes. Maru e Inés, muy incisivas, admitieron como parte de la disculpa la ignorancia de George Bush en Matemáticas Financieras y Crisis Bursátiles, que han hecho sacar malas notas a medio planeta. Los sindicatos buscaban soluciones en los políticos sin encontrarlas.

Si durante la primera jornada los diputados se limitaron a seguir el discurso de Esperanza Aguirre, el debate hizo que los jefes de filas de los grupos parlamentarios tocasen este miércoles a rebato. En las réplicas y contrarréplicas volaban las notas escritas a mano. Se buscaban argumentos para desbaratar al contrario, respuestas ingeniosas, críticas ácidas con las que apuntillar a Gobierno u oposición, y los especialistas de cada área se afanaban por cumplir con sus jefes. Otros compañeros menos 'solidarios' se ocuparon sólo de mirar sus cotizaciones en Bolsa en los portátiles durante toda la sesión matinal.

Estreno, aplausos y pincho
Un descanso de cinco minutos a las 14 horas dio tiempo a la presidenta a rearmarse para cerrar el debate en trinchera propia. David Pérez se estrenó en sustitución de Antonio Beteta como voz del PP y, para quienes pensaban que sería 'blandito', se mostró solvente en la artillería contra Zapatero y conmovió a los suyos. "Has dicho lo que todos sentíamos", le felicitaron entre aplausos.

Rozando las tres de la tarde los diputados no pudieron aguantar más y los canapés, pulgas y pinchos pasaron de la cafetería de la Asamblea al interior del pleno. Suerte que las cámaras de televisión no captaron a sus señorías masticando en plena recta final del debate, que deja 365 días por delante para mejorar lo hecho hasta ahora.