Para confeccionarla se recogieron en donación más de 3 mil kilos de bronce, que llegaron de toda partes del mundo en forma de múltiples objetos, que fueron fundidos por Zerneri, su creador.
Andrés Zerneri –escultor argentino- empezó a reunir bronce donado desde el año 2005, para fundir una estatua del Che Guevara. Llaves, trofeos, juguetes, recordatorios y cientos de artículos fueron acopiados por una comisión pro monumento al Che. Los artículos son de famosos y gente humilde; de argentinos y ciudadanos de los países más remotos del planeta.
La concepción del monumento, que se inaugurará en Santa Fe, provincia de Rosario, el próximo mes de junio, cuando el Che cumpliría 80 años, muestra al Che Guevara sin armas, para que el monumento rememore y reconozca su valor como humanista e idealista, y no como guerrillero.
El Che Guevara fue inspiración política del mundo, desde que se unió a la guerrilla cubana que derrocó a Fulgencio Batista en 1956, cuando tenía 28 años. Después fue a Bolivia a repetir el experimento de liberación, pero fue emboscado por el ejército con ayuda de la CIA, y muerto en 1967 tras una emboscada en la quebrada del Yuro. Su cadáver mostraba una sonrisa inspiradora, que solamente puede lucir un hombre que muere en paz consigo mismo y con sus congéneres.
Los años sesenta fueron de especial trascendencia, con la aparición del fenómeno social hippies (peace and love) el conjunto The Beatles, el movimiento francés de mayo del 68 y la primavera de Praga. El Che fue parte de una generación idealista que contagió al mundo entero.
Curiosamente, murió a los 39 años, al igual que Sandino, Luther King y Zapata, otros héroes sociales que hicieron historia por sus inquebrantables jornadas por los derechos humanos y la liberación de los pueblos del yugo capitalista.
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