Esperanza Aguirre 'obligó' a contratar a José Tomás en Las Ventas

La política ha tenido que intervenir para solucionar el culebrón de la contratación de José Tomás en Madrid. Tras hacerse público el jueves pasado que por diferencias económicas se rompían definitivamente las negociaciones entre Toresma, empresa de Las Ventas, y el apoderado del coletudo, Salvador Boix, saltan las alarmas. Sobre todo en la Comunidad, que por medio de su vicepresidente Ignacio González, mano derecha de la presidenta Esperanza Aguirre, había intentado contratar al coletudo antes que la propia empresa que dirige como accionista mayoritario José Antonio Martínez Uranga, ganadora con gran polémica de los dos últimos concursos.

Todo ello a pesar de que su pliego en ambas ocasiones fue acusado por  PSOE e IU y por muchos medios periodísticos y por gran número de aficionados de ser peor que otros que se presentaron. Pero, siempre según estas acusaciones, era la firma 'enchufada' de Aguirre, que al menos en este segundo concurso ha logrado que Uranga acudiera solo, ya que en el anterior su socio capitalista y mayoritario en el accionariado era el constructor Fidel San Román, encarcelado por la Operación Malaya, y al que Uranga, para evitarle problemas y más críticas a Aguirre, le compró de inmediato las acciones, echando un gran capote político a la presidenta de la Comunidad.

El caso es que la Comunidad, propietaria de la plaza que gestiona privadamente Toresma, organiza dos festejos de mucha importancia en la temporada española: la goyesca del 2 de mayo –que retransmite Telemadrid- y la de Beneficencia –que solía hacerlo la propia cadena o TVE hasta 2006-. En ambos, Aguirre y González quisieron apuntarse el tanto de contratar al coletudo. Pero éste, como siempre, se negó a que fueran televisadas. O pidió una cantidad desorbitada de 45 millones de pesetas -el mundo taurino, tan anacrónico, sigue moviéndose en esta moneda-, que sabía que la cadena autonómica no podía pagar. Además, porsu puesto de entre 40 y 50 por torear.

Después llegó el turno de Toresma, que junto a la propia Comunidad está en los tribunales al haber reclamado judicialmente uno de los perdedores del último pliego, Simón Casas. Pero al fracasar también, Aguirre terció en el asunto y presionó a Taurodelta para que el ídolo de la afición madrileña hiciera el paseíllo este año. En este ocasión por medio de Pedro Antonio Martín Marín, exsecretario de Estado con José María Aznar y máximo responsable del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad, al que llegó por decisión de Aguirre sin que nadie conociera sus méritos en otra decisión muy criticada, aunque menos polémica.

Interviene el exsecretario de Estado

Marín convocó a ambas partes a las oficinas de la empresa en el propio coso el lunes por la tarde y después de dos horas de negociaciones hubo fumata blanca. Lo que no se sabe es quién ha cedido a última hora, si la empresa, que en su última proposición ofertó 45 millones de pesetas a Boix, subiendo cinco millones a su anterior oferta, o éste, que quería en principio 50 y que aunque de palabra dijo que se lo pensaría y que seguramente lo aceptaría, después se echó atrás, insistiendo en los 50. Por lo que Toresma decidió hacer público el desacuerdo final. ¿O no ha cedido nadie y la Comunidad aportará –no se sabe con qué justificación contable- ese dinero?

En el resto de los puntos sí había acuerdo: ganaderías que quería el matador, Puerto de San Lorenzo y Victoriano del Río, y compañeros, también elegidos por él. Y, por supuesto, sin televisión. Un asunto, éste de la retransmisión que abordamos más adelante. Pero, antes la pregunta es ¿porqué ese interés de Esperanza Aguirre, pendiente del teléfono el lunes mientras se negociaba? Pues porque para la Comunidad era un palo gordo, incluso político, que el número uno y el más taquillero y mediático de los toreros, no pisara Las Ventas, gestionada por su 'enchufado' Martínez Uranga.

Máxime cuando la empresa ganó el último concurso en 2007 por dos años, es decir que acaba al término de esta campaña, eso sí, prorrogables de uno en uno. Una prórroga que Toresma da por segura, con una temporada normal, pero ésta quedaría coja si no actuaba el de Galapagar, en cuyo caso lloverían las  críticas a la Comunidad si se le prorrogaba. Eso, junto a las muchas críticas desatadas unánimemente por la prensa taurina y aficionados desde se supo el jueves la ausencia del de Galapagar.

La baza del grupo mediático enemigo

Así, con este acuerdo y sin televisión, Esperanza quitaba también una posible baza a su grupo mediático ‘enemigo’ por excelencia, Prisa, que con su Digital Plus –que tiene los derechos para retransmitir íntegra la feria de San Isidro-, intentó negociar con José Tomás en pago por visión. Un aspecto éste que ya le asusta menos, al ser una retransmisión no en abierto, como demuestra el hecho de que su apoderado aportase un documento a la cadena con el reparto del dinero obtenido, se calcula que podía llegar a 60 millones, pues el coste para los abonados a Digital Plus sería similar al de un partido del Madrid o Barça, 12 euros (2.000 pesetas). Y con la gran expectación que tendría el festejo es previsible que se superaran ampliamente los 20.000 que compraron dos corridas del arte de rejoneo al término de los ciclos isidriles de 2006 y 2007.

Finalmente la negociación, en la que la empresa, que se llevaría parte de la recaudación, también estaba interesada, no cuajó. Pero era un peligro pendiente que podría cerrarse en cualquier momento apuntándoselo Prisa, tan cercana al PSOE,y por ello tan enemiga del PP en general y de Aguirre en particular. Es más, cuando se descartó incluso hubo un intento por parte del apoderado de ver las opciones de retransmitirla en abierta, volviéndose atrás el coletudo de su posición antitelevisiva, pero esos 45 millones que seguía solicitando asustaron a Antena3, Tele5 y laSexta, que por otra parte no tienen interés en los toros. Como TVE, que merced al pacto y los cuidados de Zapatero con ERC en la anterior legislatura (ahora parece que será con CiU, tan antitaurina como Esquerra), ha dejado a cero patatero la cantidad destinada a retransmisiones taurinas.

En fin, ésta, a grandes rasgos, es la historia de un culebrón de una actuación anunciada, desmentida y finalmente aprobada, salvo sorpresas de última hora que con el especialísimo José Tomás nunca se sabe. De no surgir, por fin se someterá al examen de la exigente afición venteña, donde por otra parte sale el toro de mayor presencia de toda España. Una razón que los enemigos del coletudo veían como decisiva para que declinara -hasta la presión de Aguirre- hacer el paseíllo en Madrid, como también en las otras plazas con un toro de similar trapío y sólo ligeramente inferior: Sevilla, Bilbao y Pamplona, donde tampoco verán al matador. Claro que allí no tienen a Aguirre y sus redaños para lidiar situaciones adversas, hacer una buena faena y salir por la puerta grande. Ella ha ganado. Como la afición y, claro, la reventa.