La decadencia de una parte de la clase política que está arrastrando a algunos medios seguidistas y viceversa. Ahí tenemos Telemadrid. El martes, los socialistas se conjuraron para no ir a ningún programa en la jornada de huelga, mientras la AM dictaminaba como "servicios mínimos" los espacios "Alto y Claro", de Curri Valenzuela, y "Madrid Opina", de Ernesto Sáenz de Buruaga. Dos programas 'políticos' (el primero, una tertulia) de la mano de dos periodistas 'afines' a la causa 'pepera'. Y en los actos del 28 Aniversario de la Constitución española, brilló por su ausencia la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre. La misma que 24 horas antes había apostado por la concordia y el consenso.
Lo peor no fue que no acudiesen los políticos del PSOE convocados por la televisión autonómica madrileña en esta jornada de huelga, sino que tampoco lo hicieron, al parecer instados por sus medios
‘paragubernamentales’, algunos periodistas considerados
'progresistas', cuya presencia estaba igualmente concertada. Lo mismo hacen, por cierto, los políticos
populares con determinados programas de TVE, como
'59 segundos'.
Al día siguiente, miércoles 6 de diciembre, en los actos del 28 Aniversario de la Constitución española, brilló por su ausencia la presidenta de la Comunidad,
Esperanza Aguirre. La misma que 24 horas antes había apostado por la concordia y el consenso. Ni estuvo ella, ni ningún otro presidente autonómico del PP. Claro que tampoco hubo muchos del PSOE: sólo dos,
José Montilla (Cataluña) y
Marcelino Iglesias (Aragón). ¿Dónde estaban
Manuel Chaves (Andalucía),
Juan Carlos Rodríguez Ibarra (Extremadura),
Emilio Pérez Touriño (Galicia), etc..?
Sí estuvieron, cómo no,
Mariano Rajoy (nobleza obliga: es el líder de la oposición y aspira a presidir el Gobierno de la nación. Lo cual quiere decir que los ausentes como Aguirre adolecieron de esta mismma "nobleza", cada uno en la proporción de sus cxircunstancias) y
Alberto Ruiz Gallardón. El alcalde de Madrid, que era favorable a no repetir más de dos legislaturas seguidas al frente de la Comunidad --postura que argumentó abundantemente con eso de la
'savia nueva' y la necesidad de renovación en los cargos públicos--, ahora medida si presentarse a una tercera candidatura en el Ayuntamiento de la capital. Olvida Gallardón que, aunque las encuestas le favorezcan, antes tendrá que ganar la segunda.
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