"Los sacerdotes somos menos y de más edad que hace algunos años", constató el presidente de los obispos, monseñor
Antonio María Rouco Varela, quien calificó esta situación de "preocupante". Así, añadió que cada sacerdote atiende de medie a cerca de 3.500 personas -en algunos lugares hasta 9.000-, circunstancia que se ve agravada, sobre todo, en las zonas rurales debido a la dispersión poblacional.
También las dificultades llegan a las ciudades, donde dos o tres sacerdotes se ven obligados a servir a dos o tres mil personas de diferentes condiciones culturales y religiosas.
"Si el momento es grave y apremiante, la esperanza es más honda y la motivación más apostólica nos urge más", concluyó Rouco al tiempo que instó a los obispos a perfilar propuestas concretas para "renovar a fondo el ministerio sacerdotal en la España de hoy".
El presidente del Episcopado dedicó gran importancia en su discurso a la cuestión del sacerdocio, ante la celebración del Año sacerdotal, que el Papa
Benedicto XVI inauguró el pasado 19 de junio.
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