Quiero insistir en que no debemos de olvidar a los emigrantes que lucharon activamente en el mantenimiento de nuestra identidad propia en la República Oriental del Uruguay. En la capital uruguaya tenemos un muy buen ejemplo de compromiso con la defensa de nuestra cultura diferenciada que corresponde reconocer con aplausos, distinciones y premios. Por desgracia, en Galicia, el gobierno autonómico está preocupado por otros asuntos como el de hacer más ricos a los que más tienen y llenar de eucaliptos y factorías contaminantes un hermoso paisaje que es patrimonio de toda la población. Quiero decir que los montes y los ríos y las playas también le pertenecen a los que no votan al partido mayoritario. Que un programa radial, realizado enteramente en idioma gallego en la emigración, vaya a cumplir 75 años de vida ininterrumpida no es asunto que merezca consideración por parte de las autoridades autonómicas.
Sin duda que es un hecho histórico ya que el idioma gallego está presente en Montevideo desde el domingo 3 de setiembre de 1950. Hay que agradecer y felicitar a los fundadores y a sus continuadores por ser los protagonistas de la más larga homenaje en el tiempo a Castelao. En mi corazón guardo hermosos recuerdos de mis años en “Sempre en Galicia” al lado de Couceiro y de Meilán. Mi humilde colaboración comienza unos meses antes de que el secretario del Patronato da Cultura Galega (Fernando Pereira Caamaño) decida retornar a su querido Concello de Soutomaior (fue eligido alcalde de su municipio de nacimiento en las primeras elecciones municipales). Iba a la radio, cada cierto tiempo, para leer un breve texto. Poco después, también, la sucesora de Fernando en la secretaría del Patronato (Yolanda Díaz Gallego) vuelve para instalarse en Barcelona con su familia. Eran los 1974-1975. La ausencia de ambos e importantes colaboradores en el programa dejó un poco flojos a los dos fundadores que llevaban delante del micrófono desde 1950. Así fue que me sumé a el dúo que formaban el coruñés Pedro Couceiro Corral y el lucense Manuel Meilán Martínez. Hasta abril de 1986 estuve yendo, el viernes, a Radio Carve para gravar el programa que luego era emitido el domingo. En el mes de mayo del mismo año comienza la colaboración junto a Meilán ya que había fallecido el doctor Couceiro, mi buen amigo Toni de Seárez (José Antonio García de Seárez Cabeza) quien ya viniera en alguna ocasión a gravar. El buen hacer de Toni (carballés de Sofán) merece el mayor de los reconocimientos ya que después de la muerte del inolvidable Meilán (1994) es quien mantiene con ánimo y eficacia, la herencia de los fundadores.
Creo va siendo hora de recordar a Alfredo Somoza Gutiérrez, uno de los fundadores de “Sempre en Galicia” que no recibió ningún premio o reconocimiento ya que falleció un año después de la fundación del programa. Quiero dejar constancia de que dos de los fundadores, Canabal en 1985 y Meilán en 1987, fueron distinguidos con la Medalla Castelao. Don Alfredo nació en A Coruña el 8 de abril de 1892. Era hijo de una coruñesa y de un rianxeiro que era primo de Castelao. En abril de 1931 fue elegido concejal y luego en mayo lo eligen presidente de la Diputación Provincial. Era un activo defensor de la autonomía, lo que lo llevó a tener discusiones con su amigo Casares Quiroga. Es por este motivo que dimite de la presidencia de la entidad provincial en julio de 1932 pero mantiene su acta de diputado. En las elecciones de 1936 es elegido diputado en Cortes dentro de las listas de Izquierda Republicana. Formó parte de la comisión de diputados que llevó a Madrid el Estatuto de Autonomía. A partir del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 tuvo que esconderse para salvar su vida. Su sucesor en la alcaldía, Alfredo Suárez Ferrín, fue fusilado por los golpistas el 31 de agosto de 1936. Estuvo escondido en varias casas de amigos hasta que en 1947 huye en un barco inglés que lo lleva hasta el puerto bretón de Brest. Por pedido de Castelao a Canabal se tramita su ingreso en Uruguay, llegando a la capital uruguaya en mayo de 1948 y poco después vienen su esposa e hija.
Conocí a la hija de Somoza, Manuela, en el Patronato da Cultura Galega y también a su esposo montevideano y a sus hijos. Manoliña (así le llamaban familiarmente) era una mujer de trato cordial, simpática y muy comprometida con la causa republicana. En su apartamento de Bulevar Artigas (cerquita del Campo de Golf) pude ver una pintura de Castelao que le había regalado a Somoza. Era un pequeño óleo en el que aparece un viejo marinero de Rianxo y con la dedicatoria de “Ao meu curmán Alfredo”, si mal no recuerdo. Espero que el aniversario de “Sempre en Galicia” sea celebrado con una serie de festejos de calidad para que nuestros descendientes sientan la emoción de ser miembros de una nación de futuro. Es mi deseo de que participen de la gran fiesta cultural en homenaje a todos los emigrantes que fueron a buscar un sitio en la acogedora orilla rioplatense. Los gallegos somos agradecidos y no le cerramos las puertas a los nietos de la emigración. Aquí no hay espacio para que crezca la intolerancia racista. Somos mayoría los que apostamos y luchamos para conseguir que aumente el respeto, el bienestar social y la solidaridad.
MANUEL SUÁREZ SUÁREZ
Si (
No(
