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Iré a Ribadeo el 28 de julio de 2024

Por Manuel Suárez Suárez
viernes 15 de octubre de 2021, 19:22h

Espero no tener ningún inconveniente que me imposibilite acercarme a la orilla del río Eo a finales de julio del año 2024. Quiero recordar a José Alonso Trelles Jarén (“El Viejo Pancho”) en la celebración del centenario de su fallecimiento en la capital de la República Oriental del Uruguay. Siendo secretario del Patronato da Cultura Galega de Montevideo hice la presentación en su villa natal de Ribadeo (Lugo) del libro El Viejo Pancho. Un gallego en la poesía nativista oriental de la autoría del periodista e investigador montevideano Pedro R.Barreiro. El acto tuvo lugar el 18 de octubre de 1980 en la Biblioteca Municipal “El Viejo Pancho”. Estuve acompañado por Eduardo Gutiérrez (que era el alcalde) y por el buen amigo coruñés-tacuaremboense Xosé Mª Monterroso Devesa.

La publicación, dentro del sello editorial del Patronato fue financiada por el muy generoso galleguista Xesús Canabal Fuentes, incluye un instructivo prólogo del prof. Carlos Zubillaga Barrera –nieto de Ribadeo por descendencia materna-- en el que escribe: El Viejo Pancho, gallego decidor en pagos orientales, heredero de un pueblo que contó en su historia con los irmandiños libertarios que no quisieron soportar el yugo de la opresión señorial, sintió una admiración profunda por la figura prócer del caudillo oriental y la exaltó en versos de sencilla factura, pero de entrañable significación, que son a la vez una suerte de testamento patriótico de este inmigrante aquerenciado en el solar rioplatense.

Creo necesario destacar que en el seno del Patronato da Cultura Galega siempre hubo mucha admiración por la creación literaria de un emigrante al que consideraban ser “un gaucho de Ribadeo”. Alonso se unió sentimentalmente al paisaje del campo uruguayo siendo un carballo que no desentonaba en el medio de talas y coronillas. Estaba hondamente preocupado por el olvido de los usos y tradiciones ya que decía que las “costumbres originales y sencillas van desapareciendo para dar lugar a refinamientos corruptores llamados a transformar el carácter y el espíritu” [El Tala Cómico, 1895]. Recuerdo que fue Zubillaga que era compañero mío en la directiva del Patronato el que me recomendó la lectura de “El Cantor del Tala” de Juan Carlos Sabat Pebet. Me comentó que el autor publicaba en el libro la partida de bautismo de Alonso Trelles para cerrar la discusión sobre su lugar de nacimiento. Había tres compañeros que empujaban con entusiasmo para que las autoridades locales y nacionales se implicasen en la recuperación de la casa de Tala [Departamento de Canelones] en la que vivió Alonso para convertirla en una biblioteca pública a la que pudiesen acceder los escolares y liceales de la zona. Estos tres activistas eran Fernando Pereira Caamaño, Yolanda Díaz Gallego y Rogelio Martínez Barreiro.

Hace unos días recibí de parte del amigo Monterroso Devesa la traducción al idioma gallega que acaba de realizar del poema ¡Hopa...Hopa...Hopa! que el gran Carlos Gardel grabó en 1927 con música del montevideano Roberto Fugazot. La traducción va especialmente dedicada al Centro Cultural Gallego-Uruguayo de Tala. Quiero que se conozca y espero que alguien la cante (voy a comentarlo con Graciela Pereira ya que mi amiga porteña está trabajando sobre poemas de Alonso Trelles) para ir abriendo el camino que nos llevará hasta Ribadeo en julio del año 2024. Es cierto que hay tiempo pero para que destaque por su calidad debe de contar con el compromiso participativo de el municipio, la Xunta, la Diputación Provincial de Lugo y el Consulado General del Uruguay en Galicia. No tengo duda de que el 28 de julio del 2024 será el comienzo de una serie de actividades culturales que llenarán el norte de Lugo de alegría con los versos de un poeta del género gauchesco o nativista que gozó del reconocimiento de los habitantes de ambas márgenes del Río de la Plata.

Case empardecendo, pertiño do rancho,

mentres palicaba coas miñas derrotas,

sentín un balbordo como de pesuños

e o berro campeiro de hopa, hopa, hopa!

Saín e no escuro vín un empochado

levando suxeitos lazo e boleadoras,

que ao paso tranquilo dun matungo zaino

arreaba unhas reses que eran como sombras

Agarde, parceiro, -díxenlle- desculpe:

que animais son eses que leva e p'ra onde?

-Eu voulle p'ra feira dos gaúchos parvos

a vender milleiros de esperanzas tolas.

-Se o mercado cumpre e, lambereteiro,

volta pola zona en procura doutras,

saiba que lle teño os curráis ben cheos

e tal vez de balde llas entregue todas.

Sorríu o arrieiro, que era o Desengano,

aguilloou o zaino camiño das sombras...

e inda escoitar podo ao vento da noite

traerme o seu berro de hopa, hopa, hopa!

{Manuel Suárez Suárez}

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