Lo hizo como parte del encargo del BBVA, que le contrató para conocer cómo iba a ser el plan de entrada de la constructora Sacyr en el capital del banco, presuntamente con apoyo del Gobierno del PSOE en una guerra por el poder en este importante banco.
"Concretamente, los pinchazos se produjeron entre el 26 de noviembre de 2004 y el 27 de enero de 2005, fechas en las que la constructora planeaba hacerse con un paquete significativo de acciones de la entidad, con el objetivo de tener presencia en el consejo de administración del banco y voto suficiente para derrocar a su entonces presidente ejecutivo, Francisco González", explica 'El Economista'.
Este diario accedió a los registros de llamadas, con 39 comunicaciones interceptadas a Presidencia del Gobierno, otras 3 al Ministerio de Presidencia y una a La Moncloa. Una de las conversaciones grabadas habría tenido como protagonista a la vicepresidenta de entonces, María Teresa Fernández de la Vega.