El presidente Sánchez se hizo sentir en el G 20, pero con un bajo perfil en su agenda porteña

El paso de Sánchez por Buenos Aires claramente hay que dividirlo en tres partes:

Participación en el G 20:

Por un lado Sánchez puede sacar pecho al haber liderado el debate en el G 20 sobre el aspecto migratorio, donde gracias a la insistencia española –apoyado por Europa- el tema quedará instalado para el futuro –a pesar de la resistencia de algunos países- destacando que al ser un problema global requería de una solución también global.

A su vez durante el G 20 pudo reafirmar el compromiso del Gobierno español con el multilateralismo y la cooperación internacional para hacer frente a los principales retos de la globalización. el "papel activo y constructivo" de España en todos los foros de debate, con una agenda inspirada en las "principales preocupaciones de nuestros ciudadanos, como el crecimiento y la creación de empleo de calidad, la reducción de las desigualdades, las migraciones y la brecha de género y el cambio climático,".

Del comercio global, el presidente defendió la vigencia del sistema de comercio multilateral basado en reglas y su mejora, en particular a través de la reforma de la Organización Mundial del Comercio.

Sobre el Acuerdo de París para combatir el cambio climático, sostuvo que para España es una “prioridad de Estado", reflejada a nivel nacional en el proyecto de Ley de Cambio Climático, así como en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, proyectos con los que se busca lograr una economía descarbonizada en 2050. A pesar que Trump una vez más dio la nota y no firmó el acuerdo, Sánchez remarcó el "compromiso inequívoco" del resto de los participantes.

España también reafirmó su impulso y liderazgo sobre la cuestión de la igualdad de género, en donde logró el compromiso de los líderes para reducir la brecha laboral de género creando 100 millones de empleos para las mujeres en 2025, y una referencia en el texto final sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres, otra de las prioridades del Gobierno en materia laboral.

Encuentros bilaterales:

El presidente español sacó provecho de tener a los principales líderes mundiales en Buenos Aires –como lo hizo el resto de los presidentes- para concertar encuentros bilaterales.

Sin duda uno de los más esperados era el que mantuvo con Mauricio Macri. Pero esa expectativa quedó rápidamente evaporada al tener una reunión en la que solamente se reafirmó el buen momento por el que atraviesa la relación, sin realizar ningún anuncio de importancia y donde se habló, como era de esperar, del partido que se disputará en Madrid el próximo fin de semana entre River y Boca por la final de la devaluada Libertadores.

Además de Macri, Sánchez mantuvo encuentros con el primer ministro sudafricano Ramaphosa, y el primer ministro indio Modi. Otra interesante audiencia que tuvo fue con la presidenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, con quien ha intercambiado impresiones sobre las perspectivas de la economía española.

Una agenda que se quedó en Costa Salguero

La imagen con la que se retiraron los encargados de prensa y allegados de Costa Salguero –lugar donde los presidentes debatieron- fue todo un símbolo del paso de Sánchez por Buenos Aires. Tras finalizar la brevísima rueda de prensa, el presidente salió rápidamente del complejo para abordar el autobús que lo llevaría al Aeropuerto para regresar a Madrid, mientras que los encargados de prensa y allegados se despedían de los periodistas se dieron cuenta que Sánchez ya se había retirado, y emprendieron una rápida corrida para alcanzarlo.

Esta actitud podría reflejar la sorpresiva actitud que tuvo el madrileño en su paso por Argentina.

La inmensa colectividad española se quedó con las ganas de encontrarse con él aunque sea solamente para saludarlo, y ni siquiera tuvieron un mensaje o algún comunicado –más allá de la intensa agenda y que la ciudad estaba “sitiada” para contentarlos. Los más críticos decían por lo bajo que las enmiendas presentadas por el PSOE a la Ley de Nacionalidad, lo dejaban sin una respuesta concreta ante un justo reclamo que tienen los españoles residentes en el exterior, y que por ese motivo evitó el contacto con la colectividad.

Tampoco se reunió con la gente del PSOE Buenos Aires, quienes apoyaron en todas las etapas previas a su asunción a Sánchez, aunque también se encuentran enfadados con las enmiendas a la Ley de Nacionalidad, y con algunas actitudes del PSOE español hacia con ellos.

Tampoco visitó el Parque de la Memoria toda una tradición para los mandatarios extranjeros que pasan por Argentina, todo un ícono de lo que representó la cruel dictadura por la que atravesó el país, y sitio en el que hasta estuvo el ex presidente Mariano Rajoy, sabiendo que tanto para Macri como para Rajoy, el tema de los derechos humanos –especialmente en esa área- no son una prioridad.