Detenido un presunto yihadista en la localidad abulense de Cebreros

Un presunto yihadista ha sido detenido en Cebreros (Ávila) en el marco de la operación en la que se han detenido a ocho presuntos miembros de una célula terrorista en distintos puntos del país, según han informado fuentes cercanas a la investigación.   

La operación se ha llevado a cabo en la madrugada de este viernes por parte de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional en colaboración con la Jefatura Superior de Policía de Cataluña. Los ocho detenidos son españoles y cinco de ellos tienen origen marroquí, apuntan las mismas fuentes.   

La operación se está desarrollando en siete ciudades catalanas --Barcelona, Manlleu, L'Hospitalet de Llobregat, Piera, Malgrat de Mar, Terrassa y Figueres-- y en las provincias de Ávila y Ciudad Real. En esta última concretamente en Fuente el Fresno.   

El Ministerio del Interior ha indicado a través de un comunicado que "los arrestados incitaban a la comisión de acciones terroristas en España siguiendo el mismo 'modus operandi' de los atentados cometidos en otros países".   

Asimismo, ha apuntado que "seleccionaban candidatos para enviar a Siria e Irak a través de contactos proporcionados por sus enlaces con la organización terrorista matriz".   

La operación, que continúa abierta, está siendo supervisada y coordinada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional y el titular del Juzgado Central de Instrucción número 3, el magistrado Javier Gómez Bermúdez.

Casado y dos hijos 

El detenido esta madrugada en la localidad abulense de Cebreros, en el marco de una operación de la Policía Nacional contra una célula yihadista que se ha desarrollado en varias provincias, es un joven de origen marroquí que vivía en este municipio, casado y con dos hijos.

El joven vivía con su mujer y dos hijos pequeños en esta localidad de algo más de 3.300 habitantes limítrofe con Madrid, según ha señalado a Efe el alcalde del municipio, Ángel Luis Alonso, quien ha precisado que la operación se ha desarrollado entre las cuatro y media y las cinco de la mañana.

El joven ha sido detenido por los efectivos de la Policía Nacional, que han entrado en la vivienda, situada en la planta superior de un inmueble ubicado junto a la carretera de El Tiemblo y en la que también vive otro matrimonio, en el piso inferior.

Estos vecinos, en declaraciones a los medios, han indicado que el joven, de unos 26 años, es de origen marroquí, aunque vivía en España desde hace muchos años, llevaba al menos seis en Cebreros y, en la actualidad, se encontraba en situación de desempleo, aunque había estado trabajando con anterioridad para el Ayuntamiento.

Los vecinos, Agustín Ricardo y María Díaz, han sido los encargados de quedarse con la mujer del detenido, que apenas habla español, y los niños, muy pequeños, en la vivienda, hasta la que, según avanzaba la mañana, han ido acercándose otros vecinos.

Un joven "educado" y "que no daba problemas"

En torno a las cinco de esta madrugada el silencio se ha roto en Cebreros  por el movimiento registrado en la calle Toledo, un inmueble en el que la Policía Nacional ha irrumpido para sacar de él a Abdul, un joven de unos 26 años, "educado", "que no daba problemas", detenido en el marco de una operación nacional contra una célula yihadista.

"Que no, que no, que Tatá no está metido en eso", se negaba a creer María Díaz, vecina de este matrimonio, quien ocupa la vivienda de la planta inferior en el inmueble asaltado esta noche por la Policía Nacional y que ha sido la encargada de acompañar a la mujer y los dos hijos pequeños -una niña de cuatro años y un niño más pequeño- de Abdul, al que todos llaman "Tatá".

María y su marido, Agustín Ricardo, han sido los primeros en verse sorprendidos por la entrada de los efectivos policiales, que "han tirado la puerta" del piso de arriba, en el que vivía "Tatá" desde hace, al menos, seis años.

En situación de desempleo, aunque había trabajado un tiempo para el Ayuntamiento de Cebreros junto al propio Agustín, la familia del detenido se caracterizaba por ser "muy amable", mientras que él era "muy educado, siempre te daba los buenos días", han señalado vecinos del joven.

Hasta siete coches y furgones de la Policía Nacional ha contado María en la zona, aunque a otro vecino, de una calle paralela, ayer le sorprendió ver un coche de la Policía Nacional al principio de la vía, junto a un supermercado, porque "aquí nunca se ven coches de la Policía".

En el domicilio de "Tatá", hoy con las persianas bajadas y cerrado, tras arreglar la puerta Agustín, tampoco se veía mucho movimiento ni que recibieran muchas visitas, salvo la de los padres de él, que viven también en Cebreros, ha señalado María, quien no ha dudado en afirmar: "En cuantito que vean el ordenador, que creo que se lo han llevado, van a ver que no tiene nada que ver con eso".

"Si ha visto algún vídeo o ha buscado información, no sé, pero de ahí a que se vaya a inmolar y vaya a explotar, que no, que no, que Tatá no", ha repetido María, quien estuvo haciendo con el detenido un curso de cocina en El Rondón, un restaurante-escuela de la localidad.

Los vecinos de Cebreros se han ido acercando durante la mañana hasta esta vivienda para comentar con otros lo ocurrido o enterarse de lo que pasaba, mientras otros, como el matrimonio formado por Laura y José, se dirigían a ver a la familia del joven detenido y se ha enterado de lo ocurrido según llegaba.

Laura ha defendido a Abdul, con quien fue al colegio "de chicos", pero no en esta localidad sino en Navas del Rey (Madrid), a 35 kilómetros, donde coincidieron en el CEIP Isabel la Católica.

Después, volvieron a encontrarse, ya en Cebreros, donde ella reside con su marido y sus cinco hijos, a los que Abdul no dudaba en ofrecer "pan, leche y comida" e incluso llegó a pagarles alguna vez el gas cuando ellos pedían ayuda, porque se encuentran en el paro y no reciben prestación alguna.

"Siempre he tenido el apoyo de él, más que de nadie en este pueblo", ha afirmado Laura, mientras su marido, José, ha subrayado que iban siempre "con respeto" y "educación", por lo que aún no se cree lo sucedido. "Es muy buena persona", ha repetido una y otra vez.