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La Catedral de Segovia abre la torre a las visitas tras una inversión de 50.000 euros para su acondicionamiento

La Catedral de Segovia abre la torre a las visitas tras una inversión de 50.000 euros para su acondicionamiento

Habrá tres turnos diarios para un máximo de 35 personas por sesión y la entrada tendrá un precio de cinco euros

Por Redacción/Agencias
viernes 03 de octubre de 2014, 16:48h
El Cabildo de la Catedral de Segovia ha inaugurado este viernes la apertura de la torre del templo a las visitas, una iniciativa posible tras una inversión de más de 50.000 euros asumida por el propio Cabildo que se ha hecho realidad un decenio después de concluirse los trabajos de rehabilitación y limpieza de la edificación, de 88 metros de altura.   

En 2003, tras restaurar la torre en el marco del Plan Director de la Catedral, sus responsables determinaron que no se cubrían las condiciones deseadas para la apertura. El reto se retomó a finales del pasado año, cuando se propuso definitivamente rehabilitar los accesos de esta construcción que en siglos pasados, con su reloj y el toque de las campanas, marcaba el ritmo de la ciudad.   

En una visita organizada con los medios de comunicación y presidida por el obispo de la Diócesis, Ángel Rubio, el deán de la Seo y presidente del Cabildo, Ángel García Rivilla, ha explicado que la adecuación del espacio ha requerido una profunda limpieza, la nivelación de escalones, el acondicionamiento de tres niveles, la puesta en marcha de medidas de seguridad y la dotación y equipamiento, entre otras intervenciones.   

Los trabajos han posibilitado que a partir de ahora segovianos y turistas puedan visitar tres plantas, a las que se accede a través de 200 peldaños. En la primera de ellas, adornada con tapices, se proyecta un audiovisual sobre el incendio y la posterior rehabilitación, mientras que la segunda, con dos niveles, acoge la antigua casa del campanero, quien tenía encomendada la tarea de hacer sonar las campanas desde una de las habitaciones de la vivienda con el único permiso del Cabildo.   

Esta casa, habitada al menos hasta mediados de los años 50, permanece hoy desamueblada aunque conserva las típicas alcobas castellanas, con sus antiguas balsosas, y un reloj de 1882, atribuido a un relojero de Estrasburgo, que permanece en funcionamiento.   

El tercer piso, que permite a los visitantes disfrutar de bellas vistas de la ciudad de Segovia, alberga diez campanas de grandes dimensiones, cada una señalizada con su nombre, su peso, su diámetro y el año del que datan. Sus denominaciones corresponden en su mayor parte a imágenes o iglesias de la ciudad, aunque también hacen referencia a aquello que anunciaban o su tamaño.   

San Nicolás, Santa Bárbara, La Fuencisla, La Purísima, María de la Paz, Esquilón para Entierros, Sermonera,  Menos Cuarto o Cimbalillo, La Mediana y El Becerro, como así se llaman estos instrumentos que anunciaban la celebración del sermón, la llegada de una tormenta o un fallecimiento, tienen  pesos que oscilan entre los 125 y 1.400 kilos y datan de entre 1480 y 1998. Un restaurador las revisa cada año para evitar su deterioro.   

Habitualmente solamente se utilizan tres de ellas, aunque ninguna es la que toca las horas a diario. Esa labor es desempeñada por una pesada campana situada en lo más alto de la torre, un centenar de escalones más arriba, en el espacio conocido como 'Las ocho bolas', cuyo acceso no se ha habilitado por razones de seguridad.

Un deseo cumplido   

Ángel García Rivilla ha indicado que con la apertura de la torre se cubre "una especie de deuda" y se cumple el "aclamado" deseo de habilitarla para las visitas y poder así dar a conocer el templo en su conjunto. Ha sido una Comisión de Rehabilitación, con José Gómez y Rafael de Arcos a la cabeza, la que ha velado por la buena marcha de los trabajos, cuyo resultado permiten ahondar en los dos aspectos que, según Ángel Rubio, dan sentido a la Seo segoviana: el culto y la cultura.   

El obispo ha señalado en este sentido que arte y fe no son incompatibles, sino todo lo contrario, pues cada vez más se comprueba que lo cultural, lo artístico y la belleza "acercan también a Dios".

Aforo limitado    
 La torre puede visitarse diariamente en tres turnos --a las 10.00, las 12.00 y las 16.00 horas--, en grupos de un máximo de 35 personas por sesión. Solo permanecerá cerrada cuatro días al año (el 25 de octubre por San Frutos y los días 24, 25 y 31 de diciembre) y el acceso costará cinco euros tanto para segovianos como para visitantes de fuera. Estos últimos deberán abonar además los dos euros de la entrada al templo, que es gratuita para los vecinos de Segovia. La recaudación se reinvertirá en proyectos para mejorar la oferta cultural segoviana.   

La visita, de una hora y media de duración, está desaconsejada para personas con limitaciones físicas y problemas de claustrofobia o vértigo debido a la estrechez de los tramos de escaleras,  el número de peldaños (unos 190 de 22 centímetros de alto hasta el último nivel visitable) y la altura en el último piso, que alcanza entre 65 y 70 metros.   

Habrá visitas guiadas, especialmente durante el fin de semana, y las entradas, que han de comprase en la taquilla del templo, podrán adquirirse a partir del próximo año por Internet, con un máximo de dos días de antelación. La apertura ha posibilitado la contratación de una persona, que se encargará precisamente de atender y guiar las visitas.

La torre, la más alta en el siglo XVI   

La torre originaria de la Seo segoviana, conocida como la 'dama de las catedrales', se levantó entre 1530 y 1568 a partir de las trazas del maestro de obras Juan Gil de Hontañón, así como de su hijo Rodrigo y del aparejador García de Cubillas, que tomaron el relevo tras su muerte. Medía 108 metros, lo que le hacía la más alta del país, y estaba rematada con un chapitel de unos 25 metros, pero quedó destruida en 1614, cuando durante una tormenta un rayo caído en el chapitel inició un fuego que afectó tanto a la torre como a la Capilla Mayor.   

Con las limosnas de las instituciones y el pueblo segoviano, la edificación volvió a levantarse, aunque con unos cuantos metros menos de altura. Su estructura fue sustituida por la actual diseñada por el arquitecto del barroco segoviano Pedro de Brizuela. El arquitecto respetó los cuatro botareles góticos sobre los que se apoyaba la estructura de madera. Este diseño fue ejecutado por Juan de Mugaguren y la obra quedó finalizada en tres años.
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