Repsol instala su tercer punto de repostaje de Autogas en Valladolid y ya alcanza los veinte en la región

Repsol ha inaugurado este martes en la avenida de Salamanca, en Valladolid, su tercer punto de venta de AutoGas o GLP para automoción en la ciudad, con lo que alcanza 20 en Castilla y León para la distribución de un combustible que puede suponer un ahorro económico del 40 por ciento con respecto a los convencionales además de una reducción de emisiones de partículas y óxidos de nitrógeno.   

El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, que regresaba este martes de algo más de una semana de vacaciones, ha inaugurado el punto de repostaje, en la gasolinera situada frente al Museo de la Ciencia, junto al director territorial de Repsol en Castilla y León, Guillermo Méndez Gago.   

Ahora, con tres puntos de venta --Centrolid, el polígono de Argales junto a las cocheras de Auvasa y avenida de Salamanca-- la capital vallisoletana cuenta con la mayor implantación de GLP para automoción en Castilla y León, donde cuenta ya con 20 puntos de repostaje --uno en cada capital de provincia y varios en gasolineras de las principales vías de comunicación por carretera.   

León de la Riva y Méndez Gago han coincido en destacar la ya "larga" trayectoria de Valladolid con el consumo de autogas, ya que desde aproximadamente un 70 por ciento de los vehículos de Auvasa --entorno a un centenar-- utilizan este carburante alternativo, al tiempo que unos 70 taxis y 20 ambulancias que trabajan en la ciudad también funcionan con él.   

De hecho, uno de los coches oficiales que utiliza habitualmente el alcalde, un Renault Vel Satis, tiene efectuada desde hace casi dos años la adaptación para funcionar de manera híbrida con gasolina y autogas. El propio alcalde ha abierto el maletero para mostrar que la maniobra sólo supone sustituir la tradicional rueda de repuesto con la tecnología necesaria para el cambio de combustible.   

Esta operación tiene un coste, según el representante de Repsol, de entre 1.500 y 2.200 euros que se pueden amortizar "rápidamente" pues la diferencia entre el coste del autogas (actualmente 0,77 euros por litro) y la gasolina de 95 octanos (hoy, 1,43 euros) es notable. Asimismo, León de la Riva ha recalcado que en sus viajes a Madrid a penas nota diferencia, "sólo un pitido cuando cambia de gasolina a autogas".   

Este nuevo punto de venta de Autogas, ubicado en la Estación de Servicio Santos Ezama, Avenida de Salamanca, es ya el tercero de la capital y se suma a los situados en Centrolid, y en el Polígono Industrial de Argales. Además, existen otros puntos de suministro de GLP para automoción en todas las capitales de provincia de Castilla y León y principales corredores como Aranda de Duero (A-1), Arapiles (A-66), Benavente, Dueñas (A-62), Ciudad Rodrigo (A-62), Ponferrada (A-6), Quintanapalla (A-1), Vega de Valdetronco (A-6) y Villaherreros (A-231).

400 puntos en toda España en 2015   

En la actualidad, Repsol suministra AutoGas en 270 Estaciones de Servicio distribuidas por la Península Ibérica y Baleares, de las cuales 20 están en Castilla y León. Para el año 2015, la compañía prevé aproximarse a los 30 puntos de suministro en dicha Comunidad Autónoma y 400 en todo el territorio nacional.   

Asimismo y con el objetivo de implantar este carburante alternativo por sus contrastadas ventajas ambientales, Repsol presta apoyo a los grandes usuarios de flotas, y a la instalación de surtidores particulares o 'skids', de los que ya hay operativos más de 250. De ellos, 20 se encuentran en Castilla y León.   

A ello se suma, como ha reconocido Méndez Gago, la instalación de surtidores de otras compañías distribuidoras, lo que puede dar servicio a los usuarios de este combustible, que tienen mayores posibilidades a la hora de repostar.   

Los automóviles que hacen uso de este carburante alternativo presentan ventajas económicas y medioambientales. Desde el punto de vista económico, representan un ahorro de hasta el 40 por ciento respecto a los carburantes convencionales. Además, el GLP para automoción contribuye a la mejora de la calidad del aire urbano, por sus bajas emisiones de partículas y óxidos de nitrógeno (NOx), y ayuda a minimizar el efecto invernadero por sus reducidas emisiones de CO2.   

Estas ventajas lo sitúan entre los carburantes alternativos "más apoyados por las administraciones", como la bonificación en el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) del 65% que ofrece el Ayuntamiento de Valladolid, o las ayudas públicas de los planes PIVE 6 y PIMA Aire.