Recupe...¿¿qué??

Cuando comienza un año nuevo, la ilusión de la gente y la esperanza de mejorar embriaga nuestra forma de pensar y nos ayuda arrancar enero con la confianza de que nada puede ir a peor. Este sentimiento dura tan poco como los propósitos de año nuevo. Y es que en forma de bofetada, la cruda realidad de los números y las matemáticas nos muestran que hemos conseguido un nuevo récord nefasto para los interés de un colectivo que no aguanta más las consecuencias de esta crisis y que pone en serio peligro la prosperidad futura de un país que no es capaz de solucionar el trágico problema del desempleo juvenil. 

Según los cálculos de la oficina europea estadística EUROSTAT, en noviembre España consiguió un nuevo récord de desempleo juvenil con un 57.7%. Esta tendencia de crecimiento en desempleo juvenil preocupa no solo por ser el porcentaje más alto de la Unión Europea, sino que también lo hace porque aunque el paro ha disminuido muy levemente en datos generales, el colectivo juvenil sigue en aumento sin visos de mejora.

Mientras tanto, la Comisión de la Unión Europea considera alentadora la aplicación de la nueva estrategia europea de empleo llamada garantía juvenil con la inversión de 1.800 millones euros en España. La garantía juvenil es un proyecto ilusionante e interesante porque por primera vez en muchos años muestra mecanismos diferentes para facilitar el acceso al empleo de los/as más jóvenes y garantiza el compromiso del gobierno y las administraciones para garantizar que un/a joven no pueda pasar más de cuatro meses sin que se le genere una oportunidad en forma de formación, práctica e incluso oferta de trabajo. Es necesario y de urgente aplicación en España este y otro tipo de proyectos que vayan ligados a paliar los trágicos efectos de esta crisis que nuestra juventud está sufriendo en primerísima persona. 

Nuestros políticos/as tienen que ser conscientes del grave problema que tienen entre manos. Pero la evidencia nos muestra que los palos al colectivo juvenil se suceden con enmiendas como la publicada el día 26 de diciembre en el Boletín Oficial del Estado por la que los emigrantes que estén fuera de España más de 90 días tendrán el calificativo de no residentes  y limitará la asistencia sanitaria a aquellos españoles que permanezcan en el extranjero durante más de 90 días en un año natural y se encuentren en situación de desempleo.

Esta medida afecta directamente a millones de jóvenes que ante la falta de oportunidades que están sufriendo en España, tienen la obligación de abandonar el país en búsqueda de empleo y lastra las esperanzas futuras de que puedan volver a su país de origen ya que de hacerlo y encontrarse en situación de desempleo tendrán que costearse un seguro privado sanitario, ya que la seguridad social no estará disponible para ellos.

No podemos seguir escurriendo el bulto y esperar que todo se solucione por arte de magia. La juventud de este país merece centrar el discurso político para tratar las  posibles soluciones ante tan preocupante problema. Porque los/as jóvenes merecemos algo más que las migajas del pastel en forma de contratos precarios y prácticas abusivas y no remuneradas. Merecemos por nuestra sobrada cualificación condiciones dignas que nos permitan avanzar, salir de esta crisis y reengancharnos a la invisible recuperación que al parecer ya están viviendo los mismos que nos metieron en ella.  

Roberto Carlos López Martín. Presidente del Consejo de la Juventud de Castilla y León.