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Miedo irracional a los transgénicos

Miedo irracional a los transgénicos

Por Fernando Franco Jubete
lunes 25 de noviembre de 2013, 13:55h
Si Usted escribe "cultivos transgénicos" en cualquier buscador de Internet y pincha en "imágenes" aparecerá en la pantalla de su ordenador toda una parafernalia de jeringuillas clavadas en tomates, manzanas o fresas, mazorcas de maíz con calaveras o transformadas en bombas a punto de estallar, embriones deformes, animales monstruosos, agricultores purulentos que se ven obligados a suicidarse y multinacionales de los "agrovenenos" representadas por opulentos ricachos con chistera que arrancan dólares de las entrañas de famélicas familias. Toda una simbología esperpéntica y mentirosa que, a pesar de su elementalidad gráfica y su mensaje infantil, consigue asustar eficazmente a los europeos.
 
Poco importa que en Europa no se cultiven ni comercialicen tomates, fresas  ni cualquier producto hortofrutícola transgénico, para que se utilicen en las imágenes del falso esperpento y el miedo. A la sociedad no le llega, no se entera o no quiere enterarse, que sólo se cultivan en Europa dos variedades transgénicas: un maíz Bt resistente a taladro, el evento MON810, y la patata Amflora. En el año 2012 se sembraron 129.071 hectáreas de dicha variedad de maíz en Europa, la mayor parte en España 116.306 (el 90% en Aragón, Cataluña y Extremadura, donde el taladro provoca más daños).  De la patata Amflora, que es industrial y no de consumo humano,  se cultivaron unas veinte hectáreas en Alemania y Suecia. Eso es todo no hay más cultivos MG (Mejorados Genéticamente) o transgénicos.
 
Sin embargo, está permitida la importación de 45 productos transgénicos que se utilizan habitualmente en la alimentación europea, sin ningún tipo de restricciones en alimentos de origen animal e indicando el porcentaje de presencia de transgénicos en los de origen vegetal. Es decir, casi sin que los consumidores se enteren, porque la alimentación animal depende absolutamente del maíz y la soja, mayoritariamente transgénicos (del 82 al 96%), importados de E.E.U.U., Argentina y Brasil.  Por lo tanto toda la carne, la leche y los huevos europeos se producen con piensos transgénicos (salvo un 3% ecológico).

Son las paradojas de la política europea aplicada solo a los cultivos transgénicos, no a cualquier producto alimentario, farmacéutico, químico o energético. Se favorece la importación de productos MG pero se prohíbe, por razones ideológicas y políticas, no por evidencias científicas, su cultivo a los agricultores europeos que no pueden competir en condiciones de igualdad. Porque quince años después de que se cultivara la primera semilla transgénica (el maíz MON810) en la Unión Europea nadie puede aportar un solo dato sobre el peligro de los OMGs para la salud o para el medio ambiente. El estudio del Ministerio de Agricultura en España expresa que no se ha registrado, en los quince años de cultivo, ni un solo litigio entre agricultores por problemas de coexistencia y la convivencia entre cultivos MG, convencionales y ecológicos es una realidad práctica posible y totalmente necesaria para garantizar las libertades de los agricultores.
 
La superficie mundial de cultivos modificados genéticamente alcanzó en 2012 los 170,3 millones de hectáreas sembradas por 17,3 millones de agricultores, 600.000 agricultores más que en 2011. El 52% de la superficie cultivada y el 90% de los agricultores se encuentren en países en vías de desarrollo, donde la adopción de estos cultivos crece tres veces más rápido que en los países desarrollados. Porque del total de 28 países que cultivaron semillas MG en 2012 (que reúnen el 60% de la población mundial, 4.000 millones de personas), 20 fueron países en vías de desarrollo y 8 eran industrializados.
 
El poder de los grupos políticos de izquierda, verdes, alternativos y ecologistas es muy reducido en los parlamentos democráticos de todos los países europeos, pero su presencia social y la influencia de sus ideas en el pensamiento, decisiones y actitudes de todas las clases sociales europeas es, aparentemente, muy influyente. Muy pocos les votan pero muchos se creen sus mensajes facilones y vendibles. Porque se erigen en los únicos defensores de lo natural, de la limpieza del medio ambiente y de los alimentos puros y sanos (como los de antes) obtenidos con prácticas espiritualistas en una agricultura bucólica, equilibrada y sostenible, practicada por agricultores con sandalias que no precisan trabajar, ni fertilizantes, ni fitosanitarios, ni semillas genéticamente mejoradas.

Desde hace diez mil años los agricultores de siempre, los de las botas y el tractor  con GPS de ahora, han sabido evolucionar y mejorar sus técnicas de cultivo, incorporando las tecnologías que permitían atender el crecimiento constante de la demanda de alimentos, fibras, medicamentos, plantas ornamentales y combustibles. Las semillas MG son una aplicación tecnológica más en el proceso evolutivo de domesticación de las plantas. Sólo que, el proceso de mejora genética actual, es más eficaz y más rápido porque se controla mejor y de forma dirigida y específica.

Por todo ello, los científicos europeos se han plantado y se han propuesto conseguir "que se armonice la política agraria en base a evidencias científicas, para evitar el declive de la competencia productiva y la economía de las explotaciones agrarias europeas. Es necesario combatir las mentiras y la propaganda del miedo irracional a los cultivos MG".

Fernando Franco Jubete. Ingeniero Agrónomo, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia.
 
 
 
 
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