'Baile' de caras en Sacyl

La sanidad de Castilla y León anda revuelta. Un "territorio" que debería ser tranquilo para garantizar su mejor funcionamiento se convierte en un continuo baile de despachos por ocupar puestos de responsabilidad en el sistema público de salud de la Comunidad. Uno de los motivos es el nuevo modelo de dirección que la Consejería de Sanidad pretende implantar en todas las provincias de la Comunidad de Castilla y León: la eliminación de las Gerencias de Salud de Área o la creación de áreas únicas como la pretendida para Valladolid. 

Este pasado verano observábamos ese "baile" en Palencia, donde el director del Complejo Hospitalario y responsable de la Asistencia Especializada en la provincia asumía la responsabilidad de la Gerencia de Salud de Área, cargo en el que sustituía al anterior gerente. De este último se decía que solicitó voluntariamente el cese en el cargo.

Un mes después, era el Hospital Clínico de Valladolid el epicentro de más cambios: esta vez el de gerente del hospital. Dejaba ese puesto Carlos Fernández, ascendido a inspector general de Servicios y director de la Escuela de Administración Pública de Castilla y León -dependiente de la Consejería de Hacienda-, y era nombrado para el mismo José María Eiros Bouza, especialista en Microbiología y Parasitología y jefe de la sección de Microbiología del Hospital Río Hortega.

Hasta ahí, visto desde la perspectiva de los relevos que se producen de forma natural en todas las organizaciones, nada que objetar. Pero es que estos se producen en medio de un total oscurantismo que no debería darse en un sistema público de salud. Se hace y se deshace en la sombra sin que los trabajadores del sistema y sus representantes sean informados de ello, llevando a cabo una política de hechos consumados que en nada beneficia al sistema. Nada se sabe de cómo se producen los nombramientos o en base a qué negociaciones. No se explican las razones de por qué sí una persona y no otra y tampoco quedan claros los méritos de gestión que se dan en algunos de esos cargos. 

Desde estas líneas reclamamos esa tan traída y llevada transparencia a la que invocan los políticos y les recordamos que el sistema regional de salud es público y, por tanto, las decisiones que en él se toman -como el nombramiento de sus responsables- deben ser absolutamente transparentes porque trabajadores y ciudadanos así lo merecen. Tampoco podemos dejar de recordar que los principios de mérito y capacidad son los que deben regir en el primer lugar en el nombramiento de las distintas personas que se responsabilizarán del destino de este sistema. Para evitar dudas y suspicacias.

Silvia Sáez Belloso. Secretaria general del Sindicato de Enfermería, SATSE, Castilla y León.