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El plan López, en clave interna

El plan López, en clave interna

domingo 18 de noviembre de 2012, 20:54h
Poco más de diez minutos. Eso fue lo que necesitó el secretario de Organización del PSOE, Óscar López, para desgranar el ambicioso programa que ha concebido el equipo de Rubalcaba para "revitalizar" el partido antes de las próximas elecciones generales (2015). Un objetivo trascendente, sin duda. Sin embargo, López lo despachó en un santiamén y en un acto de un insólito perfil bajo. ¿Por qué? Desconcertante, salvo que se analice en clave interna.

Como bien conoce el lector, López eligió la sede socialista de la agrupación de Valladolid para lanzar urbi et orbi un plan de tanto calado como el de la regeneración del PSOE. Es sin duda un gran detalle. Valladolid se convirtió por unos minutos en el trampolín de lanzamiento del PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba, con el ánimo -ni más ni menos- que de recuperar la mayoría parlamentaria para gobernar a partir de 2015.

El plan "Hacer PSOE 2015", que así se ha bautizado el programa de revitalización del partido, parece bienintencionado y ciertamente ambicioso. El enunciado suena bien, al margen de su antiestético logo-citröen. Su objetivo es recuperar la confianza de la militancia, despertar la ilusión del afiliado y confiar en el efecto contagio para tratar de reeditar lo que Óscar López denomina "mayoría social progresista", con el fin de gobernar en 2015.

Desde el punto de vista electoral, el PSOE atraviesa los peores momentos desde la Transición. Y, claro, parece evidente que la dirección socialista está obligada a hacerse con el control, superar las corrientes centrífugas, frenar la sangría de afiliados y, si es posible, frenar la hemorragia de votos.

Dijo López, en Valladolid, que el PSOE ha perdido algo más de 26.000 afiliados en los últimos cuatro años... Seguro que es una información fidedigna. Aunque los datos que manejó el propio partido durante el Congreso de Sevilla (febrero de 2012) revelaban la pérdida de unos 40.000 afiliados. En fin, esto debe ser como el recuento en las manifestaciones callejeras... Si se atiende al número de afiliados que pagan cuotas (casi 217.000), es probable que las bajas se sitúen en torno a 26.000 (el 12%). Pero si se incluyen los "simpatizantes registrados", sin compromiso de pago de cuotas (más de 400.000), quizá la pérdida de militancia haya sido superior a los 40.000 (el 10%). En todo caso, si después de la desastrosa legislatura 2008-2011, el PSOE de Rodríguez Zapatero sólo perdió entre el 10% y el 12% de los afiliados, el balance es menos dramático de lo que se suponía.

De hecho, López relativizó la cifra de los 26.000 afiliados menos al compararla con las abultadas bajas de dos de los grandes homólogos europeos. Dijo que el Partido Socialista Francés, que acaba de conquistar el palacio del Elíseo, ha perdido unos 200.000 afiliados. Aunque, en fin, la última cifra de militantes en activo reconocida por el propio PSF es precisamente esa misma (algo más de 200.000). Y es evidente que el PSF no se ha quedado sin militantes. Todo lo contrario. Incluso movilizó a 2,5 millones de ciudadanos franceses durante las primarias en las que fue elegido candidato François Hollande.

Y dijo también que el SPD alemán ha perdido unos 500.000 militantes, sin mencionar que tras la reunificación alemana (1990) contaba con casi un millón; y que actualmente tiene casi 483.000... Es decir, que ha perdido en torno a medio millón de afiliados, sí, pero ¡en los últimos 22 años!

En todo caso, es bastante lógico que la dirección federal del PSOE se plantee recuperar a su militancia, tanto anímicamente como desde el punto de vista numérico. Los últimos costalazos electorales son un reflejo fiel del progresivo descrédito de las propuestas y de los candidatos del PSOE ante los electores.
Sin embargo, siendo un asunto tan importante -vital, parece ser- para el futuro del partido, lo que no se comprende es que la dirección federal socialista haya tardado nueve meses en concebir este plan. Y que, al final, lo haya presentado el número tres de la organización casi de tapadillo.

Óscar López fue uno de los pilares de la estrategia del márketing que impulsó José Blanco para aupar, contra todo pronóstico, a José Luis Rodríguez Zapatero al Palacio de La Moncloa en 2004. No sólo sabe, sino que tiene fe ciega en las enormes posibilidades que ofrece una buena campaña de comunicación y de publicidad. Aunque, es verdad, su estrategia no ha dado resultado en Castilla y León, como es público y notorio. Ya se sabe, lo superficial suele ser efímero. Pero eso no significa que haya perdido la fe en la eficacia del márketing.

Lo lógico, en consecuencia, es que López (como ha hecho en otras ocasiones con motivos menos trascendentes) hubiera organizado una puesta en escena solemne. Si "Hacer PSOE 2015" forma parte del plan estratégico de Rubalcaba para volver a La Moncloa, como se ha afirmado, tendría que haber sido presentado personalmente por el líder, arropado por toda la dirección federal, con la asistencia de alguno de los grandes europeos y en presencia de los iconos de esa mayoría social progresista que quiere recuperar el PSOE: los dirigentes sindicales, los artistas de la ceja, altos responsables de las ONG afines, representantes del PSOE autonómico con tareas de gobierno, de los municipios, de las provincias, de las asociaciones de vecinos, de los indignados...

Pero no. Quizá el PSOE haya perdido poder de convocatoria. O haya querido evitar un espectáculo de desunión interna. Lo cierto es que López se limitó a comparecer en solitario, despachó la presentación en diez minutos, abrió turno de preguntas (otros diez minutos) y colocó la declaración para el telediario (los desahucios).

Por lo tanto, habrá que entender el plan "Hacer PSOE 2015" como una herramienta de carácter interno. De escaso interés para el ciudadano. Aunque realmente vital para el futuro de la actual dirección federal de Rubalcaba. La misión es elaborar un nuevo censo de militantes, entre los que se distinguirían tres tipos: los que pagan la cuota habitual, los que abonarán de uno a tres euros y los que, sin abonar cuota alguna, expresan su compromiso de trabajar con y por el partido. Y el gran objetivo es ganar las primarias. Que Alfredo Pérez Rubalcaba sea elegido candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno. Esto es lo que presentó realmente Óscar López la semana pasada en Valladolid.

Otra cosa será que tenga éxito, claro. Si López no lo consigue, se habrá terminado definitivamente la era Rubalcaba. Y la bicefalia en el PSCyL.

Manuel Trapote
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