...Y los clientes tienen derecho a saber

Ni los cinco mil empleados se merecen esto. Ni los 2,5 millones de clientes... Ni Castilla y León. Esto se aproxima ya más a una tomadura de pelo (¡y en estos temas nadie está para bromas!) que a un supuesto "exceso" de moderación y de responsabilidad. Que después de casi dos años aún haya dudas aparentes, o razonables, sobre el desenlace final del largo y tortuoso proceso de integración (absorción) del madrileño Banco Caja España-Duero en Unicaja Banco... ¡Es un esperpento! La prolongada incertidumbre perjudica más al banco de Castilla y León con sede en Madrid que si el proceso hubiera descarrillado hace meses.

Que no crea el presidente ejecutivo y consejero delegado del Banco Caja España-Duero, Evaristo del Canto, que otro hubiera conducido este proceso peor. Es prácticamente imposible. Aunque, naturalmente, ello no exime de responsabilidad al presidente de Unicaja, Braulio Medel; ni al propio Banco de España, cuya lentitud y tibieza en todo este proceso tendrán que explicar en algún momento tanto el equipo anterior (que presidía Miguel Ángel Fernández Ordóñez), como el actual (que preside Luis María Linde).

El resultado de esta pésima gestión está a la vista de todos: España-Duero se desangra por los cuatro costados. Las cuentas se deterioran a la velocidad del vértigo, la plantilla vive en un ¡ay!, la parálisis es generalizada... Y al final, en el mejor de los casos, Medel se encontrará probablemente con un banco bien asentado, asido a la felicidad que buscaba desesperadamente el rey enfermo de León Tolstoi... ¡sin camisa! Se comprobará próximamente, si los gestores de España-Duero ejercen su responsabilidad y hacen públicos los resultados correspondientes al tercer trimestre.

Valor, sí. España-Duero debería de armarse de valor y dar la cara. Mejor hoy que mañana:

1) Por responsabilidad, por razones de higiene mental y de la buena educación: después de casi dos años de dimes y diretes, parece evidente que los clientes (cuyo volumen es equivalente al 100% de la población de la Comunidad) tengan derecho a conocer el estado de la situación, las razones de esta increíble demora y las perspectivas más probables. Y al igual que los clientes, también los empleados.

2) Para evitar -por ejemplo- que el hábil portavoz del Gobierno regional vuelva a cometer el error de sembrar más dudas. Y por ende, para evitar que sean los políticos los que se asomen intermitentemente a los medios de comunicación para dar cuenta de un proceso sobre el que, sórdidamente, proclaman la autonomía y la responsabilidad de los órganos de gobierno de la propia entidad financiera.

3) Para desenmascarar la responsabilidad que tienen cada uno de los actores.

Fue Braulio Medel, presidente de Unicaja, quien se acercó a España-Duero en enero de 2011, cuando la caja recién fusionada ya había orientado su futuro bajo las siglas del Banco Mare Nostrum (BMN). Fue él quien atisbó la oportunidad de ganar volumen gracias a la amplia estructura e implantación territorial de España-Duero. Él es quien ha dirigido el proceso. Y fiel a su propia complejidad de carácter, él es quien lo ha "encallado". Algo tendrá que explicar el respecto, ¿no?

Es verdad, claro que sí, que el Gobierno ha modificado sucesivamente el marco normativo. Para Unicaja, para España-Duero y para todo el sector. Sin embargo, todos los procesos corporativos en marcha se han clarificado. O siguen adelante, de una manera u otra (Bankia, Banca Cívica, BMN...); o se han roto, como el liderado por Ibercaja, que se ha separado de Liberbank y de Caja3. El único que sigue, pero no sigue; el único que avanza, pero no avanza; el único que sortea, pero no sortea los trámites burocráticos... El único que sigue en el aire es el que gestionan los amigos Medel y Del Canto, ante la inquietud de sus respectivas plantillas, con la complicidad de los sindicatos y para la desesperación de los clientes.

Si "antesdeayer" el problema eran las necesidades de capitalización de España-Duero (que cuenta con 1.000 millones adicionales del Frob), "ayer" fueron las exigencias de capital que planteó Medel como contraprestación al riesgo que asumiría Unicaja en la integración (por eso recibió autorización para disponer de una línea de crédito: entre 375 y 1025 millones de euros). Más tarde Medel quiso redefinir el proyecto económico-financiero (ya lo ha hecho). Y ha querido evitar la presencia de los "hombres de negro" (Frob) en el futuro consejo de Unicaja Banco: al parecer, ya ha escurrido esa amenaza. Después, era preciso analizar el coste y el grado de saneamiento de España-Duero, una vez traspasados los activos inmobiliarios correspondientes al nuevo "banco malo" (la Sociedad Gestora de Activos, Sareb, constituida por el Gobierno). ¿Y mañana?, ¿qué exigencia nueva pondrá sobre la mesa mañana el amigo Medel?

Dada la trayectoria del veterano gestor bancario andaluz de Marchena, es comprensible que nadie confíe en el destino final de la integración Unicaja-España-Duero. Medel ya ha demostrado que se puede levantar de la mesa en el último segundo, dejando a la "novia" al pie del altar, sin otra solución que echarse en brazos del oscuro Frob. Porque, claro, aunque el Banco de España ha aprobado, dicen, un plan de viabilidad de España-Duero en solitario, es evidente que se trata de un planteamiento teórico. En la práctica, abiertamente o solapadamente, si España-Duero no aterriza co-mo-sea en Unicaja, será vendida en pública subasta.

Así las cosas, ¿no deberían comparecer hoy mismo Del Canto y sus consejeros para explicar la situación?, ¿no debería comparecer hoy mismo Braulio Medel? ¿Y no es tarde ya para que los cinco consejeros de España-Duero asuman su responsabilidad presentando su dimisión?

Manuel Trapote. Periodista